RESUMEN DE “EL PRINCIPITO” Autor: Antoine du Saint Exuperie
Cuando niño, el explorador traza su primer dibujo primer dibujo,, el cual no fue entendido por la gente gente,, su dibujo no representaba un sombrero, sino una serpiente boa que digería un elefante. Tratando de que así lo comprendieran las personas mayores, dibujó entonces el interior de la serpiente boa. Tampoco lo entendieron y le dijeron que debía dedicarse a otra cosa. Desani Desanimado mado por la incompr incomprensi ensión ón de los mayores mayores tuvo que escoger escoger otro oficio oficio:: aprendió a pilotar aviones. Posteriormente, voló por diversas partes del mundo, y en el curso de su vida se vinculó con mucha gente seria. "Viví mucho con personas mayores. Las he visto muy de cerca. Y esto no ha mejorado mucho mi opinión sobre ellas. Por una panne el explorador se encuentra con el principito en el desierto y le pide que le dibuje un cordero, hace tres intentos al cuarto le dibuja una caja a lo que le dice que dentro de ella esta el cordero que deseaba. Expl Explor orad ador or tien tiene e seri serias as razo razone ness para para creer creer que que el plan planet eta a de el Prin Princi cipi pito to es el asteroide B612, visto solamente una vez con el telescopio, por un astrónomo turco, en 1909, a quien no le creyeron hasta verlo vestido de occidental. Un día el principito pregunta si es verdad que a los corderos les gusta comer arbustos, al saber que sí, se alegra porque piensa que su cordero se va a comer los baobab de su planeta, ya que son una plaga. Sin embargo se preocupa por su flor, la rosa vanidosa que tiene espinas que no le van a servir para nada. El principito había partido de su planeta con el doble fin de tener una ocupación y de instruirse. En el primero habitaba un rey, que vestía de púrpura y armiño. Se sintió feliz con la llegada del principito, porque así, al fin, era rey de alguien. Cuando el principito decidió marcharse, el rey, que comprendía la importancia de dar órdenes razonables, se apresuró a gritarle que lo nombraba embajador. Un vanidoso era el habitante del segundo planeta; su único deseo era encontrar aduladores. El habitante del tercer planeta es un bebedor. El principito lo interroga acerca de por qué bebe. Su respuesta es que lo hace para olvidar que tiene vergüenza de... beber. El principito, triste y confuso, se dirige al siguiente planeta, donde encuentra a un hombre de negocios, el que se interesa solamente por los números. En el quinto planeta solo hay un farol y un farolero, el más pequeño de todos, en el cual los días duran un minuto. "Este -dice el principito, refiriéndose al farolero- es el único del que pude haberme hecho amigo, ya que hace algo por los demás además su misión es importante porque cada vez que enciende el farol aparece una nueva estrella en el cielo. Pero su planeta es verdaderamente demasiado pequeño. No hay lugar para dos… En el sexto planeta -diez veces más grande que el anterior- vivía un anciano: era geógrafo y escribía enormes libros. El principito describe su planeta al geógrafo. Le cuenta que es muy Pequeño. Que tiene tres volcanes -dos en actividad y uno extinguido, aunque nunca se sabe- y que posee también
una rosa. El geógrafo dice que la flor es efímera, explicándole que esto significa que desaparecerá pronto. Por consejo del geógrafo decide visitar la tierra, sorprendido al no vera nadie, pregunta a una serpiente en qué planeta ha caído: esta le responde que en la tierra, en África. Que están en el desierto, y en él no hay nadie. Luego el principito atraviesa el desierto. Halla una flor y le interroga acerca de dónde están los hombres. La flor había visto algunos pero el viento los paseaba, no tenían raíces. Al final de una larga caminata por arenas, rocas y nieves, llega a un jardín florido de rosas. Y sufre un gran desencanto. Su flor le había asegurado que era la única de su especie en el universo. Y aquí él descubre cinco mil, todas semejantes, y en un solo jardín. Estaba muy triste cuando apareció el zorro, éste le dice que no podía jugar con él, porque no está domesticado, tenían que crear lazos de afecto para ser amigos Posteriormente. el principito se encuentra y dialoga con un guardagujas que distribuye los pasajeros y despacha los trenes que los llevan hacia la derecha o hacia la izquierda. Conversa después con un comerciante que vende píldoras para mitigar la sed. Basta tomar una por semana y no se siente necesidad de beber. Según el comerciante, ello significa un gran ahorro de tiempo. Los expertos aseguran que se economizan cincuenta y tres minutos por semana. Con esos minutos se puede hacer lo que uno quiera. El principito piensa que si tuviera ese tiempo de sobra lo ocuparía caminando lentamente hacia una fuente... Se cumplía ya el octavo día de la panne en el desierto y el piloto escuchó la historia sobre el vendedor, mientras bebía la última gota de agua que le quedaba. Después de mucho caminar junto con el principito al despuntar el día descubrió un pozo, cerca del cual había un resto de un viejo muro de piedra. Como el principito le pidió que cumpliera su promesa, el narrador dibujó y le entregó un bozal para el cordero del niño. El principito conversa con la serpiente, le pregunta que tan rápido es su veneno y que no quiere sufrir, y el Principito le pide que se vaya porque quiere volver a descender. Y este le dice al explorador que cada vez que mirase las estrellas se acordara de el. Había pasado un año desde la llegada del Principito a la tierra y le dijo al explorador que ese día volvería a su planeta. Esa noche, mientras el narrador lo acompañaba, sucedió lo irremediable. "No hubo nada más que un relámpago amarillo cerca de su tobillo. Quedó inmóvil un instante. No gritó. Cayó suavemente como cae un árbol. En la arena, ni siquiera hizo ruido. Confiesa el narrador que ya han pasado seis años, y que por primera vez cuenta esta historia. Sus compañeros se alegraron de volverlo a ver vivo; estaba triste pero él decía que sólo se hallaba fatigado. El tiempo le ha traído algún consuelo. Sabe que su pequeño amigo volvió a su planeta, porque al comenzar el día no encontró su cuerpo. Le preocupa, sí, el hecho de que se olvidó de agregar la correa de cuero al bozal, que dibujó para el principito. "No habrá podido colocárselo nunca. Y me pregunto: ¿Qué habrá pasado en el planeta? Quizás el cordero se comió a la flor... Cuando imagina que la flor está protegida y a salvo, se siente feliz; pero otras veces se aflige pensando que una distracción pudiera ser fatal para la rosa... Finalizado su relato, pide que si alguien, de viaje por el África, en el desierto, encuentra al principito, sea amable, y le escriba en seguida contándole que ha regresado.