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i papá nos fue a dejar a la estación de trenes. El tren salía las nueve y media de la noche con destino a Temuco. Hací dos meses que habíamos planificado el viaje con Gertrudi Astudillo, mi nana; por fin conocería su ciudad natal y a s familia, aunque era como si ya los conociera por todo lo qu ella hablaba del lugar y de la parentela. Me gusta viajar. Si existiera alguna profesión como l de viajero, ésa sería la mía. Hace algunos siglos existía l profesión de explorador, pero ahora las cosas son distintas nadie estudia algo así porque quedan muy pocos lugares po explorar. Por eso, por ejemplo, conservo mi colección d Tintín, no se la presto a nadie, ni siquiera a León, que es m amigo pero que tiene la mala costumbre de doblar la esquinas de las páginas de los libros para marcar dónde qued cuando deja de leer. Tintín y Milú viajan al Cong'o, al Tíbe al oeste americano, a China, incluso la Luna. ^ .
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Y ahí iba yo, viajando a la ciudad de Temuco, 60 kilómetros al sur de Santiago, a un lugar que le gust autodenominarse como la región de la Frontera. Si yo fuer extranjero, por ejemplo de Madagascar o de Alemania tendría un enorme interés en un lugar que se llamara a s mismo La Frontera. El nombre alterna con otro: Región de l Araucanía. Todos esos nombres se debían a una razón: hast hacía poco más de 100 años el país llegaba hasta ahí; es deci allí estaba la frontera, del otro lado vivía el pueblo de lo mapuches, los que le daban la pelea a los conquistadore desde hacía muchos años, desde que habían llegado d España. Los mapuches eran un pueblo difícil de vencer hast esa fecha, reclamaban sus tierras y no se conformaban. U día decidieron, después de 400 años, que no daban más l Reading a Preview pelea. Entonces se You're sentaron a conversar y a tratar Unlock full access with a free trial. solucionar las cosas por las buenas. Eso significó un tratado que se llamó Pacificación deFreelaTrialAraucanía. Pero lo Download With mapuches lo que no sabían era que los españoles — en es momento convertidos en chilenos — , eran expertos e conversar y convencer, en poco tiempo los tenían rodeado de ciudades, carreteras, mails, hoteles, Sign upInternet to vote on thisy titletelevisió Useful useful por cable, es decir estaban perdidos;ahora síNot que los había vencido sin que se dieran cuenta.
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decidió que lo suyo también era viajar y un día llegó Santiago, la capital, donde la recibió mi mamá. Desde ese dí estaba en mi casa, y yo recién cumplía un año de vida.
Las primeras horas fueron agradables en el vagón y como en los aviones, en los trenes no se ve para adelante, sól para el lado, entonces parece que no se avanzara a ningu parte. Antes de apagar las-luces, nos recostamos en asientos. Nadie más ocupaba los cercanos, así que teníamo suficiente espacio. Entonces vi a Gertru masajeándose la car con crema, lo que la hacía parecer un fantasma o un mim callejero. — ¿Tienes que echarte la crema justo ahora, frente a lo demás pasajero? — le pregunté un poco avergonzado. You're Reading a Preview Ella ni siquiera me miró para contestar, sigui sobándose el cuello y Unlock respondió: full access with a free trial. — Dulces sueños, Quique. Download With Free Trial Por la ventana vimos pasar pequeños pueblos con mu pocas luces y un señor muy viejo que esperaba a alguien en e andén o simplemente paseaba por ahí mirando al tren. M imaginé viviendo en esos lugares: Sign noupera muy interesant to vote on this title porque eran pueblos que parecían aburridos dond Notlentos, useful Useful y no existían salas de cine. Pero por otra parte la vida er ordenada y tranquila; por ejemplo, si uno salía en bicicleta n
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Y así, poco a poco, con la cadencia del Iren, me fu quedando dormido hasta que no supe nada más, como suced cuando uno se duerme, simplemente todo se borra y viene l oscuridad hasta el otro día. Llegamos temprano y el frío de la ciudad me hiz tiritar, mientras un inspector de ferrocarriles co uniforme nos ayudaba con las maletas. Es decir, co mi única maleta y que es también el bolso que ocup para la clase de educación física en el liceo. La toneladas de equipaje eran de, no podía viajar y meno a su ciudad sin lo necesario: ropas, cremas y mucha carteras. Qué raro que mi papá no viniera a buscarno dijo Gertru — , se suponía que tenía que venir a l You're Reading a Preview estación. Unlock full access with a free trial. Hicimos parar a un taxi. El viaje era corto, com todos los que haría enWith la Free ciudad. Las distan- tías n Download Trial eran las enormes que hay que recorrer en Santiago tampoco en Temuco existía el metro, pe ro 110 s necesita, aunque sí existía congestión por la cantida de automóviles en las calles. Sign up to vote on this title Useful Pueblo Not useful Llegamos hasta la población Nuevo. Ia casas eran pequeñitas, pero con grandes patios lleno
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nos estaban esperando dos viejecitas que sonreían como la hadas madrinas de La bella durmiente. Eran, lo supe más tarde, Neni y Gladis, las tías de Gertru, dos solteronas que vivían felices Nos abrazaron, sobre todo a mí; según ellas, me conocía tanto porque Gertru hablaba de mí, y por mis fotos que tenía desde que era una guagua. Me dio un poco de vergüenz porque me apretaban y me estiraban la cara como si la tuvier de hule, pero así es la gente en el sur, cariñosa, entonces n hay nada que hacer más que aguantar que a uno le jalonen l cara y se la dejen adolorida. Nenita fue la encargada de contarnos cuando Gertru pregunt preocupada por su papá: — No pudimos avisarte, Gertru, n nos dio tiempo y tampoco queríamos preocuparte demasiado — ¿Qué pasó con mi papá? — preguntó ella, al borde de l You're Reading a Preview lágrimas Unlock full access with a free trial. — Está internado en el hospital de Temuco, sufrió u preinfarto Download With Free Trial Entonces habló Gladis, que era un poco más seria que s hermana, más alta y huesuda — Tuvo un problema en el trabajo. Desde hace dos año up to le vote on this title está de cuidador del Malí Temuco,Signallí vino el infarto mientras hacía una ronda nocturna. Useful Not useful Desde hacía algunos años existía un malí en Temuc
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Se miraron entre ellas. — Tengo que ir a ver a mi papá — dijo Gertru. Estuvimos todos de acuerdo que iríamos apena desayunáramos. Cuando dijimos que teníamos hambre, tía Nenita y tí Gladis pusieron cara de felicidad, como si esperaran es momento. Pasamos a la cocina, donde estaba preparada l mesa repleta de comida. Eso era lo que me esperaba en lo próximos 10 días que permanecería allí: comida. Me había advertido que en el sur se comía bien; por eso, lo más im portante, lo que nadie puede hacer es rechazar la comida, es es una ofensa grave. Al menos para esas dos tías rechazar u queque de miel, una empanada de pera, un pedazo de braz de reina, un sándwicn de palta con huevo, equivalía a u You're Reading a Preview insulto. Unlock full access with a free trial. En medio del desayuno me acordé y par darle tregua mi estómago pregunté:Download With Free Trial — ¿Qué cosas se decían de ese lugar, del malí? Me miraron con caras de televisión apagada. Gertr movió la cabeza como esos perros deSignplástico entitle la parte d up to vote on this Useful Not useful atrás de los autos, y dijo: — Habladurías de la gente.
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a interesar, pero nada de investigaciones de detective aquí e Temuco, por favor. Tu papá me dejó a cargo tuyo y vamos hacer lo que yo diga, ¿entendido? Era tarde, había dicho la palabra clave: embrujado Cuántos lugares así se conocen, pocos en la vida. Nos dimos una ducha rápida y nos vestimos con park y bufanda porque en Temuco siempre parece que comenzar a llover, y cuando lo hace, dicen, no para en semanas. Cuando llegamos al hospital, antes de entrar a la piez del papá de Gertru, ésta me detuvo y me advirtió: — Te recuerdo, nada de investigaciones, en esta ciuda no se necesitan investigadores privados. You're Reading a Preview Unlock full access with a free trial.
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El papá de Gertru estaba en una cama; a su lado, en otra, u hombre al que habían atropellado con un carro d Sign up to voteCada on this title vez qu supermercado, quebrándole una pierna. Useful Not useful contaba lo ocurrido no podía dejar de reírse. Según él, estab comprando un yogurt de frutilla cuando otro que andaba po
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Estaba en el hospital porque tuvo una fuerte impresión eso le causó el infarto. Hacía su ronda nocturna por el Mal Temuco, un edificio de un solo y largo piso. El malí tenía do guardias permanentes durante la noche. A cada hora se hací una ronda, tanto por el papá como por su ayudante, un hombre joven. Cerca de las tres de la madrugada, el papá d Gertru escuchó ruidos justo en el centro del malí. Llevab una linterna y un bastón para defenderse. Los pasillos estaba iluminados con poca luz, la poca que existía en ese momento comenzó a apagarse. Por delante, desde debajo de un escalera, apareció una figura transparente y fluorescente podía ser un hombre o una mujer, no estaba seguro. Sí estab seguro que era igual a un fantasma, al menos a los de la películas. No alcanzó a reaccionar, se quedó allí petrificado You're Reading a Preview El fantasma dio una vuelta y subió por una escalera a un pati Unlock full access with a free trial. de comida. El papá de Gertru corrió entonces despavorid por el pasillo, pero antes de llegar al Trial puesto de los guardias l Download With Free faltó el aire, no pudo más y cayó al suelo. Un día despué despertó en el hospital lleno de tubos y alambres. Se sentí débil y enfermo. dije casi — Un fantasma, uno de verdad Sign up — to vote on this title con u Useful Not useful preinfarto yo también. — Y eso que no creo en ellos — dijo el papá — , pero d
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mesa». El mal chiste había tenido que escucharlo los último 30 años, así que mejor no se me ocurriera a mí repetirlo. E realidad yo estaba más interesado en el asunto del fantasma Lo peor era que corrían rumores de que el malí s cerraría finalmente, el negocio no funcionaba, la gente no s trasladaba hasta la entrada de la ciudad para compra Entonces don Armando perdería su trabajo y, como era viejo le costaría encontrar un nuevo empleo. Le pregunté todos los detalles de la aparición. Gertrud movió la cabeza y miró al cielo. — Lo único que me faltaba — enseguida le dijo a s papá — : Y usted, papá, no le meta esas tonteras en la cabeza Quique, que no sabe cómo es de ideas fijas. Don Armando se sentó en la cama. Debajo de la bata d Reading a Preview hospital, su cuello era You're un pedazo de carne que se movía com full access with a free trial. los de algunos pájaros.Unlock Entonces dijo con cara asustada: — Eso no es todo.Download A mí With no es primero que se aparece Freeal Trial Hace unos años, el fantasma del malí llevó al hospital a otr guardia. Gertrudis se echó aire en los pulmones y exclamó: — Lo único que faltaba. Sign up to vote on this title useful arroz Notcon lentejas A lmorzamos pantrucas, arrollado, Useful longanizas; de postre comimos flan casero y sémola co
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era en el supermercado de la entrada. Por los pasillos del ma muy pocos pascaban, muchas de las tiendas estaban cerrada y las vitrinas cubiertas con papel de envolver o diarios. En e centro del lugar existía un segundo piso con un pequeño pati de comida. No era como los grandes centros comerciales d Santiago, pero lejanamente se parecía. Me imaginé que e aquel lugar, en el centro del pasillo, se había aparecido u fantasma y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Caminé hasta la playa de estacionamiento, dond encontré papeles en el suelo que decían: «Prefiera e comercio establecido del centro». Cuando decidí regresar a la casa encontré en la entrad a cinco niños en bicicleta que me rodearon. Uno de ellos m preguntó de dónde era porque nunca antes me habían visto You're Reading a Preview Entonces cometí mi primer error en la ciudad, les dije l Unlock full access with a free trial. verdad, es decir, que venía de Santiago, y esto era e equivalente a declararles la guerra. de las bicicletas Download With FreeBajaron Trial no me dejaron seguir. No les gustaban los santiaguinos. Y vivía en Ñuñoa, que era como Temuco, en la calle Jua Moya, que se parecía a cualquier calle de Temuco. Comenc a preocuparme, así que les inventé otra historia: había nacid Sign up to vote on this title Useful raptado Not usefulunos tipo en Temuco hacía 13 años, pero me habían de un circo que me llevaron hasta el norte, hasta Antofagas
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miraron con caras de mansión del horror. No sabían s creerme o apalearme allí mismo. Pero entonces apareció otr niño, alto y delgado, fumando un cigarrillo: — A volar, a volar — les dijo, y los de las "bicicleta huyeron espantados. Le di las gracias. — Soy Julio Painemal — estiró la mano — . Trabajo en e supermercado, en empaques. — Soy Quique Hache, de Santiago — dije enseguid para dejar las cosas claras. — Lo sé. Vivo en Pueblo Nuevo, cerca de la casa de do Armando. Supe que venía su hija con un santiaguino, qu debes ser tú. Me ofreció un cigarrillo, pero yo no fumo. You're Reading a Preview — Supe lo de don Armando aquí en el Unlock full access with a free trial. malí. — Dice que vio un fantasma laTrial otra noche. Download With Free A Julio no le extrañó demasiado. — Desde que se construyó este lugar han existid problemas. La gente dice que suceden cosas raras. ¿Ves eso panfletos en el suelo? Los han mandado tirar aquí Sign up a to vote on this title para qu Useful Not usefuldel centr la gente no compre en el malí y vuelva al comercio de la ciudad.
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Sí. Justo aquí abajo hay un cementerio, por eso s aparece un espíritu, porque los antepasados no está conformes. Tragué saliva y no pude evitar mirar el piso de asfalt A del estacionamiento. l día siguiente nos fuimos con Gertrudis a recorrer la ciudad. Subimos el cerro Ñie- lol. De arriba vimos los techos de las casas y los edificios del centro. Gertru suspiró con nostalgia, la ciudad cambiaba aceleradamente, crecía y se extendía con nuevos barrios. Luego, llegamos al centro. Alrededor de la plaza existían las mismas tiendas que en Santiago. Y en medio un monumento de piedra y metal recordaba a los fundadores. Estaban juntos un guerrero mapuche y un español con Reading a Preview armadura. Gertru meYou're dijo que la plaza de Armas le Unlock full access with a free trial. recordaba muchas cosas, así que nos fuimos al frente, a una cafetería, a tomar un Download helado.With Ella veía radiante y feliz, Freese Trial decía que cada rincón de la ciudad le recordaba momentos vividos. Yo no sé si alguna vez podré decir lo mismo de Ñuñoa, pero supongo que ocurrirá, pero después de que me embarque en un carguero y me vayaSignauprecorrer to vote on thisel title mundo, Not useful Useful pase por el canal de Panamá y llegue al mar del Noi ie. Después de que me crezca la barba —
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todas las aventuras que le contaré. Sólo entonces tal ve sentiré nostalgia por mi barrio, por el parque Juan XXIII, qu era el lugar donde jugárnos o donde he pasado tardes d verano leyendo una novela de Jack London sobre un perr lobo, o del Estadio Nacional cuando mi papá me llevaba antes de que las galerías se transformaran en campos d batalla. Entonces, viejo y cansado, me acordaré que Gertr sentía lo mismo por su ciudad. Gertru me contó que estaba muy emocionada con e regreso, pero de todas las emociones la mayor era volver encontrarse con el innombrable, es decir con Víctor, qu desde ese momento había dejado de llamarse el innombrable por eso lo había llamado por su nombre: Víctor. El era uno d sus pololos, uno de cientos, pero uno que nunca olvidó You're Reading a Preview porque era muy caballero con ella, porque le escribió linda full access with a free trial. cartas y porque no loUnlock volvió a ver desde que se fue de l ciudad. Ahora sería distinto, antes de llegar a Temuco s Download With Free Trial habían escrito y esperaban encontrarse, por eso ella estab emocionadísima. Volvimos a la casa, donde nos esperaban las dos tía con aspecto de científicos locos antes devoteun Sign up to on thisexperiment title useful llena d Usefuluna Not trascendental. Detrás de ellas apareció mesa comida. Sentí que mi estómago me pedía clemencia, pero
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Mi papá apareció en el diario. Le hicieron un — Mi
entrevista en el hospital y contó que había visto un fantasma justo lo que los periodistas periodistas querían que que dijera. La tía Gladis agregó: Ahora, la gerencia del malí lo va a despedir por mal — Ahora, publicidad para la empresa. empresa. — No tenía para qué ir a contar algo así — insisti Gertru. En ese momento apareció tía Nenita, que dijo: — Quique, Quique, te buscan allá afuera. Era Julio Painemal. Pedí permiso para salir. Julio también había leído lo del diario y creía que la entrevista perjudicaría a Armando Astudi- 11o. Me dijo que venía a buscarme para presentarme a alguien. A un vecino de Pueblo Nuevo. Vivía a unas cuadras, en la calle Erciila. Así que nos fuimos caminando, riéndonos de los santiaguinos, sin darme cuenta que yo era uno de ellos. Tocamos una puerta. Salió una mujer con mala cara. Sign up to vote on this title Qué quieren. Rápido que Useful estoy Not useful — Qué viendo la comedia — la la comedia era la
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El Cortado fue el primero. — El
¿¿El El primero de qué? El primero que vio al fantasma del — El —
mall.
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1 Cortado tenía ese nombre porque trabajó muchos años en ferrocarriles, donde sufrió un accidente en el que perdió el dedo meñique de una mano. Desde ese día le llamaron El Cortado. Estaba retirado y se ocupaba de arreglar bicicletas en un pequeño taller en el patio de su casa. Llevaba un overol y un cigarrillo pegado a la boca. Mientras lijaba el marco de una bicicleta que esperaba pintar, nos contó que después de ferrocarriles le ofrecieron ese trabajo de guardia en el malí recién inaugurado. Él aceptó a pesar de tratarse tr atarse de un trabajo nocturno. Sólo dos meses después comenzaron los problemas, sobre todo de noche, primero con ruidos extraños, risas y carrerones por los pasillos cuando el malí estaba cerrado. Por las noches el lugar quedaba vacío, entonces — Por hacía mis rondas. A veces escuchaba ruidos, voces que me empezaron a preocupar y a enfermar de los nervios, hasta que un día se me apareció... ¿Qué apareció? — le le preguntamos intrigados con — ¿Qué
Julio.
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Useful Not useful El fantasma. — El Te lo dije, uno de mis antepasados; ahí está la — Te
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— Mejor no jueguen con lo que ocurre allí, es algo
delicado. Tragamos saliva y salimos del patio-taller. Julio insistió que la explicación para él era muy clara, y para probarlo lo mejor era visitar a su abuelo. En el cielo, nubarrones negros anunciaban que llovería muy pronto; el aire estaba fresco, muy distinto al de Santiago. Nos subimos a una micro muy colorida. L a gente arriba conversaba alegre y desde la radio emei gían rancheras y corridos mexicanos; luego, escuchamos a un locutor que imitaba el acento mexicano. A mí eso me pareció muy divertido. Julio me explicó: — Es que esa radio la escucha mucha gente, sobre todo en el campo, donde les You're Reading a Preview encanta la música mexicana. Unlock full access with a free trial.
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Me contó que sus padres estaban sin trabajo, por eso é había dejado de estudiar, al menos por ese año; trabajab empaquetando en el supermercado, pero esperaba entrar estudiar a la Industrial una carrera técnica como mecánica, l gustaban los autos y el olor a aceite y a bencina. Me dijo qu no conocía la capital, pero tampoco le llamaba la atención pues la gente de Santiago andaba muy apurada y siempre aprovechaban de los provincianos. A veces lo molestaban po ser mapuche, pero, en general, sentía un orgullo especial po serlo. En su pieza, colgada en la pared de su cama, tenía un gran bandera mapuche con colores muy alegres. Su héro máximo era Lautaro, un joven guerrero mapuche que habí combatido a los españoles con mucha inteligencia, habí vivido como un empleado de ellos sólo para estudiar a su a Preview enemigos. Aprendió, You're por Reading ejemplo, a montar a caballo y Unlock full access with a free trial. cuando pudo, huyó y se transformó en una pesadilla para lo españoles. Pero, como todos héroes, finalmente fu Download Withlos Free Trial traicionado, capturado y asesinado. Entonces le pregunté a Julio si él se consideraba chilen o mapuche. Pensó un buen rato, mientras la micro pasaba u largo puente. Abajo corría el río Cautín. respondió Sign upEntonces to vote on this title Useful Not useful — Soy más mapuche que chileno — dijo. Yo hice ahora una larga pausa antes de
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gente que vive en el sur es de risa fácil y que ese es el mejo comienzo para resolver todos los conflictos, como los qu existen entre mapuches y chilenos. Llegamos hasta una comuna apartada, al otro lado de río, llamada Padre Las Casas. Tuvimos entonces que espera que la micro saliera del límite de la comuna para bajarnos Más allá se veía el campo y al fondo la carreter Panamericana. Nos acercamos por un camino de tierra a l chacra del abuelo de Julio. El abuelo se alegró de vernos. Dijo que vivía allí en l falda de un cerro, que sus tierras fueron muy extensas en un época, pero se vio en la obligación de venderlas; ahora tení sólo esa pequeña chacra, donde cultivaba lechugas y poroto verdes. a Preview — Quique Hache,You're — me presenté. de Reading Santiago Unlock full access with a free trial. Huincamal, para servirle — dijo e — Moisés Painemal abuelo. Download With Free Trial Nos dio un paseo por su propiedad. Vimos una gallinas aburridas y un chancho algo flaco. También, en e jardín, unas plantas de fruti- Ilas que crecían en verano y u gran manzano. Cuando le preguntéSignqué tipoon this detitlemanzana up to vote crecían de ese árbol, el abuelo dijo: Useful Not useful — «Cabeza de niño», así se le llama a esas manzanas po
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Julio le contó lo que ocurría en el Malí Temuco, cóm había vuelto a aparecer el fantasma. El abuelo nos dijo: — Si ustedes miran para allá — indicó, al otro lado de río, a la ciudad, sus casas, los edificios lejanos. En es momento aterrizaba un avión en el aeropuerto, que estaba pocos kilómetros de allí — . Toda la ciudad está construid sobre nuestros antepasados. Yo no estoy de acuerdo con lo conflictos, pero sí con el respeto. Si todos nos tratáramos co respeto nada de esto pasaría. — Pero ahora tenemos ese aparecido — dijo Julio — Dígame, abuelito, ¿qué hacemos? — Pero entonces tú y yo no podríamos ser amigo porque yo soy chileno; es decir, somos enemigos. Nos quedamos mirando como debieron mirarse Lautar You're Reading a Preview y Pedro de Valdivia. En ese momento, sin que no Unlock full access with a free trial. pusiéramos de acuerdo, comenzamos a reírnos, y fue tanta i risa que contagiamosDownload a algunos pasajeros que también s With Free Trial reían, pero sin saber por qué. Entonces comprendí que l gente que vive en el sur es de risa fácil y que ese es el mejo comienzo para resolver todos los conflictos, como los qu existen entre mapuches y chilenos. Sign up to vote on this title Not otro useful lado de Useful al Llegamos hasta una comuna apartada, río, llamada Padre Las Casas. Tuvimos entonces que espera
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sólo esa pequeña chacra, donde cultivaba lechugas y poroto verdes. — Quique Hache, de Santiago — me presenté. — Moisés Painemal Huincamal, para servirle — dijo e abuelo. Nos dio un paseo por su propiedad. Vimos una gallinas aburridas y un chancho algo flaco. También, en e jardín, unas plantas de frutillas que crecían en verano y gran manzano. Cuando le pregunté qué tipo de manzana crecían de ese árbol, el abuelo dijo: — «Cabeza de niño», así se le llama a esas manzanas po lo grandes que son. Luego, nos fuimos a sentar en la puerta de la casa. N hacía frío, pero en el horizonte las nubes negras preparaban e Reading a Preview ataque final. El abueloYou're Moisés cebó el mate y se fue a senta full access with a free trial. con nosotros cargandoUnlock una tetera. También trajo un enorm pan amasado que cortamos Downloaden Withvarias Free Trialpartes y que comimo con tomateJulio le contó lo que ocurría en el Malí Temuco, cóm había vuelto a aparecer el fantasma. El abuelo nos dijo: indicó, althisotro — Si ustedes miran para allá — Sign up to vote on title lado de Not useful Useful lejanos. río, a la ciudad, sus casas, los edificios En es momento aterrizaba un avión en el aeropuerto, que estaba
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vuelvan a descansar; pero eso nunca se va a hacer, porque n hay respeto, la gente no se respeta ni respeta las creencia ajenas. Nos quedamos pensando en lo que decía el abuel Moisés. El avión había aterrizado en el horizonte. Un gallina picoteó mi zapatilla. Y las primeras gotas de lluvi cayeron tímidamente. Entonces, el abuelo entró a su casa d madera, aunque volvió enseguida con un collar de hilos ramas. — Al menos pueden calmar al aparecido con este collar debe estar muy enojado. Nos despedimos con el regalo. Volvimos caminand hasta encontrar una micro. — No tenemos paraguas — dije. Julio se rió. You're Reading a Preview — Aquí nadie usa paraguas, estamos acostumbrado que llueva todo el año.Unlock full access with a free trial. £ sa noche comenzó a llover verdad; Downloadde With Free Trial es decir, no una lluvi que dura unos minutos como en la capital y que lo anega tod para que más tarde se convierta en una gran noticia en televisión, sino una lluvia torrencial, potente, que golpeab los techos y parecía que iba a arrancar entera, un Sign up tola votecasa on this title Useful Nunca Not useful lluvia con viento que parecía tocar batería. antes habí visto y escuchado algo así y me dormí feliz, doblado en un
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¿Cómo va la investigación? — me me preguntó — . Ha — ¿Cómo
que averiguar sobre ese fantasma, Quique, si no voy a perde definitivamente la pega. — Es Es difícil probar algo así; quiero decir, que exista los fantasmas. Yo no sé si existen o no, pero que vi algo esa noch — Yo nadie me lo saca de la cabeza. Tal vez si se acuerda de algún detalle que me pudier — Tal servir... Don Armando se rascó la cabeza para hacer memoria Me senté a escucharlo en una silla cerca de la cama. Esa noche estaba con Ramiro, mi ayudante. Cad — Esa cierto tiempo hacía una ronda por los pasillos, que son largo y con poca luz. Todo era normal al principio. Cuando m acerqué al patio de comida empecé a escuchar unos ruido como de voces y carreras. Me acuerdo que en ese moment algo me distrajo. En el piso encontré una llave. Pensé que er una de las mías, que se me había caído. Vi cómo pestañeaba las luces. Entonces, por delante, apareció, a menos de 1 metros, justo adelante, esa figura de luz semitransparente Corrí con todas mis fuerzas. Pero antes deto vote llegar Sign up on this a titlela guardi sentí un dolor en el pecho y caí. Useful Not useful ¿todavía la — Y esa llave que encontró, ¿todavía
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Me la voy a llevar... llevar. .. Dígame, don Armando, Ar mando, ¿a quié — Me
podría perjudicar el asunto del malí embrujado? embrujado? He visto qu no todos están contentos que exista. mapuches, que alegan porque se construyó sobre u cementerio indígena. También los comerciantes del centro que no les gusta que la gente acuda al malí y no a su negocios. ¿Podría hablar con su ayudante? — ¿Podría — No hay problema, Ramiro es de mi absolut confianza, se quedó a cargo de todo en la guardia; dile qu vas de parte mía.
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unca he creído en fantasmas. Me gustan las películas d fantasmas. Me gusta que me dé miedo con esas película porque sé que los fantasmas no existen. O al menos lo sabí hasta que fui a Temuco. Mi papá, una vez, me contó un historia verdadera de fantasmas, una que había vivido é Cuando era niño, en La Serena, lo invitaron a un paseo d curso. Se irían a una playa del litoral. Ese día se levantó a amanecer. Lo fueron a dejar a la plaza donde los esperaba u bus. Pero antes su su padre, padre, mi mi abuelo, abuelo, debió pasar a buscar alg a otro lugar. Mi papá se quedó en el auto con mucho sueño tanto que comenzó a dormirse. Entonces, de pronto, todaví en la se- mioscuridad del amanecer, sintió que la puerta de auto se abría, alguien a lguien lo tomaba de la mano y lo hacía camina por la vereda. No supo cómo llegó a una casa muy vieja, allí, en el portal de esa casa, se quedó dormid profundamente. profundamen te. Soñó que jugaba con otro niño. Mientra tanto, el padre de mi padre volvió al auto pero no encontró su hijo. Lo buscó por todas partes sin resultados. resultado s. Por supuest se preocupó y fue a llamar a los carabineros. A medi mañana, cuando el bus con los demás compañeros de curs había partido al paseo, lo encontraronSigndurmiendo durm iendo en el porta up to vote on this title Not useful Useful de esa casa antigua. No supo explicar cómollegó hasta allí no se atrevió a contar lo que ocurrió, y menos ese extrañ
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mañana, pero después de más de 10 años no la encontró, e decir encontró un edificio nuevo de departamentos. Demor unas semanas en descubrir a un antiguo vecino de la cuadr que le contó que aquella casa la habían derribado hacía cinc años. A mitad de siglo la había habitado una familia con u hijo, pero la familia se trasladó al extranjero después de qu ese único hijo muriera de tifoidea a los 11 años. Mi padr quedó impresionado, era la misma edad que él tenía ese añ del accidente. Entonces concluyó que aquel niño fantasma l había salvado impidiendo que llegara a encontrarse con su compañeros en ese paseo que terminaría mal. La historia l repetía mi papá todos los años. Y todos los años le agregab algún nuevo detalle. Para él era su historia más importante, l más personal y de la que no se debía dudar, aunque mi mamá You're Reading a Preview cada vez que comenzaba con «cuando yo tenía i i años en L with a free trial. Serena me ocurrió Unlock algofull access increíble...», movía la cabez aburrida de escucharloDownload una y With otraFree vezTrialcon lo mismo. En el taller del Cortado me prestaron una bicicleta. M fui entonces al malí. Llovía menos, aunque las calle continuaban mojadas. En la oficina interior encontré Ramiro, un tipo joven con pinta de hip-hopero Sign up to vote onpero this titleque debí Not ropa useful la debí vestirse de guardia para trabajar en el Useful malí.Su guardar porque a sus jefes no les gustaban sus gorros, su
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. — ¿Como está el viejito Armando? Mira que venirl toda esa tontera — dijo mientras escribía. — ¿Qué crees que ocurrió esa noche? — pregunté. — Antes déjame decirte algo: los periodistas son los qu revolvieron esto, por culpa de ellos tal vez don Armand jubile anticipadamente y yo me tenga que ir con él. — Voy a averiguar lo que pasó. — Desde esa noche sólo hago guardia por aquí cerca de la oficina, no me atrevo a ir más lejos en lo pasillos. — ¿Entonces crees que existe ese fantasma? — Algo raro existe, pero la administración del malí m vino a advertir que no debía abrir la boca. Se escuchan ruido pero yo no soy tan valiente como don Armando, así que You're Reading a Preview voy a salir a ver. full access with a free trial. Entonces se me Unlock ocurrió una idea: — ¿Qué te parece si esta Download Withnoche Free Trialvengo con un amigo pasamos la noche por acá y descubrimos ese fantasma? — ¿Estás seguro? Pero yo no respondo por lo que le pase. — No tenemos para qué contarle Signa upnadie to vote on this title Useful Not useful — dije. — Si es para ayudar a don Armando Astu- dillo pued
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uando llegué a la casa comenzó otra vez a llover muy fuerte. Las tías se habían ido a la iglesia, a la misa de las siete de la tarde. Gertrudis estaba feliz y se peinaba ante un espejo. Cuando le pregunté por qué la alegría me dijo que había hablado esa tarde por teléfono con Víctor, el ex innombrable, el que ahora sí se podía nombrar todos las veces que se quisiera. Acordaron reunirse en la plaza, pero no en la de Armas, sino en una llamada Aníbal Pinto, a unas cuadras de la primera. A la cita, según Gertru, tenía que ir yo y servir de testigo porque ella estaba nerviosa. No tenía escapatoria, así que al día siguien siguiente te debía acompañarla a su cita con el pasado. Aproveché de que las tías no estaban para escabullirme a mi dormitorio, sentía mi estómago estirado y débil de tanto comer. Me perdí unas sopaipillas con chancaca, un pedazo de queque mármol y unos arrolladitos de masa con mermelada de membrillo, la especialidad de tía Neni- ta. Le dije a Gertru que estaba cansado cansado y me fui fui a dormir antes de las nueve de la noche. Ella no sospechó nad porque estaba ilusionada con su propio panorama del Sign up to vote on this title Useful Not useful siguiente. Mientras escuchaba esa lluvia tan contundente
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collares especiales con poderes antifantasmas que no confeccionó el abuelo Moisés. El recorrido bajo la lluvia hasta el malí nos dej empapados. A esa hora el recinto lucía aterrador, como un serpiente moviéndose en la oscuridad. Sólo alguna luminarias de la extensa playa de estacionamiento estaba encendidas. En la entrada del malí estaba la oficina de lo guardias. Nos acercamos sin hacer ruido. Dejamos la bicicletas. Ramiro miraba una película en un DVD, una guerra, con muchos disparos y explosiones. Cuand entramos, de la impresión se cayó de la silla. Avisen, casi me matan del susto — dijo, dijo, sobándos — Avisen, adolorido. Nos pusimos ropa ropa seca que traíamos traíamos en las mochilas. — Ramiro, Ramiro, ¿a qué hora más o menos se aparece es fantasma? — pregunté. — Como Como a las tres de la madrugada, o sea — miró miró s reloj — en 40 minutos más. Pero les aviso que yo de aquí n — en me muevo; de fantasma no quiero saber nada. Nos preparamos. En la galería del pasillo central tod estaba en una semioscuridad que aterraba de onsólo mirarla. A Sign up to vote this title Useful lleno Not useful esa misma hora podría estar en la cama de frazada feliz y calientito, soñando que era el jefe de una expedición
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Encendimos la linterna. En realidad, Julio <11. ( lidi una de las linternas directo en mis ojos, lo (|iie me dio u tremendo susto. Le dije que no volviera a hacerlo, desd ahora yo manejaría la linlt nía. Julio se ofendió y dijo: I .os de mi raza no tenemos miedo. ¿Sí? — pregunté sin creerle. Bueno, un poco. — Bueno, le dije — estamos muertos d — Los de mi raza — le miedo. Faltaban pocos minutos para las tres de la madrugada así que nos detuvimos en el centro de la galería. Arriba estab el patio de comida. Decidimos esperar sentados en un banco Ni siquiera la lluvia del exterior se escuchaba en ese luga Todo estaba oscuro. Después de diez minutos que parecieron parec ieron muy largos, d pronto vimos a lo lejos parpadear las pocas luces de pasillos, hasta que definitivamen definitivamente te se apagaro completamente. Nos pusimos de pie, casi abrazados Julio yo. Entonces, cerca de la escalera que conducía al segund piso, apareció una pequeña luz verde que enseguida transformó en azul. En esa luz vimosSignformarse unatitlefigura, up to vote on this Useful Not useful hombre, uno que medía dos metros,transparente y luminoso y que avanzaba como si flotara. Retrocedimos. Levanté l
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bastante femeninos, Julio y yo salimos corriend despavoridos hacia la entrada del Malí Temuco. Cuando llegamos el corazón me rebotaba como bomb en el estadio. Julio tenía los pelos de la cabeza levantados nuestros ojos parecían loza china. Le gritamos a Ramiro quien apareció detrás de la puerta. Por supuesto se negó a da un paso hacia los pasillos. Entramos a la oficina y cerramo con llave, candados y seguro, y nos quedamos allí tratando d calmarnos. Nos considerarían unos cobardes por todo esto; realidad lo éramos. Pero hay que estar frente a un fantasma d verdad como para dar una opinión. Nosotros habíamos estad a tres metros de uno y no se podría calificar como un experiencia grata. Reading a Preview Una hora despuésYou're decidimos regresar a la Unlock full access with a free trial. casa. En el camino deDownload vueltaWith lasFree calles Trial estaban vacías. Sól vimos pasar a los camiones que abastecían a los grande supermercados. Toda la ciudad dormía sin preocuparse d apariciones. Antes de despedirnos le pedí a Julio q^e nothiscontara nad Sign up to vote on title usefulantes de Useful Not de lo ocurrido, necesitaba aven guar algo más siguiente paso que daríamos. Julio dijo que estaba ta
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marraqueta, un plato de harina tostada con agua hirviendo, azúcar y miel. Don Armando se levantó también, estaba cansado de la cama. Se sentía mejor, algo débil, pero podía ponerse en pie y así salir a conversar con sus vecinos. Quien se demoró en aparecer fue Gertrudis. Estuvo probándose toda la mañana vestidos para su encuentro con Víctor. Por fin llegó con unos jeans muy ajustados y una polera que decía: «Pan de azúcar». La miramos como si se hubiera equivocado y en vez de despertarse en Temuco, capital de la Araucanía, en pleno invierno, lo hubiera hecho en Miami Beach. Ella levantó los hombros y dijo: -¿Y? " La lluvia, mágicamente y sólo para ayudar a Gertru, desapareció por el momento. Recorrimos en un taxi Reading a Preview avenida Caupolicán y You're doblamos Unlock full access with a free trial. hasta encontrarnos con la plaza Aníbal Pinto. Nos sentamo en un banco, que segúnDownload GertruWith eraFree el Trial mismo donde siempre s sentaba con Víctor después de tomar helados en la Confiterí Central de calle Bulnes. Esperamos 10 minutos en los qu ella me preguntó 34 veces cómo se veía. Por mi parte, quis saber cómo era el tal Víctor. Sign up to vote on this title Useful d Not useful ijo ella. — Es muy flaco y buen mozo — Cuando apareció un señor muy gordo, con una barrig
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dos hijos». Víctor le contó que hacía siete años se habí casado con Matilde, una ex compañera de Gertru. E realidad, y eso lo supe más tarde, ambas se odiaban desde e liceo. El asunto era que ahora Víctor y Matilde eran felices ambos engordaban sin remordimientos, ella era buen cocinera, trabajaba en el Hotel La Frontera, el más important de los de la ciudad. Para coronar el pastel, Víctor l confidenció arrugando los ojos, como si fuera un tiern secreto, que habían «encargado» otro hermanito para los do que teníamos allá delante. Por supuesto y como siempre, Gertrudis Astudillo s comportó a la altura de las circunstancias, como si todo es fuera normal, como si nada le sorprendiera y fuera natura encontrarse a su ex novio, el idéntico a Brad Pitt, convertid You're Reading a Preview en el Profesor Barriga, además de inmensamente casado Unlock full access with a free trial. feliz. Yo sabía, en cambio, que por dentro Gertru sufría; l culpa, otra vez, la tendríamos nosotros Download With Free Trial los hombres. Una hora más tarde estábamos en una cafetería, sól ella y yo, llorando las penas frente a dos cafés con leche. A final concluyó con su frase habitual, una que, a la larga siempre la hacía entrañable para mí, que meserví Sign up una to vote on this title Useful en Not siempre de ejemplo de cómo comportarme lauseful vida y cóm superar las adversidades:
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Me quedé recorriendo las calles. Cerca del mercad municipal encontré una cerrajería. Entré y le mostré a empleado aquella llave que don Armando había encontrad en el suelo momentos antes de que apareciera el fantasma d malí. — A ver — me dijo, examinando la llave — . Estas so llaves modernas, no se venden en cualquier parte. — ¿Pero a qué puede corresponder? — No sabría decirte, pero parece una llave eléctrica. — ¿Cómo eléctrica? — Me refiero a que no se usa para abrir puertas, sin para paneles eléctricos, por ejemplo. — Muchas gracias — dije y salí de allí. Regresé a la plaza de Armas y pregunté dónde estaba a Preview El Diario Austral estab las oficinas del diario You're de laReading ciudad. Unlock full access with a free trial. frente a la plaza. Necesitaba ver archivos antiguos. M pidieron mi carné deDownload identidad y pasé hasta los archivos With Free Trial donde permanecí casi dos horas.
Durante el almuerzo estábamos todos en la mesa. Sól Gertrudis tenía una cara larga que llegaba al suelo, pero lo Sign up to vote on this title demás nos reíamos de los chistes que tía Nenita contaba. Useful Not useful — Como siempre, la comida está deliciosa — dije. Qué bueno que te guste dijo tía Gladis, satisfecha
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Entonces, don Armando se limpió la boca con un servilleta de género y dijo: — Les aviso que esta noche regreso al trabajo. — Pero, papá, usted está todavía en reposo. — Tengo que probar que no mentía con lo que m ocurrió, y la única forma es que me enfrente a esa cosa. — Pero esa cosa como la llama usted no existe — dij Gertru. — Yo creo que es una buena idea — uije. — No te metas, Quique — me detuvo Gertrudis. Aproveché de ir más lejos y le dije al papá de Gertru: — Quiero pedirle un favor, don Armando. — Dime, Quique. — Quiero acompañarlo esta noche en su rond You're Reading a Preview nocturna. full access with a free trial. manera, sobre mi cadáver, primer — De ningunaUnlock muerta — dijo Gertrudis. Download With Free Trial
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Nos preparamos con don Armando para la noch Mientras nos vestíamos de la mejor manera aprovech de hacerle algunas preguntas: — Dígame, ¿cuál es el apellido de Ramiro, su ayudante — Loyola, ¿por qué lo preguntas? — Por nada — dije. Gertrudis no quiso hablar conmigo y se encerró en s dormitorio a escribir su diario de vida. En realidad no llevab ningún diario de vida, sólo se le ocurría escribir cuando l sucedían cosas tremendas como la que acababa de ocurrir co Víctor, así se desahogaba. A las nueves de la noche estábamos listos para iniciar e turno de guardia en el Malí Temuco. Cuando llegamos nos quedamos en la oficina jugando Reading a Preview las cartas. Ramiro yYou're don Armando eran muy bueno Unlock full access with a free trial. Después, Ramiro contó algunos chistes que nos hicieron reí Los tres estábamos unDownload pocoWith nerviosos Free Trial por lo que vendría pero tratábamos de que no se notara. En un sillón de la oficina me eché a dormir un rato Desperté a las dos de la madrugada. Todavía quedaba un hora para la aparición. Entonces nosSignpreparamos. up to vote on this titleA las tre useful Useful por Notel en punto haríamos una ronda completa malí, don Armando y yo. Ramiro se quedaría en la oficina.
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Apenas alcancé a decirle que sí, pues la voz me salí como desde los zapatos. Seguimos avanzando de regreso hasta el centro de malí, donde antes se había aparecido el fantasma. No detuvimos allí y esperamos. Entonces la iluminació pestañeó y se extinguió por completo en el pasillo. Ensegu apareció una luz verde que se convirtió en azul frente nosotros, la que formó una figura que parecía un hombre co un sombrero. Don Armando tragó saliva. Yo tragué saliva. — Quique — dijo susurrando don Armando — deberíamos salir corriendo ahora. — No — respondí, y enseguida con voz más alta dije : Luz... — Sí, sí, la vi, esa luz es el fantasma. Reading a Preview No me había You're entendido. La aparición brillante Unlock full access with a free trial. transparente pareció darse cuenta y comenzó a avanzar haci donde nos encontrábamos. Download WithCon Free Trialel papá de Gertr comenzamos instintivamente a retroceder. Entonces, otra ve grité con más fuerza: — Luz. Don Armando debió creer queSignme había up to vote on thistrastornado title useful Useful los Notsesos. que la aparición me había hecho perder En es instante aparecieron casi 10 sombras por la escalera del pati
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— Parece que encontramos al fantasma del malí — dij
cuando Ramiro llegó hasta donde estábamos — No entiendo — dijo don Armando. — Don Armando, este es mi amigo Julio y su gent — dije, presentándolo. balbuceó don Armando. — Pero Ramiro... — — Cada vez que aparecía el fantasma había un disminución del voltaje de la electricidad del malí — expliqué — . Desde el segundo piso, Ramiro conectaba u proyector de rayo con el que imitaba una figura como la de u fantasma. Los mismos rayos que usaba los fines de seman en la discoteque. — Pero... — dijo don Armando. Le enseñé la llave que me había pasado y que habí You're Reading a Preview encontrado en el piso del malí. Unlock full access with a free trial. esta llave. Con ella se accede a lo — Tenía razón con paneles de control de Download luces deWithtodo el malí, ahí instalaba Free Trial equipo. — ¿Pero Ramiro para qué querría hacer algo así? — Todo tiene que ver con su apellido, Lo- yola, ¿no e verdad, Ramiro? Sign up to vote on this title useful para qu Useful Not Ramiro movió la cabeza mientras lo sollaban hablara.
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Es cierto, el Cortado es mi papá. La empresa l echó y nadie le creyó, por eso aproveché que tenía est equipo de luces de la discote- que para usarlo y hacer creer e el fantasma otra vez. Mi papá sufrió mucho y quería que se l reconociera. Pero le juro, don Armando, que no era nad contra usted. — Está bien. Ramiro. De todas maneras este trabajo n va a durar mucho más. Si volví a trabajar era para descubrir l verdad, pero veo que ya sabemos lo que ha pasado. -Nosotros nos vamos — dijo Julio con sus amigos, después de un grito de guerra mapuche nos dejaron a los tre sentados en el banco del centro del malí, pensando en todo ¡ que había ocurrido. —
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os fueron a dejar a la estación de trenes de Temuco. Afuer todavía llovía y, nos habían advertido, cuando en el su llueve puede hacerlo hasta quince días seguidos. Estaban tí Nenita y tía Gladis, don Armando y Julio Painemal. Poc gente viajaba esa noche, pero en realidad poca gente lo hací en estos días en tren. Todo había cambiado muy rápido en l ciudad y seguiría haciéndolo. Nosotros regresábamos Santiago, donde la vida era aún más rápida, mucho más qu en una ciudad de provincia. Julio se acercó a despedirse: — Ojalá que puedas volver a Temuco, Quique, par mostrarte más cosas de los mapuches. — Voy a volver — le dije. — El abuelo Moisés te mandó este amúlelo, dice que e You're Reading a Preview — me entregó un amuleto d para sobrevivir en Santiago full access with a free trial. cuero con una placa deUnlock cerámica. — nTrial Están llamandoDownload a abordar os dijo don Armando. With Free
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— Cuídese, papá, no trabaje mucho — le dijo Gertrudis a su
a ambos. Por su parte, tía Gladis y tía Nenita me volvieron a apretar m de anunciar: — Gladis y yo te hicimos algunas cositas para que no pases que olía rico. uando nos despedimos de don Armando me dijo, sólo para que yo escuchara, que nunca más hablaría de fantasmas. Estuve de acuerdo. Subimos al tren. Pero antes, en la escalera. don Armando se acordó de algo más. — Se me olvidaba — dijo — , antes de salir a la estación llegó esta carta para ti, Gertrudis. You're Reading a Preview Le entregó un sobre de color damasco a Unlock full access with a free trial. Gertru. de With quién? — ¿Una carta? ¿Y — preguntó ella, Download Free Trial aunque adivinamos enseguida de quién sería la carta. — Venía por mensajero — dijo don Armando — , de un tal Víctor. Sign up to vote on this title
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ientras el tren enfilaba hacia el norte comencé a probar esos ricos empolvados que las dos tías solteronas me habían preparado. Estaban deliciosos. Cerré los ojos y pensé en todo lo que habíamos vivido en esos días en el sur. Cuando los volví a abrir, Gertrudis parecía triste, sobre sus dedos movía la hoja color damasco de la carta. Le pregunté despacito, tratando de no molestar: — ¿Qué decía la carta? — La carta... decía que todo tiempo pasado fue mejor, eso decía... No he vuelto a la ciudad de Gertrudis y ganas tengo este verano o el próximo. Julio Painemal me escribió y me envió una bandera que tengo You're Reading amapuche Preview ahora en la pared de mi pieza. Poco tiempo después Unlock full access with a free trial. de nuestro viaje ese invierno cerraron el Malí With Free Trial Temuco, los negociosDownload quebraron y fracasaron y el lugar quedó abandonado durante mucho tiempo. Dicen que la propiedad entera la van a vender para levantarSignedificios de s up to vote on this title departamentos. También en la carta,Julio contó Useful me useful Not que su abuelo no resistió la ciudad y se fue a vivir al campo, muy lejos, cerca de un lago, donde tiene las
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ra el primer 18 de septiembre que pasábamos solos. Mi papás aprovecharon la temporada de rebajas y se fueron Buenos Aires en una promoción que les pagaba el hotel, u city tour y un paseo por los malls de Buenos Aires, que e realidad son idénticos a los malls de acá o a los de cualquie parte del mundo, pero igual mis papás se morían por ir comprar al otro lado de la cordillera. Estábamos en la cocina tomando la once con m hermana Sofía y Gertrudis Astudillo, mi nana. Mi herman aprovechaba que no estaban mis papás y planificaba su siguientes noches fuera de la casa con su pololo Nacho, al qu to dos odiábamos en silencio, no porque fuera un mal tipo sino porque no hablaba o lo hacía a murmullos que nadie salvo Sofía, entendía. Mi mamá le preguntó un día a m You're Reading a Preview hermana si Nacho era un estudiante extranjero porque no se l Unlock full access with a free trial. entendía nada. Mi hermana se sintió ofendida y lloró porqu no la comprendíamos.Download Ella sí With captaba cómo hablaba Nacho Free Trial lo justificaba diciendo que era así porque sus padres era diplomáticos y nunca estaban en su casa; su madre er budista y pasaba todo el día meditando. Tal vez por Nacho no hablaba, porque su mamáSignseuplo prohibía to vote on this title mientra Useful Not useful ella meditaba. Esa noche mi hermana saldría con su pololo al cine,
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Gertrudis nos preparamos para esas extrañas conversacione a susurros que podían durar una eternidad. Pero no era él al otro lado del teléfono. Sofía regresó la cocina decepcionada y dijo con cara de botella de agu mineral que se le escapa el gas: — Buscan a un tal detective Quique Hache. Nos miramos nerviosos con Gertru; se suponía que es era un secreto entre ambos. — ¿Para mí? — pregunté con voz de inocente que entiende nada, aunque sabía perfectamente la respuesta. — ¿Qué es eso de detective privado? — dijo m hermana. — Nada. Una confusión — respondí. Sofía untó con mermelada light su rebanada de pan die Reading a Preview y revolvió su café conYou're sacarina. Unlock full access with a free trial. Quique? — dijo. — ¿En qué líos estás, Salí al living a contestar el Free teléfono. Download With Trial Del otro lado escuché una voz gruesa, ronca, como la d un locutor radial de medianoche. Me pidió la dirección de m oficina. Como estaba nervioso y sorprendido por la llamada sólo se me ocurrió entregarle la Sign dirección detitle mi casa up to vote on this Useful de Not useful Trabajaba como detective ocasionaldespués un curso po correspondencia, lo que era un secreto entre mi nan
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desesperación, una que le conozco y que es parecida a la car de alguien bajando una montaña rusa con la boca abierta. — Pensé que se había acabado el asunto de lo detectives. Ella no sabía que otra vez había pagado un avis en el diario ofreciendo mis servicios al mundo. Cuando me vio desbaratando los cajones preguntó: — ¿Qué buscas? Buscaba el diploma de detective, lo había conseguid en ese curso por correspondencia hacía dos veranos. L encontré. El diploma tenía impresa la marca circular de un taza de café justo en el centro, pero con un poco de liqui paper no se notaría. — En unos minutos más viene una tal señora Blanca You're Reading a Preview Río, dice que quiere contratar los servicios de un detectiv Unlock full access with a free trial. privado. — ¿A la casa? Download With Free Trial — En realidad le dije que era mi oficina, así que ha que transformarla en algo que se parezca a una oficina. Par eso necesito mis diplomas. Y tú serás mi secretaria. Gertru, que es solidaria y comprensiva, me respondió: Sign up to vote on this title Useful Not useful — Jamás de los jamases. — Te necesito como mi secretaria para que no sospech
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olimpiadas del colegio, el que sólo me habían otorgado po participar en una carrera de ensacados. Unos minutos después golpearon a la puerta. Por l ventana vi un elegante automóvil color verde musgo co vidrios negros. Varios vecinos en la vereda de calle Jua Moya miraban con admiración el automóvil, acostumbrado a los miles de Opel Corsa y Toyota de segunda mano d nuestra vereda. Abrí la puerta y apareció un señor elegante, como lo mayordomos de las películas. Resultó que era, justamente, e mayordomo de la señora, la que enseguida se bajó tambié del automóvil vestida con ropa elegante, un abrigo de pelo largos y collares; la ropa que nunca usaría mi mamá, n porque amara a los animales, sino porque no tenía plata par Reading a Preview pagar la fortuna que laYou're señora llevaba encima. Unlock full access with a free trial. para ser detective — dijo e — Se ve muy jovencito mayordomo con cara de mayordomo. Download With Free Trial — En esta profesión no hay edad — respondí. Sin esperarlo, de improviso, después de entrar a l casa-oficina, Blanca del Río comenzó a llorar; eso sí, llorab de forma diferente, es decir, lloraba Sign conupelegancia. to vote on this title Useful Not useful Llevab Desde la cocina apareció Gertru, mi asistente. una libreta de notas esperando que le dictara o sólo par
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una telenovela, una nana, por ejemplo, que ayudara a l protagonista, se transformara en su confidente, y que luego e guardia de la cuadra se enamorara de ella y resultar finalmente ser el hijo de un millonario, ese tipo d argumentos. Gertru creía en los personajes que representaba, por es ese día parecía la secretaria más eficiente de una agencia d detectives. — La escucho, señora — le dije a Blanca del Río cuand detuvo el llanto que parecía no acabar a pesar de su elegancia — Me han robado al señor Robinson — dijo, y no pud evitar volver a llorar. El mayordomo, a quien nadie le había pedido s opinión, levantó una mano vendada y dijo: Reading a Preview — La policía no You're quiere hacerse cargo del secuestro; po full access with a free trial. eso, después de leer suUnlock aviso en el diario, acudimos a usted. Extrajo una fotografía. Download Alrededor With Free Trial de la figura dibujad de Winnie de Pooh aparecía la frase: «Un nuevo amiguito», en el centro la fotografía de un gato blanco y gordo, tal vez e más gordo que había visto. dvote ijoonelthismayordomo — Le presento al señor Robinson Sign — up to title Useful Not useful tii a señora Del Río era la dueña de la botoneQJ ría má grande de Santiago, con sucursales repartidas en toda l
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años fue el confidente más cercano que tuvo. Pero el gat tenía algo en común con su ex marido: no hacía nada más qu dormir y comer, pero también era intratable y no soportaba nadie más que a la señora. El mayordomo me mostró su mano vendada, era l última caricia del gato antes de que lo robaran. Hacía 10 día la señora Del Río debió viajar fuera del país, y consider entonces que lo mejor era dejar a su mascota en un hotel de animales e Vitacura, cerca de la Clínica Tabancura. Cuando fueron reclamar el gato, de regreso del viaje, le dijeron que alguie se había adelantado y lo había retirado. La policía no quis saber nada del asunto; a pesar de los millones de la señora De IVÍO, tenían asuntos mas imponantes de que ocuparse Entonces, ella vio mi You're avisoReading en ela Preview diario, llegó a mi casa, m with a free trial. extendió un cheque y Unlock me full dioaccessuna orden: encontrar a ese gat gordo y agresivo antesDownload de queWith ellaFreeseTrial muriera de pena. Justo en el momento en que la señora Del Río y s mayordomo se disponían a salir de mi casa oficina Gertrudis tomaba notas fingiendo que escribía, tocaron a l puerta. Gertrudis me miró, sonrió Sign como secretaria cuand up to vote on this title Useful useful Not escucha que golpean a la puerta de la casa que no es un oficina.
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— Trae mala suerte — respondió ella.
( ba arriba de una de esas micros nuevas, de esas que pare dos pero que en realidad son una sola, largas como gusano por avenida Apoquindo hacia el oriente. En las esquinas no detenían los malabaristas que lanzaban al aire desde cuchillo hasta pollos desplumados. Los automovilistas miraban a lo malabaristas con caras aburridas. Avanzamos por avenida Las Condes. Bajé del bus ante de llegar a la Clínica Tabancura. En una casa con aspecto d jardín infantil estaba el Hotel de mascotas Bed and Pet. Entr y enseguida olí algo extraño que venía desde el interior, n era un olor a flores, sino a animales. Una secretaria co espinillas en la cara y chasquillas alzadas como se usab antes, hace 15 años, me recibió sin despegar la vista de s You're Reading a Preview computador. Unlock full access with a free trial. por... — Buenos días, venía No alcancé a nada más. With La Free encargada revisó una lista e Download Trial un computador. — ¿Nombre de la mascota? ¿Descripción? — dijo. — No venía a eso, sino por el asunto de un gato qu tuvieron ustedes hace una semana, elSign señor Robinson. up to vote on this title Useful Not useful La secretaria despegó los ojos del computador y po primera vez me observó como una máquina fotocopiadora.
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millonaria, la señora Del Río, tiene influencias, y an demanda hoy no es un chiste. Pero esto se lo cuento a uste nomás, no me vaya a citar en el reportaje. Como no tenía alternativa le seguí el juego. — Sólo quería que me confirmara un dato: ¿quién vin a retirar al señor Robinson ese día? — ¿No lo sabe? ¿Quién cree? El señor Del Río. — Pero el señor Del Río está separado de la señora De Río, su mujer. Además, parece que él vive en el extranjero. — Mire, señor periodista, aquí en los registros tenemo firmado a un señor Esteban del Río, por eso se lo entregamos a él cuando vino; o sea, la culpa no fue del hotel. You're Reading a Preview — Pero cualquiera podría haber venido y dar el Unlock full access with a free trial. nombre. — Ah, no sé yo.Download Se identificó como el señor Del Río, With Free Trial ¿por qué íbamos a dudar? — ¿Pero se acuerda de algo especial en él? Se echó un lápiz marca Bic a la boca antes de responder. Sign up to vote on this title Useful Not useful de una porque cojeaba — Me acuerdo de ese señor pierna. No sé si eso puede servirle, señor periodista.
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proveché el viaje por el barrio alto de la ciudad y me fui al Malí Alto Las Condes. Por supuesto, eso me hizo recordar mis papás sufriendo en los malls de Buenos Aires, cansados de comprar, cansados de llevarse ofertas que ni siquiera les interesaban pero que había que aprovechar porque el cambi les favorecía. Un guardia del malí me indicó el tercer piso cuando pregunté por tiendas de animales. Subí por una escalera mecánica. Los pasillos estaban llenos de brasileños que, como mi papá en Argentina, venían a comprar al país porque era más barato. Los animales de la tienda, sobre todo los cachorros de perros, estaban adentro de cajones de vidrio, con caras suplicantes para que alguien se apiadara de ellos y se los You're Reading a Preview llevara. El olor era parecido al del hotel de mascotas, Unlock full access with a free trial. aunque aquí un empleado, disimuladamente, se paseaba por el lugar con un desodorante ambiental con aroma Download With Free Trial bosque silvestre que confundía los demás olores. Me atendió otro empleado con trenzas rastafari. L entregué la fotografía del señor Robinson y le pregunté: — ¿Qué tan caros son estos gatos? Sign up to vote on this title useful Useful Not El empleado lo observó detenidamente, respondió co una voz suave y con olor a no precisamente un cigarrillo
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Abrí los ojos sorprendido. — O sea, es un simple gato callejero. — Exactamente — sostuvo otra vez la fotografía de señor Robinson e indicó un detalle — : En todo caso, lo car es el collar que lleva, vale millones. — ¿El collar? Examiné la fotografía. Se distinguía un collar luminos y brillante en el que antes no me había fijado. — De ese tipo valen millones — contestó con un sonrisa que mostraba todos los dientes, como si estuviera quisiera estar en una playa de Jamaica echado en la arena. L legué a mi casa en Ñuñoa justo cuando Gertrudis levantab el teléfono y del otro lado de la cordillera mi papá saludab con acento argentino después de apenas dos días en Bueno You're Reading a Preview Aires. Unlock full access with a free trial. estudiando — le contestó Gertrudi — Sí, sí, aquí está mirándome nerviosa. Download With Free Trial Estábamos en vacaciones del Dieciocho, tragand centenares de cuecas y empanadas, chicha, Parada Militar fondas. A nadie se le ocurriría que yo estaría repasand materias para el último tercio del año Sign en up to el vote liceo. on this titleEntonces Useful Not useful mi papá sospechó y pidió hablar conmigo: — Nada de jueguitos, Quique, le obedeces a Gertrudis
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con el que esperaba traer a toda su familia de Temuco. L fórmula era ahora otra: entrar a un reality show de la telev sión. Lo había estudiado muy cuidadosamente, esa sería s meta de ahora en adelante. Gertrudis Astudillo era un morena alta y buena moza, cuando iba por la calle le silbaba y los hombres le observaban el trasero, que según la mism Gertru es lo mejor que tiene. Le conté entonces todo lo que había averiguado de señor Del Río en el barrio alto. Antes le había preguntado po teléfono a Alamiro, el mayordomo de la señora, detalles de s antiguo patrón. Me confirmó que cojeaba levemente debido un accidente en moto cuando era joven. Todo coincidía entonces. Caso resuelto. A cobrar. El culpable era Esteban de Río, que quiso vengarse de su mujer y por eso secuestró a You're Reading a Preview gato. Sólo faltaba un detalle: el gato. Unlock full access with a free trial. Desde hacía cinco años, Alamiro no veía a su antigu patrón. La explicaciónDownload de todo que Withlo Free Trial estaba ocurriendo er simple: el collar del gato valía millones y el señor Del Rí necesitaba dinero. Dos más dos, igual cuatro. Desperté con unas bulliciosas cuecas que le gustab escuchar en esa fecha a Gertru: unaSigndel otr up togordo vote on thisLoyola, title Useful Not useful de los lagos de Chile y la de adiós Santiago querido. Es música emocionaba a Gertrudis y enfurecía a mi hermana
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el gimnasio donde se realizaba el evento. Fue amor a primer vista, él le dedicó una cueca con zapateo y ella se pus colorada. Al final, él no ganó el campeonato nacional, pero s quedó con la carabinera. Dos meses después se casaron Mientras tanto, Gertru se quedó en Te- muco muerta de amo y celos. Le pedí a don Artemio que me llevara. Él maneja u taxi, pero lo hace casi por diversión porque es jubilado de l Armada de Chile. Vive cerca de mi casa, en avenida Greci con Juan Moya. Como le encanta manejar me aseguró que l venía bien un paseo por el barrio alto. Nos fuimos entonces por Américo Vespu- cio cruzamos un puente grande y luego nos internamos por L Dehesa, por calles que no conocía, bordeando los cerros. Al You're Reading a Preview se veían casas grandes, todas con piscinas y vario Unlock full access with a free trial. automóviles en los estacionamientos. A don Artemio no l molestaba llevarme porque decía que Download With Free Trialél toda la vida naveg por los canales del sur de Chile en una barcaza de la Armada por eso le gustaba manejar su taxi, se aburría si se quedaba su casa mirando en la televisión el fútbol español o la lig inglesa. Como seguía siendo un Sign marino, up to vote oncada this title vez qu Useful Not useful indicaba algo utilizaba su terminología de navegación. — A babor se encuentra el río Mapocho. A estribor e
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Me recibió en la puerta Alamiro, el mayordomo. S sorprendió de verme. Todavía llevaba su mano vendada Cuando le pregunté cómo estaba la herida me dijo que cad vez que se observaba las vendas se acordaba del seño Robinson y de su mal humor, así que era sincero cuando m decía que estaba feliz porque alguien se lo había llevado d esa casa. La mansión era enorme y antigua. A diferencia de exterior, adentro de la casa parecía el Polo Sur. Pero no sólo por frío. Todo parecía oscuro, los muebles antiguos, tristes pasados de moda. El mayordomo me advirtió que perdía tiempo porque la señora Del Río estaba con unos amigos en Colina, en un almuerzo campestre. — En realidad venía a conversar con usted — le dije — You're Reading a Preview Quiero que me cuente del señor Del Río, necesito má Unlock full access with a free trial. detalles. El mayordomo me hizoWith pasar una cocina enorme, de Download Free a Trial tamaño de mi casa entera. El piso parecía un tablero d ajedrez, con cuadrados negros y blancos. Me dejó por delant un vaso de leche cultivada con sabor a frutilla. deupsu marido — La señora Blanca se separó Sign to vote on this titleporque é Usefulalcohólico. un Not useful era un inútil, pero además porque era — ¿Y qué sabe de ese collar que llevaba
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Irarrázaval con Pedro de Valdivia, pero quebró cas enseguida. — ¿Y no sabe dónde estará ahora? — Dicen que se fue del país, otros lo han visto en algú bar por Irarrázaval, pero yo prefiero no meterme en eso. Salí de la casa. Don Artemio me esperaba en su tax durmiendo con la boca abierta, soñando con alta mar. C
uando llegué a la casa nadie me esperaba. Era el pago a u detective privado después de un día de trabajo. Me fui a ver l televisión. Los estudiantes seguían en una huelga eterna. E las noticias apareció entonces una «historia extraordinaria» así les llamaba mi papá a las historias curiosas. Esta era sobr Reading a Preview un perro y su amo. ElYou're amo vivía en Nueva York, pero po full access with a free trial. trabajo debió viajar aUnlock establecerse a Los Ángeles; es deci debió cambiarse a unaDownload ciudad otro Withal Free Trial extremo del país. E país, por supuesto, era Estados Unidos, donde siempre pasa historias extraordinarias. Las historias tristes, las mala historias o las que terminan mal, ocurren sólo en los paíse como el nuestro. El amo del perro seSigncambió athisuntitletrabajo e up to vote on Not useful Silicon Valley, un lugar donde vana Useful pararlos genios de l computación, aunque al parecer este no era un genio pero
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la cámara. El perro, en cambio, sólo se veía algo cansado. Es era una historia extraordinaria. De pronto apareció Gertru vestida elegantemente seguida de Sofía, mi hermana, que la miraba como diciendo «Todo esto es mi obra». El vestido era nuevo. Gertru llevab un maquillaje en la cara que la hacía verse extraña. — ¿Qué tal? — preguntó, esperando lo que toda muje espera después de una pregunta como esa, la que tiene un sola respuesta posible. — Estupenda — dije — . ¿Adonde vas? Mi hermana me hizo un resumen. Había aparecido otr vez el profesor Araneda, del Colegio San Agustín de Ñuñoa quien antes la había invitado varias veces a salir. El profeso era elegante y culto, pero, por largas temporadas, des Reading a Preview aparecía. Al parecer,You're como los volantines, en septiembr full access with a free trial. había vuelto. Esta vezUnlock la había invitado al cine de La Reina, ver una película dondeDownload actuaba mismo actor de la películ Withel Free Trial Titanic, aunque ahora no se moría en la película. Aproveché para advertirle en secreto a Gertru que tenía que ayudarme al día siguiente con el caso de gato perdido, pero ella en esos momentos entitlelasnube Sign up toestaba vote on this Useful dejó Not useful Cuando el profesor Araneda llegó, un aroma colonia Rodrigo Flaño por toda la casa. Se fueron al cine e
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que sí, que esta vez era el hombre de su vida. No sería y quien le arruinara la felicidad diciéndole que le habí escuchado decir antes lo mismo casi una docena de veces. Antes del almuerzo me fui hasta el centro de Ñuñoa, po avenida Irarrázaval. Allí me informaron de los bares má concurridos. Llegué hasta Los Cisnes, bajando hacia Macu El bar era oscuro; además de ofrecer lo habitual para bebe vendían huevos duros. Me acerqué al empleado, que sonreí como si se hubiera ganado la lotería. — Busco al señor Del Río, me dijeron que a veces vien por aquí. Se le borró enseguida la sonrisa. Me había conseguid una fotografía con el mayordomo de la señora Del Río. A hombre del mostrador se le cayó aún más la cara y le cambi Reading a Preview abruptamente por un You're rostro cuadrado, como un pedazo d Unlock full access with a free trial. piedra recién expulsada de un volcán. — A ese señor noDownload lo queremos ver en este With Free Trial lugar. — ¿Por qué? — Nos inventaba historias y nos pedía dinero prestado Un día nos dijo que tenía que operarse Sign up toen voteCuba on this titleporque l Useful Not useful en el ba habían encontrado un tumor. Todosnosotros aquí hicimos una colecta para ayudarlo. Un mes después, d
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1 señor Del Río estaba en la mesa del fondo de aquel bar. E la radio se escuchaba una canción de Ricardo Montaner, un que a mí me parece horrible pero que a Gertrudis, en cambio le recuerda a otro gran amor que tuvo en Temuco y del que n se ha podido olvidar, a pesar de haber tomado unas hierba medicinales de un doctor de la Plaza de Armas, unas qu curaban los males de amor a distancia. El doctor de la plaz que le vendió esas hierbas, más tarde apareció en la televisió acusado de tener una fábrica de DVD's piratas en Estació Central. En persona no se veía muy bien Esteban del Río, má bien, digámoslo, tenía aspecto acabado, como si un carro de metro de Santiago hubiera pasado sobre él varias veces Estaba solo en una mesa, tomando una copa y no dejaba d You're Reading a Preview mirarla fijamente como si fuera de oro. No estaba borrach Unlock full access with a free trial. todavía, según me dijo el empleado del bar, necesitaba do copas para emborracharse, todavía DownloadyWith Free Trialestaba en la primera Aproveché y me presenté: — ¿El señor Esteban del Río? Vengo a hacerle una preguntas. Del Río me miró como si Signfuera d up to voteun on thisenviado title Useful Not useful Ganímedes, pero enseguida pareció no importarle, estab acostumbrado a todo lo que se le presentaba. Desde hací
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anteriores y el amor de la señora Del Río, pero reconocía qu ella tenía razón, que su verdadera realidad era lo que viví ahora, sentado en un bar, tomando alcohol temprano en l mañana. — Quiero hacerle una pregunta — le dije. — Dígame. — Estará enterado de que luego de su separación su e mujer compró un gato. — Sí, un gato gordo y feo — dijo con rabia. — De eso venía a preguntarle. Alguien se robó el gato de pasada un collar que llevaba. La señora Del Río me mand a investigar el asunto. El señor Del Río me quedó mirando sin entender. — Cuando me separé nunca más vi a mi ex mujer. Sup a Preview de ese gato, pero a míYou're no Reading me gustan los animales, les teng Unlock full access with a free trial. fobia, cada vez que estoy cerca de uno comienzo a estornuda — ¿Usted no tiene entonces al Trial señor Robinson? Download With Free — ¿Señor Robinson? No, no tengo a nadie con es nombre, en realidad a nadie con ningún nombre. Nos quedamos mirando a los demás que bebían, todo solitarios y tristes en un bar oscuro. Entró niño y nos dej Sign up to un vote on this title Not useful Useful un santito con la imagen de San Tadeo, pero como no l dimos nada a cambio salió de allí llevándose el santo d
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sobre todo si se ve por televisión, pero a mi papá le gustaba él alguna vez fue cadete de la Armada, pero cuando era mu joven. Por supuesto, mi mamá aclaraba que había alcanzado estar sólo tres semanas en la Escuela Naval. Volvió a la cas porque echaba de menos a su familia. Pero para él era como hubiera vivido toda una vida en el mar, con barcos uniformes. En realidad era triste pasar un Diecinueve sin mis papá sin la obligación de ver ese desfile en la televisión, que, com todos los años, era siempre el mismo, y, como todos los años el comentarista de la televisión siempre lo definía com «gallardo». Echaba de menos a mi papá, perdido en una selv de malls en Buenos Aires. Ese día almorzamos con Gertrudis, la que seguía mu Reading a Preview alegre. De la películaYou're de la otra noche poco se acordaba Unlock full access with a free trial. poco le importaba. Dijo que el profesor Araneda era caballero, y muy culto; sabía de la capital d Download Withel Freenombre Trial Nigeria. Es decir, ella le preguntaba cualquier país mundo, sin saber si existía siquiera, y él le respondí enseguida con el nombre de la capital. Pero, además, segú Gertru, el profesor era «encantador».Sign up to vote on this title useful Useful por Not Mientras mi hermana se fue a hablar teléfono con s pololo casi mudo, aproveché para explicarle a Gertru que u
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uno de verdad, no como el de mi papá y sus tres semana cerca del mar. Llegamos por las calles de tierra de La Dehesa. No quedamos esperando a un costado del camino, a pocos metro de la casa de la señora Del Río. Cuando Gertrudis quis comenzar a protestar, vimos el auto verde musgo, el de v drios polarizados, salir de la casa. Por supuesto, como en la películas, le dije a don Artemio: — Siga a ese auto. Nos acercamos a Santiago rodeando el cerro Sa Cristóbal. Bajamos por Bellavista y subimos por Recoleta. E viaje fue largo, pero don Artemio era un buen piloto y no entretenía contando historias de su época de marino. En un supermercado de calle Independencia vimo como el auto que seguíamos se detuvo en lo You're Reading a Preview estacionamientos. Nosotros también lo hicimos a un full access with a free trial. distancia razonable. Unlock Vimos bajar del auto a Alamiro, e mayordomo, pero conDownload una ropa diferente, con jeans y un With Free Trial chaqueta de motociclista. Entró al supermercado. L seguimos con Gertrudis. Al principio pareció que lo perdía mos, pero después lo encontramos en la sección de carnicerí comprando carne molida. Nos escondimos entitleel pasill Sign up to vote on this Not usefulen el otr Useful siguiente. Pero justo cuando doblábamos, vimos extremo, cerca de las piñas y las naranjas, al profeso
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como si le hubieran dado un golpe en la cabeza con un bate d béisbol. Al final del pasillo vi al mayordomo avanzar hasta las cajas Arrastré a Gertru conmigo, ella me siguió como cordero. Seguimos por la vereda llena de vendedores d calcetines y pantys. Como Gertru parecía todavía choqueada preferí entrar con ella a una fuente de soda donde sonaba po los altoparlantes un reggaeton. La dejé sentada con un botella de Fanta por delante y con la mirada pérdida. Le dij que volvería, que no se preocupara, que todo se arreglaría aunque sabía que lo del profesor Araneda significaría varia semanas de consuelo por otra desilusión amorosa, la númer 467. Por supuesto, tenía rabia contra el profesor Araneda y s engaño, pero tampoco tenía tiempo para preguntarle. Dejé You're Reading a Preview Gertru ahogando sus penas en la Fanta light y me escabullí. Unlock full access with a free trial. El mayordomo me había sacado ventaja, pero alcancé verlo entrar a un edificio. MeWith acerqué: Download Free Trialno tenía ventana, sól una puerta metálica por delante. La casa vecina parecía llega a una ventana lateral de la bodega. Entré al patio de la casa me recibió un perro de una raza difícil de imaginar, que m ladró sin ganas y sin atreverse a atacar. Después me Sign up to vote on this title di cuent Not useful que estaba cojo y le faltaba la cola; esUseful decir, durante su vid había pasado por muchas cosas, así que se tomaba con calm
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otro sector de la bodega. Crucé por varias puertas: encontr automóviles inservibles y carteles antiguos donde aparecía e nombre de la botonería de la señora Del Río. Probablement ese lugar era una bodega de la fábrica. Entonces escuché u maullido, de esos que vienen de un solo animal conocido: u gato.
Allí estaba el señor Robinson, en una jaula de madera, mirando con cara de indiferencia y seriedad, como lo hacen You're Reading a Preview todos los gatos que conozco, pero, además, con cierto Unlock full access with a free trial. atrevimiento de saberse un gato importante y no cualquiera Download Withcriara Free Trial de la calle, aunque naciera y se en la calle, peleando con otros gatos, defendiéndose o atacando por un pedazo de pescado frito. Abrí la puerta de madera. Al principio el señor Signser up to vote on this title por un Robinson se intranquilizó; no quería liberado Useful Not useful extraño. Cedió y volvió a ser un gatito de salón, permitió que lo tomara en brazos y lo sacara de esa jaula. Pero
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— El detective privado — dijo Alamiro, el mayordomo
en la puerta de la bodega. Llevaba una pedazo de madera qu parecía un travesaño de arco de fútbol. Estaba acorralado. Mientras, arriba en las cajas d cartón, el señor Robinson parecía reírse, contento por todo l que había causado, pero más contento aún porque no estab prisionero en la aula. — ¿Cómo llegaste hasta aquí? — me dijo amenazante e mayordomo. — Lo seguí. Sospeché de usted el día que lo conocí po la venda que traía. Se observó la mano vendada. — Ese gato me las va a pagar — dijo mirando haci arriba en las cajas. a Preview — El primer díaYou're teníaReading la venda en la mano izquierda full access with a free trial. pero la ocasión que fuiUnlock a verlo a la casa de la señora Del Rí la llevaba en la otra mano, enWith la derecha; por lo tanto, el gat Download Free Trial lo había atacado dos veces. El mayordomo movió la cabeza antes d( responder. — Ese gato tenía todos los privilegios en la casa, sól quería deshacerme de él, no tenía idea — Sign up tolo votedel on thiscollar title Not useful el seño Useful bolsillo extrajo el collar que antes debió llevar Robinson — . A mí la plata no me interesa como a los Del Río
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vengarse de todos los hombres, eso incluía al profesor Arane da y a Alamiro. El mayordomo se vino al suelo como si l hubieran puesto anestesia. El ruido debió asustar al señor Robinson, dio dos salto de gato trapecista, se colgó de otras cajas y llegó hasta l misma ventana por donde yo había entrado a la bodega. L último que alcanzamos a verle fue su cola blanca.
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el bolsillo del mayordomo rescatamos el collar del gato. No fuimos por las calles de la Vega Central. Gertrudis no querí hablar ni una palabra. Me dijo que desde ese momento n hablaría con nadie del sexo opuesto, incluido yo; todos lo hombres éramos unos traidores. No sé por qué pero sentí qu tenía toda la razón. Revisamos el barrio pero no pudimos encontrar al seño Robinson. Antes de irnos llegamos hasta una casa donde un señora barría echando agua en la vereda para que el polvo n se levantara. Por la puerta abierta pudimos ver que la casa, l que parecía pequeña, era extensa hacia atrás, y desde al asomaban sus cabezas varios gatos. Le preguntamos por e señor Robinson. La señora, con ondulines de colores en l cabeza, nos dijo con una sonrisa: You're Reading a Preview — Conozco como a tres gatos con esa descripción full access with a free trial. Pasen a verlos ustedesUnlock mismos. Entramos a la casa. El interior y el patio de la casa era Download With Free Trial enormes. Tenía muchos árboles y el pasto allí era de un metr de alto. Al final del patio vi un gallinero. En el pasto, arrib de una mesa, debajo de un parrón de uvas, por todas partes s movían gatos de todos los colores y formas. Sign up to vote on this title Useful Notduseful ijo la señor — Hace cuatro años recogí dosgatitos — de los ondulines con cara de santa — , desde entonces llegan
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Al día siguiente, en la casa de La Dehesa, la señora De Río acariciaba al señor Robinson con su collar en el cuello Por supuesto, no se enteró del cambio del gato. El nuevo er dócil y tranquilo, no le gustaba moverse mucho y prefería n pelear con nadie. — Lo noto algo distinto... — alcanzó a decir ella. — La experiencia vivida ha sido traumática para él — respondí como un psiquiatra de gatos. La señora quedó conforme. Me dijo que s mayordomo, extrañamente, se había ido de la casa de pronto sin retirar sus cosas. Me entregó un cheque por mis servicios. Una parte d esa plata era para pagar a don Artemio y a su taxi; otra par invitar a Gertrudis a comer en el Restaurante Eladio, tal ve You're Reading a Preview un bife de carne con papas fritas, y así pasar las penas, olvida Unlock full access with a free trial. a los hombres malos, que, según ella, eran casi todos. Antes de salir deDownload la casaWith en Free La Trial Dehesa le pedí un últim favor a la señora Del Río. La llevé hasta la ventana que daba la calle de tierra. Desde allí vimos, al lado del taxi, a Esteba del Río, iba con un traje, camisa blanca, corbata y peinad con gomina, que lo hacía verse como actor Signantiguo up to vote on this title de cine Useful NotLe usefulpedí a l Tenía la cara despejada y parecíanervioso. señora Del Río que lo recibiera un momento, que l
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1 sábado pasado ocurrió algo increíble. Ese día conocí Alvaro Paz, también conocido como Atún, El sobrenombr venía de algo que pocos sabían, y si yo lo sabía era porqu Alvaro Paz, alias Atún, fue mi ídolo sin conocerlo. Hace muchos años antes de que yo naciera, Alvaro se paseaba cerca de la orilla de río Ma- pocho, más o meno a la altura del puente Pío Nono. Se paseaba porque era joven, estaba en el liceo y por las tardes no hacía nada má You're Readingque a Preview que estudiar y jugar fútbol, era lo que realmente le Unlock full access withinvierno a free trial. importaba en su vida. Era un tremendo, con lluvias e intensos fríos. Esos datos eran importantes, pue Download With Free Trial el río, que en verano es un hilito de agua entre las basura y las piedras, en invierno baja imparable desde la cordillera. Ese día en particular el río había amanecido tempestuoso. De la otra orilla, desde Escuela Sign up la to vote on this title de Useful Not useful Derecho de la Universidad de Chile, alguien comenzó a gritar que la corriente se llevaba a una persona, que
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varia. Por supuesto, en esa época, es decir hace muchos años, nadie saltaba al Mapocho en invierno y nadie tampoco saltaría hoy, pues era como suicidarse. Alvaro, que presenció todo aquello, dejó sus cuadernos, su bolso de entrenamiento en el suelo y como si fuera lo más natural del mundo se zambulló con un lindo y artístico clavado. Nadó rápidamente y en pocos minutos atrapó a que se ahogaba, lo llevó hasta la orilla, donde lo atendieron, le echaron dos frazadas encima y le dieron una taza de café caliente. Lo extraño vino enseguida, cuando los periodistas le preguntaron a Paz, de no más d 16 años en esa época, él les confesó que era la primera ve que nadaba o que intentaba nadar, que nunca lo había hecho porque su familia era pobre y ni siquiera conocía You're Reading a Preview mar, es decir lo conocía sólo por fotos y no había ido Unlock full access with a free trial. nunca a una piscina. Los periodistas entonces escribiero que Paz era un «nadador instinto». Nadie entendió e Download por With Free Trial término. Esa tarde, en el entrenamiento del Juventud Unión, sus compañeros de equipo, que tampoco tenían idea que era un «nadador por instinto», prefirieron llamarlo el Atún. Nunca volvió aSign salvar a onnadie up to vote this titlede las aguas, incluso nunca más volvióa Useful nadar, oNotauseful intentar siquiera aprender a nadar pero le quedó el apodo. Lo
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Paz no dio ninguna respuesta al respecto, se quedó callado, dijo que era algo personal que no podía compart con nadie, prefería simplemente dedicarse a otra cosa, ta vez estudiaría Periodismo, tal vez se instalaría con un almacén en Recoleta, donde vivía desde que era un niño Esa era la historia completa del Atún, hasta ahí sabía yo d su vida, pues después no pude encontrar ningún tipo de información. Una vez le pregunté a Filipo, uno de los novios de mi hermana que estudiaba Periodismo en la Universidad Diego Portales, pero me dijo que él de fútbo sabía desde los años ochenta en adelante, de antes sólo conocía la vida de Carlos Caszely y Sergio Livingstone. Cuando le mencioné a Alvaro Atún Paz me miró con car de astronauta sin casco en el espacio. Reading a Preview Lo que Filipo noYou're sabía era la historia oculta del Atún Unlock full access with a free trial. esa historia entre los vecinos, los fanáticos del fútbo amateur, sí era conocida. En ese Download With tiempo Free Trial yo no había nacido tampoco León. León, mi mejor amigo, sabía de Alvaro, par él era su ídolo también, aunque ninguno de los dos lo vi jugar y sólo sabíamos de él porque era ídolo de todos tiempos del Juventud Unión, nuestroSignequipo dethisfútbol de l up to vote on title Useful Not useful liga amateur de Ñuñoa.
El viernes, León llegó agitado y transpirando a mi cas
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misma donde seguía viviendo tal como lo prometió en esa s última y tal vez única entrevista, luego de su último partido La dirección se la consiguió León, había casi pagado por ell al amigo de un tío de otro amigo que trabajaba com recolector de basura en Recoleta. La obtuvo con much suerte porque en el barrio del Atún todos lo recordaban, per protegían su privacidad de ídolo. El Atún estaba viejo, segú le dijeron a León, había pasado por todo lo que debe pasa alguien que está a punto de cumplir 70 años de edad. Estábamos de vacaciones con León, con pocas ganas d movernos por el calor de mitad de enero en Santiago. M papá había pedido sus vacaciones para febrero y en la cas esperábamos viajar en esa fecha hasta El Quisco, a la casa d una madrina de mi papá que siempre nos prestaba una cas durante una semana You're paraReading quea Preview tomáramos sol, para qu access with a free trial. viviéramos en tacos Unlock de full automóviles camino a la playa asados casi todos los días. Pero Download Withtodos, Free Trialincluso mi hermana mi mamá, estábamos de acuerdo con esa semana en el mar nos preparábamos felices comprando toallas y litros d bloqueador solar factor 60. En Navidad me habían regalad paletas de playa con el hombre araña pintado Sign up to vote on this title entre Useful Not hoyitos de la madera, pero que debían esperar unuseful mes enter antes de ser usadas. Nos iríamos una semana en febrero
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Pero ahora estábamos en enero intentando acortarlo l más que se pudiera. Por eso cuan do León apareció con es dirección que se había conseguido en Recoleta, sentí un vací en el estómago, como si comiera helado y después un litro d café hirviendo. Entonces le dije a León: — Prepárate que mañana conoceremos al Atún.
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1 otro día partimos temprano. Era sábado. La noche anterio lo planificamos con León. No era fácil emprender un viaj entre comunas de Santiago, desde Ñuñoa hasta Recoleta. Un hora en micro. Para nosotros sería una completa aventura Engrasamos dos bicicletas mountain bike, una era de m hermana, sin el fierro en el centro del marco. En ella irí León. Por supuesto, él reclamó que era una bicicleta de mu jer. Tampoco ayudaba el color amarillo pato de la bici. No l conté que mi hermana, además, le tenía un nombre a s bicicleta. Puede sonar ridículo, pero aquellos que tiene hermanas podrán confirmarlo: las mujeres a una edad s comportan en forma extraña; escriben cartas que no envían nadie, hablan dos horas seguidas por teléfono, o se juntan co las amigas a sacarse los pelos de las piernas. Entonces, qu You're Reading a Preview bautizara a su bicicleta no parecía tan extraño. Clementin Unlock full access with a free trial. Ese era el nombre. A mí me parecía horrible, pero a m hermana le recordaba Download a una amiga que tuvo de niña With Freesecreta Trial pero que de tan secreta luego nos enteramos que más bien una amiga imaginaria. Gertru, que siempre ha sido solidaria con el deport nacional y que alguna vez fue novia de central qu Signun up todefensa vote on this title Useful Not useful jugó en el Club Palestino, a quien, obviamente, llamaban Turco, nos dejó partir en nuestra investigación periodístic
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llevábamos, los que, justamente, eran de atún con hojas d lechuga y mayonesa. León, que es supersticioso, dijo que er una señal que los sándwiches de atún los comiéramos el dí que conoceríamos al Atún Paz. Luego, intentó dormir un siesta en el pasto, pero le advertí que no podíamos perder e tiempo, así que seguimos pedaleando. Llegamos, unas cuadras más allá, hasta El Botín d Oro, la tienda de ropa deportiva del señor Maturana. Leó prefirió cuidar las bicicletas y yo me fui adentro a conversa con el dueño. Maturana había sido nuestro profesor de educa ción física en el liceo, pero estaba viejo y retirado hacía años Como le gustaba el deporte trabajaba vendiendo rop deportiva, botines de fútbol con estoperoles, canilleras buzos deportivos que llevaban estampados en la espalda: « Reading a Preview Botín de Oro. Casa You're Deportiva». El señor Maturana m Unlock full access with a free trial. esperaba porque antes lo había llamado por teléfono par entrevistarme con él. Download Después deFree50Trialaños como profesor s With veía deteriorado. Aunque ahora estaba jubilado desde hací un año y parecía descansar de sus alumnos. Su mayo orgullo, el que siempre contaba a quien quisiera escucharlo era la historia de Ricardo Lagos, ex Sign Presidente detitlela nación up to vote on this Useful Not useful quien hacía muchos años había sido su alumno. «Ricardit era malo para el fútbol», decía, como si Ricardito tuviera 1
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Sobre Atún... — Lo escuché, Hache, todo el mundo quiere saber l mismo, el misterio de Alvaro Paz y por qué abandonó e fútbol justo en el mejor momento de su carrera. — Me leyó el pensamiento, profesor. — Antes las pelotas de fútbol olían a cuero, ahora s hacen de unos materiales raros, sin olor a nada. — Perdón, profesor, ¿y eso qué tiene que ver con Atún? — Tiene. El motivo que llevó a Atún a abandonar e fútbol muy pocos lo saben. Bueno, yo soy uno de los poco que sí lo sabe. ¿Me quieres comprar un número de rifa? E para el Yuri Gagarin, el club que dirijo, porque ahora adem soy entrenador de fútbol infantil. Para obtener información tuve que gastar 500 pesos e a Preview un número de rifa. MeYou're sentéReading a escuchar qué tenía que decir e profesor Maturana. Unlock full access with a free trial. — Todo sucedió Download en el último el más famoso, e With Freepartido, Trial que decidía la final del amateur. El 12 de noviembre de 1960 Pensándolo bien, en esa fecha tú ni siquiera habías nacido. Dejé pasar esa observación brillante de mi ex profesor vote marcó e1 gol de — Exacto, profesor, cuando Atún Sign up to on this title Useful Not useful triunfo ante el Flamingo de San Bernardo. — Muy bien, Quique Hache, todo un Car- curo te ha —
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estadio vio esa mano. Pero el árbitro lo validó y enseguid acabó el partido. La gente invadió la cancha y comenzó l celebración. Hubo algunos pugilatos entre los disconformes pero en esa época no era como ahora que parece guerra civi — Pero todavía no entiendo qué tiene que ver... — El remordimiento, eso fue lo que amargó al Atún, n pudo salir de la depresión y no se atrevió a reconocer que s gol no era válido. Y como era un tipo muy derecho, decidi que pagaría ese acto deshonesto simplemente abandonand el fútbol para siempre. Tragué saliva. Le di las gracias al profesor Maturana hasta le compré otro número de rifa. También le prometí qu iría a ver jugar a su equipo, el Gagarin, a las canchas laterale a Preview del Estadio Nacional,You're los Reading domingos por la mañana. Salí d Unlock full access with a free trial. allí pensando que no era posible lo que había escuchado pero sería lo primeroDownload que leWith preguntaría a Alvaro Paz, alia Free Trial el Atún. C Sign up to vote on this title
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— ¿Y si mejor volvemos a la casa y arrendamos un
película? Fue en ese momento que vimos a Pedro Matamala, tres metros de nosotros. El también nos vio, y por sus ojos m di cuenta enseguida que no sólo no esperaba encontrarno allí, sino que hubiera pagado por no toparse con nosotros dos Matamala estudiaba con nosotros en el liceo. Era de aquello alumnos que los profesores califican de conflictivos, de eso que mi mamá explica que son el ejemplo perfecto para n juntarse con ellos, a quienes ni siquiera hay que hablarles mirarles. Y ese día de nuestra expedición en busca del Atú habíamos roto Ja primera regla: mirarlo fijamente a los ojos Tampoco Matamala pertenecía a nuestro curso, sino a un paralelo. No era un tipo popular o lo era pero negativamen Reading a Preview todos le tenían miedo,You're incluido yo mismo. Pero ese día, a Unlock full access with a free trial. verlo el miedo desapareció. Estaba detrás de unos cajone que sostenían bandejasDownload con duraznos y damascos y alguna With Free Trial otras frutas. Su mirada era de vergüenza porque lo habíamo descubierto trabajando, es decir vendiendo fruta en la call para ayudar a su padre. Tampoco era un secreto, todos sabíamos, pero nadie, hasta ese día, loSignhabía visto up to vote on this y, title claro, Not useful Useful aMatamala ganadores del concurso «quién ve primero com vendedor de fruta» fuimos León y yo.
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Finalmente, Matamala también se relajó y termin regalándonos varios duraznos muy jugosos que comimos co León. De tan relajados que estábamos nos dio sueño, al punt que decidimos los tres dormir una siesta detrás de las cajas d la mercadería. t Le conté a Matamala lo que hacíamos en ese luga rumbo a encontrarnos con nuestro ídolo deportivo. Él dij que conocía el caso del Atún. Todos en el barrio conocían l historia del Atún. Y tenía algo que podía servir, entonce sonrió como si fuéramos compañeros de un asalto a un banc y dijo: — Mi tío Osvaldo. Ése sabe sobre esa época y sobre e fútbol de barrio. — ¿Y quién es tu tío Osvaldo? You're Reading a Preview — Mi tío Osvaldo Matamala conoce la historia del Atú with a free trial. porque jugó fútbol conUnlock él fully access estuvo aquella tarde de su últim partido. Mi tío es paco, es decir carabinero retirado, no viv Download With Free Trial muy lejos de aquí si quieren conocerlo y preguntarle e persona. Le agradecí a Matamala la dirección que nos anotó e un papel. Guardamos media docena duraznos en la Sign upde to vote on this title Usefulacompañarnos Not useful mochilas y seguimos. Mata- mala quería per tenía que trabajar, así que lo dejamos allí.
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viejo, preguntamos por Osvaldo Matamala. Lo encontramo en la entrada, casi como parte del mobiliario. Estaba viejo según él se debía a una enfermedad que le quitaba la fuerza una enfermedad que le llevó a jubilarse antes de tiempo d Carabineros de Chile, aunque su corazón estaba todavía en l institución. Muchas veces caminaba hasta calle Antoni Varas, hasta la Escuela de Suboficiales de Carabineros. S quedaba en la vereda toda la mañana simplement escuchando la banda de la institución, o viendo marchar a lo carabineros jóvenes. Al final dijo: — Y ahora estoy postrado, ta madre, como silla d mimbre en este lugar; no hay derecho. Esa era su fras preferida: «ta madre». Le conté a qué veníamos y cóm sabíamos de él a través de su sobrino. Osvaldo Mata- mala You're Reading a Preview cuando escuchó hablar de aquella época, del fútbol de lo Unlock full access with a free trial. barrios de tiempos pasados, se alegro y dijo: --En esos años Download yo eraWith el Free mejor Trial defensa central de torneo. Acababa de egresar de Carabineros. Me permitían jugar por el Juventud Unión y también por un club que tení la institución. Pero déjenme decirles algo a ustedes dos, t madre, se inventaron muchas cosas aSignraíz de onese partido de up to vote this title Usefulcontra Not useful 60, el último de Paz. Yo no tenía nada él. Todos l apreciábamos porque era muy habilidoso para la pelota, y ta
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Pero sobre el gol en el último minuto de aquella fina ¿Es verdad que lo hizo con la mano y el remordimient provocó que abandonara el fútbol para siempre? Osvaldo se quedó mirando la calle, mientras en lo puestos de antigüedades señoras bien vestidas husmeaba por los muebles, espejos, cuadros y lámparas tan viejos com ellas mismas. — Déjenme decirles algo a ustedes dos. No crean todo l que les cuentan, no pues. Esa tarde del año 60 todo fu normal en aquel partido. Se acababa el campeonato Estábamos felices. Pero el que no lo estaba era Paz. — O sea, que ya había pensado antes en abandonarl todo. — Ta madre, no tan rápido. Esta generación todo l quiere instantáneo. PorYou're esoReading yo noa Preview entiendo eso de la Interne with a free trial. ¿Para qué tener todoUnlock en fullelaccess computador? Realmente no l entiendo. Download With Free Trial — Entonces... — El Atún andaba triste porque estaba enamorado. S enamorado de Tadiana Fernández. — ¿De quién? Sign up to vote on this title useful Useful pero Not el entrenado — Tadiana era la hija del entrenador, del Flamingo, el equipo contrario. Se iban a casar. Ella l —
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Tadiana se fue a la tumba debido a un ataque al corazón, t madre, y todo se fue a las pailas con aquella pareja. Ella no l perdonó y rompió el compromiso. Él abandonó el fútbo donde podría haber llegado a ser profesional. Esa es l verdadera historia de ese gol indigno. Nos quedamos pensando. León, que es un romántico suspiró. Nos despedimos de Osvaldo, el ex carabinero y defens del Juventud Unión. Cuando estábamos arriba de la bicicletas nos dijo: — Si ven a Paz le dan mis saludos, no lo he visto en 3 años. Ta madre, en realidad me da lo mismo, lo que m molesta es mi espalda, que la tengo tan jodida, sin contar otro achaques más. You're Reading a Preview C omo pasaba el tiempo preferimos apurar el pedaleo access with a free trial. Llegamos cerca de lasUnlock tresfullde la tarde a Plaza Italia, el centr de las celebraciones de todoWith Santiago. Download Free Trial Aquí hemos venid con mi papá a gritar por la selección chilena de fútbol, po tenistas campeones mundiales. La gente se acerca a este luga a celebrar cualquier cosa que parezca un triunfo nacional, tocar las bocinas de los autos, a romper los jardines Sign up to vote on this title y a salta Useful Not useful como locos. Debimos bajar de nuestras bicicletas y atravesar la
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algunos llevaban toallas y las dejaban en el pasto del parque junto con radios portátiles desde donde se escuchaba un reg gaeton de Don Omar que me gustaba: Lúcete, Modelo/ Cog vuelo, revolea tu pelo/ Aunque a tu gato le den celos. No er una gran letra, pero era alegre. El Parque Forestal debe ser el lugar más alegre d Santiago. Está lleno de estudiantes que mienten diciendo qu van al liceo o al colegio y se pasan todo el día echados en e pasto, fumando, besándose como desesperados, dand vueltas como costales de harina sobre el pasto. No es que l repruebe; es más, me encantaría hacerlo alguna vez, pero primero, no tengo con quién darme vueltas y vueltas com rollo de papel y, segundo, el Parque Forestal es lo suficient lejos de mi casa en Ñuñoa. You're Reading a Preview El parque está también lleno de escritores o aspirantes Unlock full access with a free trial. escritores que se pasean con caras de escritores o caras d aspirantes de escritores, tal With vezFreeesperando inspirarse. S Download Trial sientan en los bancos a mirar a los estudiantes que dan vuelt como rollos de papel por el pasto e inspirarse con ello, escribir un cuento titulado «Amores de estudiantes». O a lee libros con cara de seriedad y dolor. También los artista Sign up to voteestán on this title Useful Not useful del parque, que son aquellos que alguna habilidad tienen, po eso se juntan allí: equilibristas, mimos, expertos en ovnis
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nos cobró 200 pesos por bicicleta. Mejor dicho: 200 pesos mi bicicleta y 150 a la de León. Cuando le pregunté por qu hacía diferencia de precio, respondió muy serio: — La bicicleta de mujer es más barata. León se quedó tieso, no lo podía creer, lo habí engañado, recién ahora se daba cuenta: era una bicicleta d mujer. Según él, había hecho el ridículo los kilómetro recorridos. Traté de convencerlo de que era difícil que alguien se le pasara por la cabeza compararlo con m hermana; si hay dos cosas más diferentes, ésas eran el gord León y la pesada de mi hermana Sofía. No me atreví a con fesarle que además la bicicleta tenía nombre. Dejé las cosa como estaban, esperando que se calmara. Entramos hasta el sector de la muestra permanente d Reading a Preview pintura chilena. SabíaYou're dónde llegaríamos. Recorrimos hast Unlock full access with a free trial. La pasajera, del pintor chilen que encontramos el cuadro Camilo Download With Free Trial Morí. En la pintura una pasajera de un tren mir melancólicamente. Lleva un librito en las manos, tambié lleva un sombrero de la época. Sus ojos son muy tristes. Al nos quedamos varios minutos, contemplando aquel cuadr Sign up to vote on this title Useful aquella Not useful sin decir nada. León observaba extasiado pintura, si decir nada, ladeando la cabeza y apretando los ojos como s
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primera vez que estábamos allí en el Museo de Bellas Arte no sería la última, de eso estaba seguro.
Cruzamos por uno de los puentes el río Ma- pocho. En ese mismo río, pero hacía más de 50 años, Atún Paz había recibido su sobrenombre por salvar de las aguas a una persona. Ahora, en verano, el río era apenas un hilo de agua sucia. Por todo lo ancho estaba casi seco, dejando a You're Reading a Preview descubierto el lecho feo lleno de desperdicios, botella Unlock full access with a free trial. plásticas y restos de bidés. Así el río mostraba su car turística en el verano. Download With Free Trial Nos internamos por Recoleta, un barrio lleno tiendas, donde la ropa es barata y fea, pero todas las mujere del barrio alto no se pierden sus ofertas. La dirección que Sign up to vote on this titlecerca de buscaba estaba en el borde con Independencia, Not useful cementerio. Llegamos extenuados alaUseful calleRosario. Busca mos el número. Recorrimos tres veces la calle y los números
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Nos dieron una dirección, el 067 de Rosario y no ha
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067.
El hombre del quiosco me quedó mirando como s hubiera visto aparecer a un marciano. — ¿Es usted carabinero? — me preguntó. No respondí la pregunta porque era obvia la respuesta. No tenía por qu saber que era detective privado gracias a un curso de hac algunos veranos; entonces, supongo, carabinero y detectiv como profesiones se parecen, pero también era fácil supone que carabineros de 13 años aún no existen. — Busco al Atún Paz, el delantero, un antigu futbolista, que en realidad nunca llegó a ser profesiona porque... El hombre del quiosco abrió los ojos como lo hacen lo You're Reading a Preview salmones en las pescaderías. full access with a free trial. empezaron por ahí? Pero claro qu — ¿Por qué no Unlock conozco al Atún, es nuestro vecino, vive aquí en el barri Download With Free Trial desde que yo era chico, desde que no pensaba en dedicarme la administración comercial, es decir a tener este quiosco d comida y bebestibles. — Mi amigo León y yo loSign buscamos, up to vote on this titlequeremo Useful Not useful conocerlo y preguntarle algunos detalles. — No me diga más, quieren saber por qué dejó el fútbo
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El hombre del quiosco salió de la jaula de lata. Afuer exhibió una cintura del tamaño de un neumático camionero con unos brazos gordos como piernas. Nos indicó una de la casas viejas del principio de la cuadra, una con el portó ahumado. Le agradecimos y llegamos al lugar. Golpearno pero nadie nos abrió. Estuvimos allí varios minuto intentándolo, pero no hubo respuesta. Regresamos hast donde el hombre del quiosco, que se comía la mitad de un sandía quitándole las pepas con un cuchillo. — Hemos tocado la puerta pero no contesta nadie — dije. — Es porque no hay nadie. — Pero usted me dijo... — Me preguntaron dónde estaba la casa del Atún, no s Reading a Preview estaba él allí. Ahora,You're si me lo pregunta se lo contesto si problema: no está. Unlock full access with a free trial. Tomé aire con paciencia. Download With Free Trial — ¿Y dónde estará entonces? — Alvaro hace una semana está internado en el Hospita El Salvador. Dicen que no se fue muy bien de aquí cuando l vino a buscar la ambulancia, y que probablemente no vuelva Sign up to vote on this title Not usefulde los Useful apesar Nos quedamos helados con León, grados de temperatura, tiesos de frío. Nuestro pase
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No me iba a rendir, menos ahora que León era el qu ponía el entusiasmo. Cuando retrocedimos para salir de calle Rosario, e hombre del quiosco se acercó a nosotros y nos dijo: — ¿Quieren saber por qué realmente Atún Paz dejó d jugar después del último partido? Es un verdadero misterio pero como yo conozco al Atún sé la verdad. — Cuente — dije. — En esa época había dos empresarios del fútbo amateur, los dos eran hermanos, pero llevaban año distanciados, compitiendo en todo. Uno era dueño de Flamingo, el club de San Bernardo, y el otro era del Juventud Unión. Entonces, e dueño del Flamingo FC le pagó a Paz para que se dejara You're Reading a Preview ganar o, al menos, no intentara marcar goles. Si empataban l access with a free trial. convenía al Flamingo,Unlock de full ese modo saldría campeón ese año La noche anterior al Download partido,WithenFreeunTrialbar de avenida Matta Alvaro Paz aceptó la oferta, recibió mucho dinero. Llegó e día del partido y el Atún, que en el fondo era un hombr honesto, andaba como perdido en la cancha, arrepentido po lo que había hecho, porque no era Sign muy venderse po up tolindo vote on this title Useful del Not useful plata. Entonces llegaron los últimosminutos encuentro y de pronto, como si despertara, Atún cambió de opinión
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* Quién decía la verdad? Eso pensaba mientras pedaleaba d regreso, bajando por el puente Pío Nono. El sol comenzaba descender y el calor no era el mismo. De todas maneras, veí por delante la polera de León completamente empapada sudor. En las últimas horas se había reconciliado co Clementina, la bicicleta de mi hermana, parecía content incluso mientras la llevaba, hasta se permitía algunas pirueta You're Reading a Preview subiendo veredas o soltando las manos mientras pedaleaba full access with a free trial. León se acostumbrabaUnlock a todo, tenía ese estilo, fácil de llevar que terminaba por ajustarse a With cualquier Download Free Trial circunstancia, por es era imposible no ser amigo de él. Volvimos a Plaza Italia y nos detuvimos en una fuent de soda. Amarramos las bicicletas con los cinturones up to vote on entramos a comer algo. Llevaba unSignbillete dethis title emergenci Useful Not useful doblado en el fondo del bolsillo.La emergencia de es ocasión era muy simple: teníamos hambre, así que desdobl
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nos sentimos orgullosos por comer algo así, pero tampoc nos arrepentimos. Pagamos y salimos de allí satisfechos. Pedaleamos co dificultad por Providencia hacia arriba debido a las micros Hasta que encontramos El Salvador, la calle que corta l avenida y que tiene el mismo nombre que el hospital. Por supuesto, en la entrada no nos dejaron pasar. Entonce rodeamos el edificio viejo y feo, que deprimía de sól mirarlo. Llegamos a un pequeño taller de reparaciones d ambulancias. Allí encontramos al amigo de León. Cuando s vieron se saludaron con un abrazo de oso. Ambos, al parece eran seguidores de una banda metálica llamada The Gol Cráneos, y que en el país tenía al menos dos seguidores: Leó y su amigo. Compartieron algunos datos de la banda — qu You're Reading a Preview resultó ser de nacionalidad danesa — , de los últimos recitale Unlock full access with a free trial. en Sebastopol y de que su baterista había perdido un dedo d la mano, y no en unaDownload pelea en Withun Freebar Trial de Copenhague, sin porque su hijo pequeño le había cerrado la puerta del auto e el dedo anular. Aquel accidente había servido porque desd entonces, con un dedo menos, el baterista tocaba aún mejo que antes. Por supuesto, comencé aSign cansarme del up to vote on this titletema qu UsefulLeón useful Notle parecía no acabar entre ellos, hastaque dijo lo qu queríamos. El fanático de The Gold Cráneos, mecánico d
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más raros que he visto y que terminaba con la lengua estirad hacia abajo y cabezazos de sus «gold cráneos», que sonaro como si se golpearan dos sandías maduras. Al abrir la puerta estábamos en un pasillo del hospita Recorrimos el lugar, que olía justamente a hospital. Po suerte no estaba enfermo, porque los pasillos, las murallas todo en realidad provocaba depresión y enfermedad Llegamos a un centro de información, donde encontramos una enfermera que jugaba solitario en su computador. — Buscamos a un paciente. — Aquí hay muchos. — El señor Alvaro Paz. La enfermera, sin dejar la pantalla del computador buscó unas fichas. Debíamos lucir algo descompuestos, co You're Reading a Preview las poleras afuera, caras cansadas por el esfuerzo de pedalea Unlock full access with a free trial. todo el día cruzando Santiago. Entonces me adelanté, era un estrategia que había visto enWith la Free televisión, en una películ Download Trial titulada Qué difícil es vivir, sobre dos huérfanos. Imité a un de los huérfanos de la película que anda en busca de u pariente: vez. — Necesitamos verlo por última Sign up to voteSomos on this title pariente useful Useful Not lejanos, viajamos desde el sur. Tal vez sea esta nuestra últim oportunidad de verlo.
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¿Qué le pasa? — preguntó la enfermera. — Se emociona muy rápidamente — improvisé. — Sigan por ese pasillo, la habitación común. Es la cam 34, pieza G — indicó. — Muchas gracias — respondí. Primero entré al baño a calmar a León. Nos lavamos l cara, nos peinamos con los dedos y salimos de allí. Cuand pasamos por informaciones, la enfermera seguía con solitario de su computador. Sin levantar la vista me dijo: — También vi la otra noche Qué difícil es vivi excelente película, y de las actuaciones ni hablar. No dije nada y seguimos por el pasillode la habita ción G, una pieza común con varias camas. Algunas de la camas tenían visitas que intentaban hablar bajo para n You're Reading a Preview molestar a los vecinos. Había por lo menos 10 camas full access with a free trial. Seguimos los númerosUnlock hasta que llegamos a la 34. Allí estaba Alvaro Paz, conocido Download With Free Trialdesde hacía más de años como Atún. No era un hombre viejo, sino mayo huesudo y con poco pelo en la cabeza. Llevaba un fe camisón del hospital y estaba con los ojos cerrados como s ya estuviera muerto. Nos quedamosSignmirando sintitlesaber qu up to vote on this Not usefuluno de su hacer. León se acercó por un lado delaUseful cama,llevó dedos hasta la frazada para despertarlo, pero antes de que l —
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Le explicamos algo nerviosos quiénes éramos y qu hacíamos allí. Le agregué todas las molestias que no habíamos tomado ese día sábado con casi 30 grados y sól para hacerle una pregunta, una sobre aquel 12 de noviembr de 1960, la tarde en que gracias a su cabezazo el Juventu Unión había logrado su único campeonato. Todo es queríamos saber, 45 años después de que ocurrieron lo hechos. El Atún abrió los ojos después de escucharnos atentamente nos examinó como un científico a una nueva especie d culebra del Amazonas y dijo: — Tengo sed — indicando e velador y ese jugo que parecía una pócima veneno León corrió a comprar una bebida a la cafetería. — Siempre me preguntan lo mismo: ¿por qué no segu You're Reading a Preview en el fútbol? Unlock full access with a free trial. Miró hacia donde debía estar una ventana, pero al estaba cerrado con unaDownload cortinaWith muy gruesa que no dejaba ve Free Trial nada. — Me estoy muriendo en este hospital. Tengo un descomposición severa en mi sangre — dijo — . ¿Cómo dijist que era tu nombre? Sign up to vote on this title Useful Not useful — Quique Hache, y mi amigo,León. León regresó con un tarro de Sprite. Lavamos el vaso
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Cuando le mencioné el nombre de Tadiana Fernández, e Atún por primera vez bajó la cabeza, de alguna forma entend que ahí estaba la razón principal o parte de ella. — Eso es cierto y tal vez sirva de explicación — dijo — Pensábamos casarnos con Tadiana, la conocía desde qu éramos muy niños, nos gustábamos, a ella le encantaba qu yo jugara a la pelota y fuera conocido en la liga amateur. Per no era la hija de un entrenador, sino del Coño Fernández, un comerciante español de Recoleta, uno de lo más importantes. Tenía una fábrica de géneros y daba trabaj a más de 300 personas. En la fábrica conseguí mi prime trabajo. Todo iba bien, o eso creí, hasta que Cono Fernánde se enteró de que su hija andaba de novia con un obrero de s fábrica. No lo resistió, me echó del trabajo esa misma seman a Preview del último partido. Y You're antesReading de que nos casáramos la envió Unlock full access with a free trial. ella a Madrid, a casarse con un pariente. Para mí fue tre mendo, me partió el corazón mitades. Un día Tadian Download en Withdos Free Trial desapareció y nunca más la vi. Nos quedamos con León en silencio, impresionados p lo que acabábamos de escuchar. No dijimos una palabra hast que un rato después Atún siguió su relato: Sign up to vote on this title Useful Not useful necesita motivación — Para jugar a la pelota se entusiasmo y algo de alegría, y después de lo de Tadiana er
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con ese español y que mejor tratábamos de olvidarnos Entonces, porque la amaba, eso hice... Pareció quedarse dormido, cerró los ojos. Para qu continuara intenté una pregunta tímidamente: — ¿Y la olvidó? — En los siguientes 50 años ni un solo día. Luego, sup que tuvo varios hijos y que no pensaba volver a Chile Entretanto, el Cono Fernández quebró, a su fábrica d géneros se la ganó la ropa que venía de Taiwán. El Cono deprimido, debió regresar a España, donde se murió al mes d llegar... — ¿Y el fútbol? — preguntó León. — Nada me hizo volver, pero tampoco me arrepiento Como les decía, hasta para jugar a la pelota uno debe esta You're Reading a Preview entusiasmado y yo perdí el entusiasmo esa tarde de 1960. N with a free trial. siquiera veo partidos Unlock por fulllaaccess televisión, sólo cuando hay un bueno de la selección Download aguantoWith unFree primer Trial tiempo, nada más. — Por una mujer — exclamó León. El Atún y yo l mirábamos. León tenía los ojos brillosos, a punto de poners a llorar. Paz se sentó más entusiasmadoSign enuplato vote cama terminó e on thisy title Useful Not useful tarro de bebida. — Pero no todo fue sufrir. Después yo también me casé
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— A mí me importaba que el gol no fuera con la mano nada más — dijo León.
Pasó una enfermera por la sala informando que s acababan las visitas, que debíamos irnos en unos minuto más. Nos despedimos algo tristes y le prometimos que el fi de semana siguiente lo visitaríamos. Él también se alegró y s despidió dándonos la mano a cada uno. Y fue como darle l mano al pasado. Y en ese apretón, a pesar de la debilidad d su cuerpo, por un momento también lo sentí joven y fuerte. Cuando íbamos de salida me detuve ante l recepcionista. Le pregunté: — Antes de entrar a la pieza me dijo que Alvaro Pa recibía al menos una visita diaria. You're Reading a Preview — No dije eso. Las primeras visitas que recibió en tod Unlock full access with a free trial. este mes que lleva aquí fueron ustedes dos, por eso los dej pasar. Lo que dije fue que With casiFreetodos Download Trial los días alguien acerca a mi mostrador y pregunta por él. — ¿Y quién preguntaba? — No lo sé. Una señora se acerca al mesón y pegunta. Le respondo y luego se vaSign sinup topasar a verlo. Hac vote on this title Useful Not unos minutos estuvo acá, debe estarsaliendo deluseful hospital e estos momentos; pregúntenle a ella.
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Corrí hasta alcanzar a la mujer. Cuando la tomé del brazo m di cuenta que poco o nada tenía preparado para decirle, as que fui directo y sincero: — ¿Usted recién preguntó por Alvaro Paz, por Atún Acabo de estar con él en su pieza. Se ve bien; es decir, no cre que se muera, sólo es una descompresión de algo — má tarde me acordé que la palabra era «descompensación», per estaba nervioso — . No quiero molestarla, ¿pero me podrí decir por qué pregunta por él sin pasar a verlo? La señora tenía una cara agradable, como la de m abuela en las fotos, aunque mi abuela lleva muchos año muerta. También ella pareció nerviosa y dijo: — Soy una amiga del pasado. No quiero molestarlo sólo me interesaba su salud. Cuando escuchéYou're un Reading lejanoa Preview acento extranjero no tuv Unlock full access with a free trial. dudas. — Tadiana Fernández, es verdad? Download¿no With Free Trial Ella quedó petrificada. Es decir, si existieran armas qu inmovilizan instantáneamente a una persona, ella acababa d ser golpeada por una. En el fondo de la calle vi acercarse co cautela a León llevando las dos bicicletas. Sign up to vote on this title Not useful Useful ahora es Vallejo — Hace cinco años volví. Mi apellido Mi marido se quedó en España, nos separamos. Vivo e
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Así regresamos a la casa. León se quedó a dormir en m pieza esa noche, después de compartir solidariamente castigo por llegar tarde. Mi hermana sufrió un ataque d nervios cuando vio a Clementina sucia, rayada y oliendo a trasero de León. Le aseguré que le quedaría como nueva, qu la lavaría y engrasaría y hasta la pintaría de un color distinto ese amarillo pato. Ella aceptó todo menos que le cambiara e color. Por la noche, antes de dormir, escuché a León decir, ca como una despedida, un «buenas noches, la pasé bien hoy co la aventura arriba de la bicicleta», pero todo eso resumido e una sola frase: — Y todo por amor, madre. You're Reading a Preview Unlock full access with a free trial.
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ecibí una carta de Alvaro Paz. Era una carta mu interesante. La recibí tres meses después de la visita qu le hicimos al hospital. La carta estaba dirigida a mí y León. En ella me contaba que el médico por fin le dio de alta Se sentía muy bien, incluso ahora daba trotecitos por la mañanas. La enfermedad le había hecho cambiar todos su hábitos. Pero lo más importante, y por eso nos escribía, er para contarnos que dejaba el barrio, después de 50 años hora de cambiar. Todos los vecinos le hicieron una despedid que duró dos días y donde se sintió muy agradecido de cariño. También llegaron algunos jugadores del Juventu Unión que no veía desde hacía décadas. Finalmente vendió s casa de Recoleta, hizo sus maletas y se fue a la playa a vivir, Pichilemu, donde todavía conservaba la casa que habí You're Reading a Preview construido con su mujer fallecida. Había comenzado a hace Unlock full access with a free trial. clases de fútbol para niños, decía que probablemente de al saldrían buenos futbolistas. nos contó qu Download WithAsimismo Free Trial habíasubido de peso en las últimas semanas comiend pasteles de una pastelería donde los hacían deliciosos. Nad más decía, pero era suficiente. Me alegré por el Atún\ por fin, Sign como unonverdadero pe up to vote this title Useful Not useful estaría cerca del mar. Por supuesto que no cumplí mi promesa de no abrir l
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eníamos de ver una película con León en el Cine Hoyt de La Reina. Caminamos las 20 cuadras de regreso del cin hasta mi casa en calle Juan Moya, los dos felices porque e aire de otoño no molestaba y las parkas que llevábamos era suficientes para los primeros tríos del año. En el camin conversamos sobre la película: Duros de matar 4. Con Leó somos fanáticos de la saga. Sí. claro, hay harta violencia, ac ción, explosiones y escapadas espectaculares y milagrosa que nadie puede creer que ocurran, pero de eso se trata e cine, me imagino, de creer lodo lo que aparece en la pantalla Y algo queda ilc la película. Desde el título, Duro de mata es decir el que no muere nunca, el duro, es un policía bueno es Bruce Wi 1 lis como el teniente John McClane. quien pesar de que ha envejecido sigue defendiendo buenas causa You're Reading a Preview y por eso siempre queda al borde de la muerte, pero no muer Unlock full access with a free trial. porque si no no se justificaría el título de la película, no sol se acabaría la saga, sino que With el título Download Free Trialno serviría para nada Puede también que no sea una película muy artística, pued que nadie la recuerde en 30 años, pero León y yo la hemo seguido como verdaderos fanáticos, la hemos coleccionad en DVD. Así que veníamos contentos eseon this díatitlede otoñ Sign up to vote Useful Not useful después de la función. Llegamos a ia casa a la hora de tomar la once
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Los Mardones eran gente tranquila, ambos era profesores de un liceo en Macul, su hija Sally estudiaba nuestro liceo, con ella nunca hablaba porque era mayor qu yo y porque pertenecía al grupo de las alumnas extrañas diferentes, un grupo conformado, en todo caso, exclusi vamente por ella misma. Mi mamá sonrió con una de esas sonrisas que se puede calificar de sonrisa de monumento : — Hi jo, son los vecinos de la otra cuadra, lo Mardones. Con esa sola frase me di cuenta que pasaba algo mu malo y que el culpable, de alguna forma, era yo. Mi mamá n me llama a menudo «hijo», y todos en esa habitació You're Reading a Preview sabíamos que los Mardones eran nuestros vecinos desde qu Unlock full access with a free trial. llegamos al barrio antes de que yo naciera. León desencadenó la tragedia preguntar: Download With Free al Trial — ¿Ustedes son los papás de Sally? Hace días que no l vemos en el colegio. Era lo que esperaba la mamá de Sally, se llevó la manos a la cara y comenzó a llorar. Nos Sign upquedamos to vote on this titletiesos co Useful Not useful León, sin saber qué hacer, si volver a caminar las 20 cuadra y vernos otra vez Duro de matar 4 o pasar a la cocina
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una expulsión directa sin posibilidad de reclamo para lo niños de la casa, es decir nosotros.
En la cocina nos encontramos con Gertrudis Astudill con la cara doblada por la curiosidad, tomando un té verd que olía muy mal, pe- 10 que ella creía que no sólo la hací adelgazar, sino que también le subía el ánimo, le ayudaba a digestión, la protegía del resfriado, de los dolores de espalda de la pena, la alergia a los plátanos orientales y el insomnio todo eso en una bolsita que olía a toalla de perro.
Desde que llegaron los Mardones no me he movido de aqu de la cocina preparando la once, así que no puedo saber qu está pasando. You'reyReading a Preview Por supuesto, León yo sabíamos que la puerta de l cocina era delgada y ella Unlocktenía full access buen with a freeoído. trial. Gertrudis finalmente nos contó, mientras servía la lech Download With Free Trial y el pan con manjar y palta. Hacía tres semanas, Sall Mardones se había ido de la casa. Al parecer discutió con su padres y desapareció. Posteriormente los llamó varias vece por teléfono diciéndoles que estabaSignbien, pero que aún up to vote on this title volvería. Los Mardones ahora estaban desesperados Useful Not useful tratand de encontrarla. Ese era el resumen de la historia. Sally Mardones era mayor que nosotros, en el colegio
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problemas. En el fondo, la admirábamos, pero tampoc hacíamos nada para apoyarla. Un año organizó una protest contra las bolsas de plástico. En el patio central del liceo di bujó una enorme equis con "boisas negras de basura, en suelo dejó una carta-protesta que se enviaría y que debí firmarse por los que apoyaran la idea. El inspector genera mandó a quitar la equis en el segundo recreo y suspendió Sally por tres días. Ella respondió preguntando de qué se l acusaba. El inspector le escribió en el íibro de clases: «Po incitar al desorden». Sally entonces escribió con letra góticas, que asemejaban a sangre chorreando: «Por incitar desorden», firmaba «Sally, la vigilante». Mandó a fotocopia el letrero y repartió las copias. Otra vez la suspendieron Nosotros, los de cursos inferiores, seguimos admirándola You're Reading a Preview aunque nadie se atrevía a apoyarla. Cuando le conté todo l Unlock full access with a free trial. ocurrido a mi mamá, ella dijo cortante: «No te metas en eso asuntos, Quique», lo que era como Download With Freedecir Trial déjala sola, no es t problema, podrá tener razón pero no es tu problema, el tuy es sólo estudiar, salir de enseñanza media, rendir la prueba entrar a la universidad, tener una carrera, casarte y morir. Un día vi que Sally se aprestaba a vote llamar a un par Sign up to on this title Useful Not useful preparado por los estudiantes de otros colegios y liceos Santiago. La vi escribiendo en una cartulina una serie d
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Ella me miró como lo que era, una pulga cobarde. S acercó a su cartel, marcó la tilde arriba de la letra «o» con u plumón y dijo: — Gracias, Quique. Al menos se acordaba de mi nombre. Entonces m atreví a agregar: — Sally, quiero decirte que..., bueno, que yo, es decir, n sé cómo... Me di varias vueltas tratando de hacerme entender. L que quería decir era: «Sally, estoy muy de acuerdo contigo pero soy un cobarde y mi mamá me dijo: "No te metas nada porque tienes que terminar el colegio, dar la prueba todo lo demás hasta morirte"». Pero nada de eso me atreví decir. Fue entonces ella quien respondió de una form You're Reading a Preview misteriosa: Unlock full access with a free trial. entiendo. Yo estoy aquí y tú está — No te preocupes, allá. Download With Free Trial A mí me pareció la mejor frase que nunca nadie m había dicho, primero porque no la entendí, pero que de toda maneras parecía significar muchas cosas. Era de esas frase que uno a veces se merece recibir y que noto vote sabe si title son buena Sign up on this Useful Not useful lo malas o más o menos, pero que hacen quemuy pocas cosa hacen: hacer pensar, quedan allí dando vueltas durante días
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mi mamá que le tiene miedo a los temblores o a cualquie cosa y que por eso me pide que no me meta en nada. Gertrudis, esa tarde en la cocina, mientras analizábamo la situación, dijo que ella creía que Sally Mardones er grande, una señorita, y si se quería ir de su casa porque no s sentía bien era su opción. Ella misma se había ido de su cas de Temuco, había llegado a Santiago a trabajar para ayudar su familia, para hacerse un futuro de nana y para olvidar u antiguo novio que desde hace tiempo tiene un nombre: innombrable; es decir, no se puede decir su nombre porqu cada vez que se acuerda de él le baja una pena inmensa comienza a escuchar un disco de Miguel Bosé, porque dice que el innombrable se parece a Bosé. U día me mostró una foto del innombrable y la verdad que s Reading a Preview hay algo diferente es You're Miguel Bosé y el innombrable, per Unlock full access with a free trial. tampoco estoy para desengañar a mi nana, a quien quiero cas como a mi mamá. Download With Free Trial León, por su parte, comió dos sándwiches d mantequilla con palta, y atorado dio su opinión sobre Sall Mardones, la que representaba la opinión de la mayoría: — Sally es rara. Sign up to vote on this title Useful Not useful por qué tenemos que buscar a Sally Mardones?, preguntó León al día siguiente, un domingo de otoño lent
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comprometido con nada y con nadie. Si alguien me mostrab horribles fotografías de focas destrozadas a palos o la caza d ballenas con arpones por barcos japoneses, eso sucedía par mí tan lejos que me daba sueño de sólo pensarlo; no me sentí realmente comprometido con nada. Antes de llegar a la casa de los Mardones para ofrece mis servicios de búsqueda pasamos por la de Flavi Saavedra, nuestra compañera artista, la única del colegio, que vive en calle Hamburgo, en un condominio habitado sól por artistas y actores de televisión. Los domingos se reúne en el centro del patio a leer poesía y a tocar instrumento medievales. Flavia escribe una novela; es decir, ya llev varías escritas, algunas entregadas por capítulos en el blo que lleva su nombre. Todos la leen en el colegio, incluidos lo You're Reading a Preview profesores, quienes reclaman por sus excesos literarios, per Unlock full access with a free trial. Flavia responde que es todo ficción, que nada de eso le h ocurrido, aunque tampoco nadie le cree. Download With Free Trial Nos hicimos amigos o conocidos porque le posteé en e blog una vez, le conté que me gustaba lo que escribía y envié también un cuento que yo había escrito sobre e encuentro improbable de los alacalufes Sign upcon to voteuna on this civilizació title Not usefulde crític Useful del espacio. Ella me respondió con unafrase literaria: «Demasiado ripio». Durante semanas traté d
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Con Flavia conversábamos temas complejos, eso m gustaba de ella. Decía que iría a la universidad a estudia Psicología y yo le argumentaba que luego, cuando egresara tendría que atender a personas como yo, con trastorno de l personalidad múltiple, y que mejor estudiaba para escritora, que allí estaba su verdadero talento. Ella m respondió que eso no se estudiaba, que eso era un «don» Entonces no pude aguantar la risa, me reí durante un mes co la palabra «don», hasta que Flavia me dijo que si seguí riendo como hiena vieja debía comenzar a olvidar de qu éramos amigos. Flavia era la única amiga de Sally, aunque tenía diferencias insalvables entre ellas. Flavia decía que n participaba en ninguna causa porque creía que todas estaba You're Reading a Preview perdidas. Le pedí a León que me esperara en la plaza Bremen full access with a free trial. mientras yo golpeabaUnlock la puerta de la casa de Flavia, la qu parecía una comunidadDownload hippieWith deFree hacía Trial 40 años. Estaba en medio del ensayo de un monólogo ante e espejo. Había cambiado de decisión: no estudiaría Psicología sino Teatro en la escuela de Fernando González, pero debí rendir una prueba especial, la queSignincluía monólogo up to vote onun this title Not useful Useful Conversamos en el recibidor de su casa llena de cojines de l India y olor a incienso que descomponía el estómago.
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— ¿Cómo Reina? ¿En la comuna de La Reina o reina d
algo?
— Es que no le presté atención en ese momento. Sól
me acuerdo de esa palabra. No era demasiado, pero tenía por donde empezar. Ante de salir de la casa de Flavia, ella dejó en mis manos unas 4 páginas de una obra de teatro para que le diera mi opinión, l había escrito de una sentada, según sus palabras. Su título: mujer encadenada; bajo el título, en letras mayúsculas aparecía: AUTORA: FLAVIA EXPLORADORA. La obr requería de dos actrices y un tarro lleno de basura sobre e escenario. S ally Mardones vivía en la misma calle que yo, en un pasaj del mismo nombre que la calle. La mamá nos recibió todaví You're Reading a Preview triste, con la voz muy baja y afligida. Nos dio un larg Unlock full access with a free trial. discurso de entendimiento entre padres e hijos. Dijo que no s llevaban mal con Sally; todo loTrial contrario, se llevaba Download With Free estupendo las dos, claro, ella tenía su propias ideas, pero s las respetaban en la casa, así que era incomprensible lo qu estaba ocurriendo. Le pregunté: Sign up to vote on this title Useful Not unuseful trabajo lo — ¿Sabía que Sally había conseguido fines de semana?
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un detective generalmente sabe llenar con pregunta investigativas, pero que en mi caso, fuera de práctica, no s me ocurrían. Nos trasladamos al pasillo, hasta la mesi- ta teléfono, debajo de un mantel tejido a crochet. Otra ve típico. Otra vez igual a mi casa. Rebobinó el contestador y escuchamos la voz de Sall en el pasado, uno reciente, pero que sonaba como desde otr mundo: «Por favor, mamá, no me busque, estoy bien... teng que estarlo, estoy bien». Nada más. Luego, el cargante ruid del pito del teléfono y nada más. La madre, después d escuchar infinidad de veces ese mensaje, volvió a llora apretándose la cara y negando con la cabeza. Con León no Reading a Preview quedamos mirando sinYou're saber qué hacer o más bien esperand with a free trial. que pasara el llanto Unlock que fullaaccess ambos, sin saber por qué, no incomodaba. Download With Free Trial — Necesito el cásete de la grabación — dije después d un rato que consideré el adecuado — ... Y una última cosa. — Dime, Quique — dijo, apretando las nariz la señor Mardones. Sign up to vote on this title Not usefulde Sall dormitorio — ¿Podemos echar una miradaalUseful
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madre casi en un último suspiro. Las fotografías son siempr alegres porque recuerdan tiempos en que todo era alegría. Llegamos al dormitorio. — Está como lo dejó ella — dijo la mamá. Sentí enseguida que algo hacía diferente aque dormitorio del mío, no era el color, sino tal vez el gran estant de libros que cubría la pared. Siempre creí que yo tení muchos libros y revistas, incluso me sentía orgulloso de m colección completa de Asterix, de Tintín, pero Sally m doblaba en número de libros y revistas; algo parecido a l envidia y admiración sentí s:n quererlo. En las paredes laterales, más cerca de la cama encontramos algunas fotografías en marcos pequeñitos. E algunas aparecía Sally rodeada de perros y gatos, otras junto Reading a Preview gallinas. Indiqué las You're fotografías, pero la señora Mardone access with a free trial. respondió antes de queUnlock le full dijera nada: animales. Últimament — Sally es defensora Downloadde With los Free Trial andaba con un grupo de la universidad que protestaba en la puertas de los circos. — ¿En el circo? — preguntó León sin entender. — En el circo tienen animales ySignlos up tomaltratan... vote on this title Useful Not useful entender. — Entiendo — dijo León, aún sin — Estos son sus libros — siguió la mamá — , ella es mu
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Esos son cuadernos, los confecciona ella con su manos, tiene varios. Abrí el cuaderno forrado con un género de color lila pero en su interior sólo había hojas en blanco. Busqué por l habitación. Debajo de unos discos vi otro cuaderno con lom de tela. Allí tenía traducciones de canciones. El siguiente l encontré en el velador, también tenía las páginas en blanco pero en la última encontré un dibujo: era un ojo cerrado, má bien un párpado cerrado, alrededor varias fechas probablemente anotaciones de horas, todas marcadas con un equis. Arriba del párpado la palabra «Reina», solitaria, e mayúscula y remarcada, pero nada más. En aquella casa nadie sabía qué podía significar l palabra «Reina». No se trataba de la comuna de La Reina, es Reading a Preview resultaba obvio. PodíaYou're ser un apellido, un nombre, un lugar. a free trial. Nos despedimosUnlockdefull access la with mamá de Sally, quien no agradeció lo que estábamos haciendo por su hija. Esta vez n Download With Free Trial fui yo sino León el que respondió: — Es nuestro deber. Aprovechamos y nos fuimos a un costado de la Plaz Ñuñoa, donde venden unos heladosSignexquisitos. A pesar up to vote on this title useful Useful Not que el frío comenzaba a llegar, para tomar helado no ha excusas. Además, nos encontraríamos allí con Gertrudis, er —
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La vimos venir con su ropa de domingo, que a pesar de frío era única: tacos muy alto, y unos jeans ajustados que l quedan de maravilla. Todos los extranjeros que tomaba cerveza en la plaza la piropeaban en inglés, en francés o e danés. Pero ella era inmune a las lenguas extranjeras caminaba feliz por los halagos pero sin mirar a nadie. Gertru aprovechó para invitarnos a los helados mientra esperaba que apareciera su amiga. Le explicamos, sentado en un banco de la plaza frente al Teatro de la Universida Católica, lo que habíamos descubierto de Sally; o sea, qu sólo teníamos una palabra: «Reina». Aprovechamos tambié de que escuchara la grabación del contestador en el persona de León. Gertrudis puso cara de cuadro de pintura y dijo mu You're Reading a Preview segura: access with a free trial. hizofulldesde un restaurante, se escucha e — El llamado se Unlock ruido de platos y copas. Download With Free Trial — ¿Cómo lo sabes? — preguntó León. — Fácil. En Temuco trabajé en un restaurante durant tres años, sé perfectamente cómo suena un restaurante a l hora del almuerzo. Sign up to vote on this title Usefulelnombre Not useful de u — Tal vez, Reina entonces sea restaurante — dije.
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Llegamos a la casa. León me dejó allí. Acordamos qu nos encontraríamos al día siguiente para seguir l investigación. Antes ue ir a acostarme acompañé a mi papá para ve los goles de la fecha en la televisión. Mientras lo hacíamo aproveché de revisar la guía de teléfonos. No encontré nad en una de las guías. Luego, revisé las páginas amarillas Busqué restaurantes. En los de comida italiana encontré l que buscaba. En un destacado aparecía dibujado el mism párpado cerrado que había encontrado en uno de cuadernos de Sally. Abajo leí: «Reina, el mejor restaurant italiano del centro». Mi papá discutía por un penal ma sancionado. Al siguiente gol que mostraron del fútbol es pañol, mi papá sonrió y dijo: You're Reading a Preview — Esa fue una joya, grábatelo, Quique. Como Pelé e Unlock full access with a free trial. México 1970, cuando... Y comenzó ese cuento en ese mundial que m Download de WithPelé Free Trial sabía de memoria porque se lo había escuchado miles d veces, pero como soy un buen hijo, y algún día quiero que m den una medalla que en alguna parte diga «el hijo del año» dejé que me lo contara otra vez, la mil Signuno. up to vote on this title
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1 centro de Santiago es especial. Tal vez es el lugar dond nunca viviría: demasiada gente, demasiados automóviles demasiado esmog, todo es demasiado allí, pero es imposibl no encontrarle un encanto especial, sobre todo los fines d semana. El centro estaba lleno de extranjeros que creen que e país es eso. Artistas y poetas conversan en los cafés cerca de cerro o del Parque Forestal, gente que se viste diferente y qu parece pasarla siempre muy bien. Tal vez estoy equivocado y el centro de Santiag representa muy bien el país, porque es distinto a todo, porqu es especial. Pero no estaba en ese lugar con León para hacer turism de ciudad, sino porque Reina, el restaurante italiano, estab allí, en calle Me Iver con Huérfanos, casi al inicio del pase You're Reading a Preview de esa calle, en una casa de concreto vieja y sólida como cas Unlock full access with a free trial. todos los edificios del lugar. Dicen que en el centro d Santiago roban a la gente, laWith engañan Download Free Trial y otras barbaridades pero a mí el centro no me damiedo, sino curiosidad. algunas ocasiones, papá y mamá nos han llevado de paseo a centro, para recordar los tiempos de ellos, cuando estudiaba y eran novios en el cerro Santa Lucía.SignAllí nada hatitlecambiado up to vote on this Not useful Useful sigue lleno de estudiantes be- sadores, dándose vuelta abrazados por el pasto.
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En el lugar comía un hombre gordo mientras leía Tercera y no paraba de reírse, como si las noticias trágica del día fueran de lo más graciosas. Nos sentamos en la mesa, cerca de la puerta por debíamos ejecutar un plan alternativo que consistí básicamente en salir corriendo. Por supuesto, de todas meseras del lugar ninguna se parecía a Sally. — ¿Qué vamos a hacer? — preguntó León. — Lo que se hace en un restaurante: comer — dije. — Buena idea — respondió León, acariciando s estómago. Se acercó una mesera a atendernos. — Sí — dijo. You're Reading a Preview
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¿Dije algo malo? — preguntó León. — Este lugar no me gusta — dije yo. Entonces, como si me leyeran el pensamiento, l mesera llegó con un hombre bajo pero fortachón, que parecí un pequeño y compacto ropero; llevaba en su mano un celula de última generación, como si fuera un arma cargada. S acercó y nos dijo: — Perdón, pero este restaurante no vende completos sólo pastas italianas. — ¿Quién es usted? — preguntó León. — Soy Gustavo Reina, dueño del Reina. Les voy pedir que abandonen el local. En una hora más esto va a esta lleno con los oficinistas del centro en colación. Así que humillados dejamos el Reina y nos fuimos caminar por Ahumada,You're sin Reading rumbo.a Preview Hasta que se nos ocurrió l Unlock full access with a free trial. misma idea a ambos. En calle Agustinas nos encontramos co otro de los complejosDownload de Cine Hoyts, With Free Trial unp ubicado en u subterráneo. Bajamos y pagamos la entrada para Duro matar 4. Compramos un paquete gigante de cabritas que no costó una fortuna y que se transformó en nuestro almuerzo Nos fuimos a mirar otra vez como el Sign teniente se sa up to vote McClane on this title Useful Not useful vaba una vez más de morir. S alimos más tarde del cine y nos sentamos en Huérfanos co —
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Por supuesto que se acordaba de nosotros. Noté qu estaba nerviosa o que el tema le incomodaba. Cuand mencioné el nombre de Sally pareció doblarse como culebra — Trabajaba una Sally en el restaurante, pero sólo lo fines de semana. Aunque parece que ya no trabaja más allí. — ¿Por qué no más? — No quiero meterme en problemas. Parece que enojó con el jefe, con Reina; enojarse con él es perder el empleo. — ¿Y no sabe dónde la podemos encontrar? La mesera se mordió los labios, dudando, nerviosa. — Yo no sé nada, nada de nada. — Sólo queremos encontrar a Sally, nada más; sus papá están preocupados. You're Reading a Preview La mesera se dobló el abrigo y echó las manos a l Unlock full access with a free trial. cartera. arrendaba una pieza just — Una vez me contó Downloadque With Free Trial frente al monumento a Prat, al lado del Mercado Centra Pero yo no sé nada y no quiero meterme en problemas. — ¿Qué tipo de problemas? — le pregunté, pero ella n respondió y siguió caminando comoSign unuptren to vote expreso on this title entre l Not useful Useful gente, perdiéndose camino a la estación delmetro. — Vamos a avisarle a los carabineros sobre esa direcció
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toallas y sábanas; un rastafari en la ventana fumaba u cigarrillo que a la distancia no parecía cigarrillo, sino un pipa de papel que echaba humo. En la puerta del edificio encontramos al portero, qu olía a vino tinto con cáscaras de naranja. — Esa información es clasificada — nos dijo cuando l preguntamos por Sally Mardones y se la describimos. Así que desclasificamos la información; es decir tuvimos que dejarle tres mil pesos en el bolsillo. — Esa niña hace una semana que no aparece por acá Dejó pagado por cuatro semanas; si no llega voy a tener qu juntar sus cosas y arrendar la pieza, porque hay much demanda. — ¿Y no sabe dónde fue? You're Reading a Preview — No hablaba con nadie. Sólo llegaba a dormir, pero Unlock full access with a free trial. nada bueno debe andar. — ¿Por qué lo dice? Download With Free Trial — Por los detectives que vinieron por ella. Eso m dijeron que eran al menos. Yo fui boxeador, peleé com sparring de Godfrey Stevens; claro, ustedes son muy jóven para acordarse de Stevens, pero el asunto esonque sé cuand Sign up to vote this title Not useful Useful la de alguien es policía o no. Esta profesión, portero, m enseñó en mis 20 años de oficio que lo que me-nos hay qu
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El cuarto estaba hecho un desastre, habían revisado po todas partes, desparramado la ropa. La ropa y las cosas era de Sally, de eso estaba seguro. Había algunos libros y un mochila. En el suelo encontré uno de eso cuadernos qu confeccionaba ella misma, forrados con tela. Pero estab semidestruido, con las hojas arrancadas. En algunas página quedaban palabras sueltas que no decían nada. En una de la páginas reconocí un poema de Neruda. Y en una de las hoja arrancadas aparecía la mitad de un mapa de una calle dibujado con la tinta gruesa de un plumón. En la hoja sólo s distinguía en el centro el nombre incompleto de la calle «...nices». I legué tarde a mi casa, pero tuve suerte: mis fg papás había ido al cine. Mi hermana ha- biaba por teléfono con un novi You're Reading a Preview en Coyhaique que pagaba la llamada, la que le saldría un Unlock full access with a free trial. fortun Gertru me convocó conWith urgencia Download Free Trial a la cocina. Sirvió u plato de tallarines con salsa, queso rallado y un vaso de lech con sabor a chocolate. Luego, me dijo: — Vamos a tener que cortar esa investigació detectivesca, la de Sally Mardones. Sign Noupquiero que to vote on this title tus papá después me hagan responsable a mí. Useful Not useful — No pasa nada, Gertru, tampoco avanz
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— Pero antes me vas a contar todo, pero todo lo qu
ocurre con esa niñita. Le conté sobre el restaurante y la pieza donde habí dormido al menos unas semanas Sally Mardones, además d lo que había encontrado allí. Gertru comenzó a dar vueltas analizando la situació con cara de computador portátil. — Claro, claro, claro. — ¿Qué está claro? — Nada, si lo estuviera estaría todo resuelto. El asunt es que esa niña Flavia llamó y dijo que se había acordado d un amigo nuevo de Sally, un tal Pedro Canario, ese fue e nombre que me dio, lo tengo anotado aquí. El tal Canario er el jefe del grupo en el que participaba Sally. Reading a Preview — ¿Pero qué tipoYou're de grupo? full access with a free trial. animales. Flavia dice que llames a — Protección deUnlock Pedro ese. Aquí estáDownload el número With Freedel Trial celular. Si lo llama quiero saberlo todo. Esperamos otros 15 interminables minutos que m hermana colgara el teléfono y marcamos el número de Pedr Canario. Lo primero qre dijo era queSignsuup apellido en realida to vote on this title Useful Not era otro, que más bien ese era su apellido deuseful «combate» Hacía meses había formado un grupo de defensa de lo
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— En realidad sólo cosas aisladas. Me contó del dueñ
de un restaurante que estaba en un negocio con animales, a que esperaba denunciar. — Gustavo Reina — dije sin contenerme. — No sé el nombre. Ella me dijo que estaba vigilan antes de denunciarlo, necesitaba pruebas. — Reina tiene un restaurante en el centro. — No, ella me habló de una bodega donde encerraba perros para venderlos. — ¿Y para qué querrían vender perros? Pedro Canario me detalló todos los negocios posible que se podían hacer con perros, por supuesto después d matarlos y enviarlos de distintos modos a países com Indonesia o Japón. Yo tragué saliva porque no tenía idea. You're Reading a Preview — Ella no me contó nada más, sólo que era arriesgad Unlock full access with a free trial. que supiera su familia. La bodega aquella, al parecer quedaba en Macul, Download en unaWithcalle con nombre de ave Free Trial codornices o perdices, no estoy seguro. Después de eso prometí hacerme socio del grupo ayudar lavando perros y colgué. Corrí hasta mi pieza. Pero antes latitle escalera v Signde up tosubir vote on this useful Useful Notnovios que se abría la puerta y que entraban, como recié casados, mis padres. Sus salidas al cine les provocaban ola
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centro, busqué en la última página aquel mapa. Las última letras, «nices», correspondían a Codornices o Perdices, ta vez la calle que acaba de escuchar por teléfono. — Codornices, eso está en Macul — dijo Gertrudis — yo tenía un amigo que trabajaba en una fábrica de botellas. En el otro cuaderno estaba la hoja con el dibujo de párpado semicerrado y la palabra Reina. Alrededor vario L números, tal vez de teléfonos o direcciones. Unas de esa direcciones era clara y precisa: Las Codornices 286. e prometí a Gertrudis que no haría nada, que reuniríamos toda esa información y nos iríamos hasta l comisaría de Ñuñoa a explicar lo que sabíamos. Una promes es una promesa. Bueno, a veces hay que romper las promesa You're Reading a Preview A veces hay que interpretar las promesas. A veces hay qu Unlock full access with a free trial. prometer menos y hacer cosas. A veces mejor es no promete nada. Download With Free Trial Nos fuimos con León, al día siguiente, hasta Macu Nos prometimos uno al otro que echaríamos sólo una mirada nada más, y que volveríamos enseguida. Las Codornices 286 estaba Sign enupuna calle to vote on this title llena d Not usefulempleo Useful galpones, de fábricas pequeñas pero que daban mucha gente. Algunas estaban apretadas a edificios y otra
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Señora, una pregunta: ¿sabe qué hay en esa bodega — indiqué hacia el 286. — ¿Vienen a conversar o a comprar? — dijo ella — Porque este es un negocio, no una junta de vecinos. Así que quieren preguntarme algo tienen que comprarme un chicle, aunque sea. Es decir, adiós a la comprensiva y cariñosa abuelita qu creíamos. Debimos comprarle dos chicles, una barra d chocolate Trencito y dos Súper 8 antes de que dijera algo. — Poco se ve qué hacen allí — dijo por fin — ; entra camionetas, pero nada más. Eso sí, mi vecino don Gepetto, s se llama igual que el papá de Pinocho, es descendiente d italianos. Don Gepetto, el vecino del otro lado, dice que po las noches a veces no lo dejan dormir los ladridos de lo You're Reading a Preview perros que tienen allí adentro. full access with a free trial. Estaba claro, noUnlock podríamos entrar al lugar y perdíamo el tiempo, así que comenzamos caminar de regreso. Download WithaFree Trial Anochecía temprano en otoño, a las siete todo estab oscuro, tenebroso y las luminarias escaseaban. Entonces cerrándonos el paso, se detuvo un automóvil. Tres hombres lo suficientemente grandes para nosotros, sin Sign up tonos vote onrodearon this title —
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salida. De un segundo automóvil bajó Gustavo Reina,
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despertado hoy. — A los tres hombres les ordenó — : A la bodega. Nos llevaron hasta la bodega. Dos nocheros cuidaban la puerta. Nos dejaron en una habitación estrecha cerca de la entrada, donde guardaban papeles y máquinas de escribir. Cerraron la puerta con llave. De este lado quedamos nosotros. Escuchamos a los guardias silbar, mientras de una radio salía ahogada una canción de Shakira. — ¿Y ahora? — dijo León. La pregunta flotó en el aire sin respuesta; en realidad, no sabía qué haríamos a continuación. Nos sentamos en el suelo a esperar. Una vez vimos en el liceo una obra de teatro que se titulaba Esperando a Godot, uno de los actores lo habíamos Reading a Preview visto en una telenovelaYou're en un papel secundario, pero aquí era Unlock full access with a free trial. el protagonista. La obra trataba, justamente, de la espera de alguien que nunca llegaba y que se sabía quién era: Download Withtampoco Free Trial su nombre era Godot. Y de tan absurda que parecía la obra, finalmente alguien inteligente bautizó todo aquello como «teatro del absurdo». Esto lo digo porqué en esa situación, prisioneros sin saber realmente por qué, esSign up to votefinalmente on this title Useful Not useful tábamos esperando a algo parecido aGodot. Entonces, después de un rato, León dijo:
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estaba y ella no estaba. Y de esa forma, tal vez por e aburrimiento o lo absurdo de la situación, es que comencé quedarme dormido. Desperté cuando la puerta se abrió. Pensé que soñaba todo había sido un sueño y estaba en mi cama, en m dormitorio de calle Juan Moya, mirando el techo, soñand que era domingo y que me despertaba a las once de l mañana. Una figura con una linterna nos iluminó directo. Re conocí enseguida su voz: — Quique, soy yo, Sally Mardones.
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o era tiempo para dar explicaciones. Seguimos Sally, que llevaba un llavero con el que abría y cerraba la puertas. Me di cuenta enseguida que no íbamos de salida, sin adentrándonos más en la bodega, hasta una gran habitación Al abrir la puerta nos golpeó un aire caliente y un pésim olor. Sally hizo correr la luz de la linterna por la habitación El piso estaba cubierto de cuerpos de perros echados qu parecían muertos, pero no lo estaban, más bien estaba enfermos o drogados, respiraban pero ninguno se movía Sally me pidió que sostuviera la linterna e iluminara. Prepar su celular como cámara fotográfica y comenzó a dispara León y yo, mientras tanto, sólo queríamos salir antes de qu los dos guardias se dieran cuenta. Cuando ella creyó qu había terminado, otra vez escogió una de sus llaves y salimo Reading a Preview por una puerta traseraYou're de la bodega. Al otro lado hacía frí access with a free trial. Caminamos por entreUnlock la fullmaleza, que olía aún peor que l habitación de los perros dormidos, Download With Freehasta Trial que encontramos e cerco por donde llegamos a la calle.
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— ¿Por qué me buscan? — fue lo primero que nos dij
Sally antes de subir a un taxi. No parecía contenta de verno — . Esto es peligroso y pudo haberles ocurrido algo malo co Reina. No alcanzamos a decir nada. Me sentía como cuando mamá se molestaba porque no hacía ia cama en una semana encontraba restos de queque, alguna revista, mi reloj, u pedazo de manzana, entre las sábanas. Como en esas oca siones, no tenía una explicación con Sally. Ella era mayor qu nosotros y sí sabía lo que hacía. No podía explicarle que d mi parte sentía que le debía algo a ella, que no estaba segur de qué se trataba, pero tenía que ver con comprometerse al guna vez. El taxi nos condujo por Ñuñoa de regreso, dio varia a Preview vueltas y nos bajamosYou're en Reading una plaza escondida y pequeñita Unlock full access with a free trial. Estaba seguro que a esa hora mis papás estarían preocupado pero entonces me acordé del cumpleaños Download With Free Trial de mi tío Cacho; m tío no es mi tío, pero como es amigo de mi papá le decía tí Cacho desde que era niño. Esta noche era su cumpleaños y l celebraba en su casa en calle Antonio Varas. Es decir, estab momentáneamente salvado. Llamé aSign Gertru up to votepor on thisel titlecelular d useful Usefulque Not Sally, le dije, sin darle tiempo a replicar, estudiaba en l casa de un compañero de curso, que todo estaba bajo contro
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hospitales de todo el país. No era nada de fácil el traslado, s hacía drogándolos como los habíamos visto en la bodega Los datos finalmente los consiguió a través de un e empleado de Gustavo Reina, que no podía dormir por la noches después de haber enviado al sacrificio a muchos d esos animales. El empleado le confesó todo, pero le agreg un dato importante: Reina guardaba los papeles que probaba el tráfico de animales en su oficina, en la parte de atrás de s restaurante. Sally comprendió entonces que no tenía opción El empleado, después de la confesión, se fue a esconder a u pequeño pueblo en la VIII Región, llamado Monte Águila. Sally necesitaba pruebas y debía conseguirlas por ell misma. Por eso decidió no involucrar a sus padres, ni a nadie arrendó una pieza en el centro y logró el empleo de mesera e Reading a Preview el restaurante de Reina.You're Sentía que era su deber y que no tení Unlock full access with a free trial. otra forma de conseguir esas pruebas. Después de 10 días deDownload trabajar allí With Freelogró Trial llegar a la oficina robó los papeles que necesitaba. Pero casi enseguida fu descubierta, los hombres de Reina la siguieron, llegaron hast la pieza que arrendaba y le arrebataron las pruebas. Desde es día estaba escondida en casa de una un edifici Sign amiga up to vote onen this title Not useful Useful cerca de avenida Irarrázaval sin saber qué hacer. Sólo tení un dato, la dirección de esa bodega y un llavero que tambié
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comienzo. Y dije «estábamos» porque a esa altura le prome a ella que éramos parte de aquello, no la dejaríamos sola, a menos hasta que terminara el cumpleaños del tío Cacho es madrugada. Sally me miró de una forma distinta y dijo: — Sabía que podía contar contigo. S ally Mardones no tenía pruebas para inculpar a Reina y a s negocio de tráfico de animales. Sólo teníamos una esperanz una en la que únicamente ella creía y que representaba pensándolo bien, lo que hacía particular a Sally: creer en demás por sobre todas las cosas. En clase de educación física, en una ocasión, hicimos u «ejercicio de confianza»; la idea era de nuestro profesor, d uno que estaba de paso por el colegio, hacía la práctica par titularse, llevaba el pelo largo tomado en una cola de caballo Reading a Preview lo que indignaba a losYou're otros profesores; por el contrario, Unlock full access with a free trial. nosotros nos parecía que ese detalle decía mucho y nos dab confianza. Era un buen tipo Clark. Download With Free Su Trial nombre no era Clark pero algunas de nuestras compañeras se enamoraron de él y dejaron ese sobrenombre: Clark Kent, porque era igual Superman. A Clark, cuyo nombre verdadero era Carlos, l gustaba el sobrenombre y nos pedía que llamáramos de es Sign uplo to vote on this title useful Useful modo. A Clark se le ocurrió entonces elNotejercicio qu consistía en dejarse caer hacia atrás esperando que u
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llegó Starky», «Miren al Agente 86...». Digamos entonce que Venturelli no era alguien a quien le podría tene confianza. Esperé lo peor ese día en el gimnasio con e ejercicio de la confianza, desde quedar lisiado hasta no pode sentarme en una semana. Ahí estaba, de espalda, en medio de gimnasio, donde nos moríamos de frío en invierno porque las ventanas altas les faltaban varios vidrios. — Déjate caer con confianza — dijo Clark Kent, y y pensé en mis partes blandas allá atrás que sufrirían sin sentid por un ejercicio que nadie más que el profesor entendía. Me dejé caer. Caí despacio, como en cámara lenta, co el cuerpo tieso. Estaba seguro que Venturelli se reía com animal e inventaría algo para no recogerme a tiempo. Per entonces sentí los brazos de Veturelli que me atrapaban co You're Reading a Preview fuerza justo antes de tocar el piso de madera Unlock full access with a free trial. del gimnasio. Inmediatamente también me sentí agradecido muy agradecido. Venturelli niWith siquiera Download Free Trialme miró y siguió más allá riendo por otra cosa. En el siguiente recreo busqué y enfrenté a la hiena de Veturelli: vote on this title — Gracias por no dejarme caerSign — upletodije. eUseful Not useful respondió. — ¿Creías que no lo haría? — m Entonces ambos nos reímos como si en realidad nos
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Sally pagaría el taxi. Así que hicimos parar uno. Era tarde, pero todavía tenía tiempo porque calculaba que e cumpleaños del tío Cacho estaba en lo mejor y eso me protegía de la llegada a casa. Nos bajamos en el centro de Santiago, que a esa hora lucía oscuro y tenebroso. Unos municipales barrían con unas hojas de palmera gigante la calle y una camioneta especial lo hacía con escobillas bajo sus ruedas. El Restaurante italiano Reina estaba cerrado, pero Sally se dirigió a una puerta lateral. Otra vez de su llavero eligió una llave con la que abrió. Encontramos una escalera. Subimos hasta el segund piso. Debajo de una de las puertas vimos luces. Sally directo a la puerta y golpeó. Se escuchaba un programa d You're Reading a Preview televisión donde el humorista Alvaro Salas contaba chistes Unlock full access with a free trial. todo el mundo se reía. Creímos que nadie abriría. Pero en tonces se abrió la puerta y apareció Download With Free Trialla mesera traidora de Reina. Nos quedó mirando como si tres habitantes del planet Venus tocaran una noche la puerta de su departamento. Sall se adelantó: hicimos — Con permiso — y entró. Detrás Sign uplo to vote on this title nosotro useful la mism Useful Not Estaba claro, no era el lugar donde debíamos estar, mesera, horas antes, nos había traicionado.
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— Me vine a trabajar acá a Santiago y don Gustavo m
ha ayudado. — Pero sabes que no está bien lo que él hace. — Sí, pero... — Confiamos en ti, por eso hemos venido, necesitamo de tu ayuda. Dio vueltas por el dormitorio, que era estrecho per estaba ordenado y olía a desodorante ambiental. — No puedo — repetía la mesera — . Mejor se van Gustavo puede llegar y encontrarlos aquí; cuando se enoja, t sabes cómo se pone. Sally le dejó su celular entre las manos, con l fotografía de los perros drogados en la bodega. You're Reading a Preview — Ahí están esas fotografías para que te decidas. Y Unlock full access with a free trial. también tienes el celular con el que puedes llamar a Reina contarle que estamos aquí. TúWith decides. Download Free Trial Nos sentamos en unas sillas. El televisor seguí encendido, pero sin volumen, así que sólo veíamos como e público se reía de la rutina del humorista. De pronto ell movió la cabeza, dio un gran suspiroSigny updijo: to vote on this title — ¿Qué quieren que haga? Useful Not useful — Que me abras la oficina de Reina en el restaurante
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ra pasada la medianoche. Como estábamos en otoño, las noches no eran las más agradables del año; es decir, mucho frío, algo de neblina y oscuridad. El taxi nos dejó en San Bernardo, que para nosotros con León, a esa hora, representaba un lugar muy lejano, casi como si fuera Puerto Montt. Allí, en la carretera, en el cruce del camino se haría la transacción, un camión recogería el cargamento. El taxista aceptó esperar media hora, la que cobraría, pero nada más, porque a él también le daba miedo un lugar como aquel, a pesar de que le asegurábamos que a Preview esperábamos a una tíaYou're queReading venía desde Rancagua. Sally Unlock full access with a free trial. salió varias veces a fumar afuera del tax . algo que nos impresionó enseguidaDownload porqueWith noFreeconocíamos a nadie del Trial liceo que fumara. Pensé que hasta ahí llegaba lo ecológico de Sally, porque fumar es contaminar el aire de los demás y hacerse un mal favor a los pulmones. Pero tampoco me atreví a sugerirle eso, en realidad preferí permanecer en Sign up to vote on this title silencio, pues no sabía qué ocurriríaa Useful Not useful continuación. En una oportunidad mi hermana me sorprendi
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pero el miedo con el que quedé fue suficiente para que dejar el cigarrillo para siempre justo cuando comenzaba a fumar. Lo primero que vimos llegar fueron las tres camioneta fue fácil identificarlas pues en sus carrocerías laterale aparecía escrito: «Restaurante Reina / Las mejores pastas d Santiago». Se estacionaron en una calle lateral y apagaro sus luces. En ese momento el taxista que nos esperab sospechó que la tía de Rancagua era lo que era, o sea, un mentira, así que nos pidió lo que le debíamos y se fue dejándonos entre unos árboles secos que apenas no ocultaban. Esperamos otros 20 minutos. Con León habíamo preparado el plan B de la operación; es decir, no imaginamos por dónde correríamos huyendo de los hombre de Reina. You're Reading a Preview Cuando un enorme camión se estacionó en una berm Unlock full access with a free trial. del cruce, vimos a las camionetas moverse hasta queda detrás. Fue el momento en que meTrial acerqué tímidamente Download With Free Sally Mardones para preguntarle sobre el plan A; es decir qué haríamos a continuación. — Ustedes dos, nada — dijo seca. Con León no miramos sin saber cómo interpretar aquello. Sign up to vote on this title useful Useful Not Al parecer, el plan A era un verdadero plan fracasado Sally simplemente saltó por la defensa metálica del trébol d
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para tener un recuerdo, sino para conseguir pruebas con qu denunciarlos. Fue fácil atraparla. Había llegado el momento en qu León y yo debíamos tomar una decisión importante. O huíamos cobardemente o hacíamos algo. Era obvio: s corríamos hacia abajo de la carretera, por donde se entra San Bernardo desde la Panamericana, probablemente est noche y las siguientes de varios años más no podríamo dormir tranquilos. Así que hicimos lo mismo que Sally saltamos la cerca, cruzamos la carretera y allí estábamo jalando de una pierna a Sally, mientras aquellos hombres l hacían de los brazos. La escena era ridícula y la probabilidades de que ganáramos eran escasas. Pero, enton ces, todo se calmó. De una de las camionetas bajó la figur You're Reading a Preview pequeña pero regordeta de Gustavo Reina rascándose Unlock full access with a free trial. cabeza. — Otra vez ustedes. DownloadRealmente With Free Trial no me dejan hace negocio — dijo. Se acercó a Sally y le quitó la cámara. — ¿Realmente piensas que con esto tendrás algun prueba? — dijo. Sign up to vote on this title — Con eso no... — dijo Sally. Useful Not useful Reina intentó abrir la cámara fotográfica, per
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— Necesitaba que tú mismo aparecieras cerca
camión de la carga, no para que yo te sacara la foto, sin ellos... Indicó la oscuridad y todos nosotros creímos que Sall Mardones tenía visiones. Pero en ese momento se encendi un foco azul y de un rincón al lado del camino apareció un camioneta con las latas sueltas, que podía ser la famos camioneta del Padre Hurtado, pero ésta estaba pintada co flores y un letrero largo que decía algo así como «lo animales son tus hermanos». Bajaron varios jóvenes mayore que Sally, parecían universitarios, con chalecos gruesos barba. El que llevaba una cámara de video era Pedro Canario eso lo supe más tarde. Tampoco Reina se intimidó demasiad con la aparición. Al menos hasta 20 segundos después qu Reading a Preview dos vehículos cerraronYou're la carretera. A pesar de la oscurida Unlock full access with a free trial. gracias a ella se notaban muy bien sobre esos automóviles la balizas de los carabineros. Entonces, Reina pensó seriament Download With Free Trial que estaba perdido, que se había acabado el negocio de lo perros, y que probablemente se le acabaría también el gocio de las pastas o de cualquier tipo debido al tiempo qu pasaría en la cárcel. Sign up to vote on this title
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Convencimos al teniente que tomaba las declaraciones qu nos dejara ir por ahora. Prometimos que volveríamos al dí siguiente, teníamos que llegar antes que mis papas a la cas de calle Juan Moya. El carabinero que dirigió la operación sin duda cuando pequeño debió pasar por lo mismo, pues no envió a los tres en un auto policial con bal iza. el que corrió toda velocidad por la carretera hacia Santiago. En el momento que entramos por la cocina no encontramos con Gertrudis Astudillo, mi nana, con los ojo rojos de tanto llorar. Le explicamos rápidamente lo qu ocurría. Por suerte, el cumpleaños del tío Cacho se habí prolongado, así que estábamos salvados. Tampoco Gertr hizo mayor escándalo, porque en sus preferencias el prime lugar lo tienen los uniformes; el carabinero que nos fue You're Reading a Preview dejar le entregó sus datos y se llevó los suyos. full access with a free trial. Sally Mardones Unlock me dijo que mañana tem piano regresaría a su casa, había causado demasiada preocupación Download With Free Trial sus padres, pero también creía que era la única forma de conseguir lo que finalmente había conseguido. Estaba arrepentida, aunque si se le presentaba algo parecido lo harí de nuevo. Sally Mardones era de las Sign personas sí estaba up to vote onque this title useful Usefulhasta Notel donde los demás no estaban, pero estaba final, sin retrocesos, porque creía en lo que pensaba y luchaba
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Jacqueline Balcells - Simón y
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Al otro día todo se arregló. O en parte. Finalment debimos confesar a mis padres nuestra participación en l detención de la banda de traficantes de animales. M castigaron, me quitaron el talonario de entradas al cine qu me habían regalado. Lo peor vino dos días después. Mi her mana me apuntó con el dedo en medio del pasillo, me dij que estaba en su poder nuevamente, tendría que ser s esclavo un mes seguido; es de cir, debería hacerle la cam durante ese tiempo. Había escuchado, dos noches atrás, un voz d r mujer en mi dormitorio y estaba dispuesta a contarle mi papá. Me quedé en un sillón de la casa. Gertru estaba en s curso de teatro en la Corporación Cultural de Nuñoa. Mi papás habían ido a despedirse del tío Cacho, que viajaba You're Reading a Preview Buenos Aires por unaUnlock semana, lo que era suficiente excus full access with a free trial. para celebrar. Estaba solo, pensando que poco había ganad Download Withanalizaba Free Trial en todo aquello. Aunque si lo mejor, ahora tení una nueva amiga, una que admiraba, y de la admiració siempre nacen cosas buenas. Sally Mardones habí solucionado sus problemas con sus papás. En la tarde m up to vote on this title llamó por teléfono y me invitó a lasSignreuniones del grupo d Useful Not useful amigos de los animales. Sabía que a esas reuniones iba gent mayor que yo, así que la invitación me pareció un regalo e
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