MUJERES DIVINAS Martín Urieta Solano (Huetamo, Michoacán, México 1943-)
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Ranchera
Piano
7
13
Ha - blan do demu demu - jer jer - es
y trai
20
cio - nes,
se
fue - ron con- su - mien- do las bo bo - te te - llas
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die - ron que can - ta ta - ra mis ca can - cio - nes
y
yo can -té unas do dos en con-tra
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2
_ _ _ _ _ _ Mujeres divinas
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de ellas.
De pron - to que se se a - cer - ca un un ca - ba - lle - ro,
su
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pe - lo ya pin - ta -ba al al - gu - nas ca - nas,
me
di - jo: le su - pl pli - co com - pa
44
ñe - ro
que no ha ha - ble en en mi pre - sen- cia de las da- mas.
le
50
di - je
que
no - so - tros
sim - ple - men - te
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malque
nos
pa - ga - ron
que
_ _
si al al- guien o - pi - na - ba
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de
lo
di - fe -
3
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ren - te
_ _
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Mujeres divinas
se - ría por- que ja - más lo trai-cio - na - ron
si al al- guien o - pi - na - ba di- fe - ren - te
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1.
na - ron
76
D.C.
2.
Para Fin
rar - las
que
se - ría por- que ja - más lo trai-cio
Fin
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MUJERES DIVINAS Ranchera Letra y Música de Martín Urieta Solano Hablando de mujeres y traiciones, se fueron consumiendo las botellas, pidieron que cantara mis canciones y yo canté unas dos en contra de ellas. De pronto que se acerca un caballero, su pelo ya pintaba algunas canas, me dijo: le suplico compañero que no hable en mi presencia de las damas. Le dije que nosotros simplemente hablamos de lo mal que nos pagaron, que si alguien opinaba diferente seria porque jamás lo traicionaron, que si alguien opinaba diferente seria porque jamás lo traicionaron. Recitado: Amigos: si los hieren las mujeres no es bueno que se desquiten. Ellas nos dieron la vida ¡pues ellas que nos la quiten!
Me dijo: yo soy uno de los seres que más ha soportado los fracasos y siempre me dejaron las mujeres llorando y con el alma hecha pedazos. Mas nunca les reprocho mis heridas, se tiene que sufrir, cuando se ama; las horas más hermosas de mi vida las he pasado al lado de una dama. Pudiéramos morir en las cantinas y nunca lograríamos olvidarlas, mujeres ¡oh mujeres tan divinas! no queda otro camino que adorarlas, mujeres ¡oh mujeres tan divinas! no queda otro camino que adorarlas.
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