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Daniel: Será el más joven de los prisioneros. Juan: Será la persona más cercana a Daniel. P uede tener la forma q ue prefieran, pero se debe tomar en cuenta que debe tener las manos atadas por alg una cuerda o cadena, con excepción de la última escena cuando el sabio los libera. Al final traiciona a Daniel Pedro: También está atado, es este personaje el q ue más detesta a Daniel. Tiene q ue tener una expresión facial de disgusto, como p uede ser las cejas curveadas. Matías: No tiene nada en partic ular, simplemente tiene que estar atado en todo momento y se la pasa casi todo el tiempo dormido. Platón: Un viejito que está sentado en una roca. Ayuda en los cambios de escenas. Conejo: Un conejo con el c ual Daniel se encuentra al salir de la c ueva.
ACTO 1 ESCENA 1 (Se utilizará la escenografía con el paisaje) (Entra Platón)
PLATÓN: ¡Hola niños! ¿ Cómo se encuentran hoy? El día de hoy hablaremos del mito de la caverna. Q ue por cierto yo escribí. Se desarrolla en mi país, q ue es Grecia. Ojalá les g uste la obra que les hemos preparado. (Sale Platón)
ESCENA 2 (Se desarrolla en la caverna) (Se encuentran los prisioneros Daniel, Juan, Matías y Pedro, Matías está durmiendo)
DANIEL: ¿Se imaginan poder ver lo que hay más allá de estas barreras? ¿Poder caminar hasta donde te plazca y hacer lo que te conviene? ¿Se imaginan poder conversar con esos seres? (Señala las sombras (una de conejo) en la pared)
PEDRO: No seas tonto. ¿ Cómo planeas hacer eso? Vives encadenado y así te q uedarás toda tu vida. Ojalá q ue te pongan a trabajar por tonto, parece q ue tienes mucho tiempo libre. JUAN: Nadie sabe que
hay más allá de las paredes, pero ¿para q ué preocuparse? Tiene razón Daniel, deja de soñar y ponte a hacer cosas más prod uctivas.
DANIEL: Pues yo un día averiguaré que ocurre más allá de esas paredes les g uste o no. PEDRO: Sí tú. Te golpearon mucho cuando trabajabas en las minas, porq ue quedaste re-tonto. Mira, ve a Matías, es más tonto q ue una jícama, pero por lo menos se calla, y no dice tantas tarugadas.
(Se despierta Matías) MATÍAS:
¿Q ué yo qué?
PEDRO: Nada, nada, tontito, vete a dormir. dor mir. (Matías se vuelve a dormir)
DANIEL: (dirigiéndose a Juan) Si algún día consigo llegar más allá de las barreras, ¿ Me acompañarías en la expedición? JUAN:
Sí, como como no. Pero por el momento momento ponte a dormir, y ya déjate de tanta tontera. La vida de esclavo es de por si es bastante difícil como para aparte soñar con hablarle a las sombras y escaparte de este lugar. PEDRO: Tonterías querrás decir. A parte esas sombras son todo lo q ue necesitamos. ¿Q uién quiere más? JUAN:
Sueños irrealizables más bien.
DANIEL: Como quieran, me da lo mismo lo q ue piensen. (Todos se van a dormir)
ESCENA 3 (A la mitad de la noche, todos están dormidos y las sombras siguen ahí) (Se despierta Daniel, y empieza a jalar de sus cadenas, puesto que quiere zafarlas y liberarse)
DANIEL: Un buen día mis esf uerzos rendirán frutos, ya lo verán. (Continúa jalando sus cadenas, con el ruido despierta a Juan) JUAN:
¿Q ué haces?
DANIEL: Estoy harto de ser esclavo, me q uiero ir de una buena vez, para poder resolver todas mis dudas. JUAN: Sí como no. Mejor
descansa que la jornada va a ser m uy dura.
DANIEL: Pues sí, pero ¿cuándo hemos tenido una jornada fácil? JUAN: Lo sé, pero no q uieres
hacerte la vida más difícil durmiendo poco. Además vas a
despertar a los otros. DANIEL: Haré todo lo posible para no despertarlos, pero tienes q ue entender que tengo que salir de aquí, la curiosidad me está torturando, quisiera hablar con esas sombras y ver q ué hay más allá.
JUAN: Tortura
será la que te pongan por no trabajar bien mañana. ¿Por q ué no entierras tus dudas, y te concentras en que no te golpeen en la mina? Eso haría t u vida mucho más fácil. Las sombras no hablan eso lo sabes perfectamente. (Se despierta Pedro)
PEDRO: ¿Q ué demonios está pasando? Tú y t us malditas cadenas me despertaron, me las pagarás. (Se levanta para pegarle, pero sus cadenas le impiden moverse) JUAN:
¡Esperen! Dejen de hacer ruido que podemos ocasionarnos problemas. Pedro, Daniel te te pide una disculpa, por favor vuelve a dormir. PEDRO: Si me vuelves a despertar, Daniel, me las va a pagar. (Se va a dormir)
DANIEL: Te prometo que mañana trabajaré con todo mi empeño, por ahora déjame aflojar estas cadenas. JUAN: Como
quieras. (Se va a dormir)
ESCENA 4 (Escenografía del paisaje) (Sale Platón)
PLATÓN: Lamentablemente, Daniel no pudo trabajar en las minas, por lo q ue f ue duramente golpeado. Aun así su empeño no disminuyó en lo más mínimo. Veamos q ue sucedió después ESCENA 5 (Escenografía de la caverna) (Los 4 esclavos, Matías, Pedro, Daniel y Juan) JUAN:
¿Ya ves? ves? Eso te pasó por empeñarte empeñarte con tus tonterías y no dormir.
PEDRO: Le pasó por ser un tonto, y soñar con tar ugadas. DANIEL: No me importa. Seg uiré con esto hasta que me libere o me muera. La vida de esclavo no vale la pena. Prefiero morir de pie q ue vivir de rodillas: como ustedes. MATÍAS:
La vida de esclavo por lo menos te permite respirar, tú lo q ue quieres es que te
maten. JUAN: Matías vete a dormir. T us
comentarios son irrelevantes.
(Matías se va a dormir)
Bueno Daniel, intenta todas las tonterías q ue quieras, sólo espero q ue no te cuesten la vida.
PEDRO: Váyanse a dormir que ya me hartaron. (Dirigiéndose hacia Daniel) Espero que te maten por decir tanta tontería. DANIEL: La libertad es invaluable. (Se van a dormir)
ESCENA 6 (Daniel sigue jalando sus cadenas)
DANIEL: Ya casi se zafan, un último esf uerzo. (Daniel jala las cadenas con todas sus fuerzas, éstas finalmente ceden)
DANIEL: ¡Soy libre! (Se despierta Juan) JUAN: ¡Daniel! A dónde vas, te van a atrapar y te van a matar
DANIEL: Dijiste que me acompañarías en la expedición. JUAN: Estás loco, te vas a morir. ¡Ponte las cadenas inmediatamente!
(Se despierta Pedro)
PEDRO: ¿Q ué pasa? ¿¡¿¡Te quitaste las cadenas?!?! Llamaré a los guardias. (Gritando) ¡Ayuda, un esclavo se escapa, captúrenlo!, ¡Sublevación! ¡Anarquía! ¡Desgracia!
DANIEL: (dirigiéndose a Juan) Amigo me tengo que ir, algún día regresaré a liberarlos. (Corre y sale del escenario) JUAN: Ojalá no le pase nada.
ESCENA 7 (Escenografía del paisaje) (Sale Platón)
PLATÓN: Daniel corrió lo más q ue pudo y logro escapar de la c ueva; encontrando un mundo nuevo que nunca había conocido. Veamos q ué piensa Daniel de todo esto. ESCENA 8 ( Aparece Aparece Daniel jadeando un poco, pero muy feliz) DANIEL: ¡Lo he logrado, he escapado de esa horrible c ueva! ¡Soy libre, libre! Pero, ¿dónde estoy? Nunca había salido de la cueva.
(Daniel se pone a observar todo lo que lo rodea maravillado y se acerca a un árbol rodeado de pasto) DANIEL: Q ué suave se siente este suelo en comparación con el piso d uro de la caverna, y esta pared tan extraña, es muy distinto a la de la c ueva. Ey, ¿qué es eso hasta arriba de la pared?, se ve de un color brillante; debo alcanzarlo. agar rar la manzana que se encuentra enc uentra arriba de él. é l. Al agarrarla la (Daniel trepa el árbol para agarrar inspecciona un poco.)
DANIEL: Me pregunto, ¿se podrá comer? No escape de ese l ugar para no hacer nada. (Daniel muerde la manzana) DANIEL: ¡Q ué delicia es tan diferente de lo que nos daban allá y sabe tan rico! (Daniel se come toda la manzana y continua viendo que más puede encontrar) (Un conejo aparece, comiendo hierbas) DANIEL: ¡Q ué es eso! Se parece a una de las sombras que veía. (Daniel se acerca al conejo) DANIEL: Hola, Yo me llamo Daniel y tú ¿cómo te llamas? (El conejo no responde y sigue despreocupado comiendo. Daniel al ver que no ocurre nada decide acercarse) DANIEL: ¡Hola! ¿ Me oyes? Como te había dicho me llamo Daniel. ( en ese momento el conejo se da cuenta de su presencia y sale saltando de la esc ena) (Daniel grita, y se aleja del conejo que lo acaba de espantar, regresando al árbol ) DANIEL: No sabía q ue esas cosas p udieran saltar, hay demasiadas cosas n uevas en este lugar mejor descanso un poco junto a esto. (Daniel se acuesta junto al árbol ) ESCENA 9 (Sale Daniel, el conejo y el árbol) (Aparece Platón)
PLATÓN: Daniel no conocía casi nada de este n uevo mundo y por lo tanto muchas veces se espantaba. Nunca dejó de querer seguir conociendo y aprendiendo de lo n uevo. Sin embargo esto iba a cambiar. ESCENA 10 Aparece Daniel junto al árbol ) ( Aparece
DANIEL: Éste lugar es maravilloso pero me preguntó cómo estará mi amigo Juan y los demás; incluso Pedro. Tengo que contarles de lo q ue he aprendido, ellos también deben verlo. A parte podré averiguar qué son esas sombras en realidad si voy a la c ueva. (Con esto decidido Daniel parte en rumbo a la caverna) ESCENA 11 DANIEL: Me costó mucho trabajo llegar hasta aq uí sin que me vieran. ¿Y esto? (Encuentra las figuras con las que les proyectan las sombras). Esto no es como lo q ue yo vi allá af uera, esto no se mueve ni tiene color ni nada. (Llega a donde están los prisioneros) DANIEL: Juan, despierta, soy yo, Daniel. ¡Despierta! (Libera a Juan de sus ataduras ) JUAN: ¿Daniel? ¿Q ué
haces aquí?
DANIEL: Vi el mundo exterior, es hermoso. Hay colores por doq uier, hay luz, hay vida. Todo lo que no hay aquí esta más allá de la salida de esta c ueva. JUAN: No te entiendo ¿De qué
estás hablando?
DANIEL: Es porque tienes que verlo por ti mismo. Nadie p uede hacer que lo disfrutes con simples palabras de descripción. ¡Tú tienes que verlo, tú tienes q ue vivirlo! JUAN: Pero, no p uedo irme de aquí, tengo que
quedarme.
DANIEL: Nunca serás libre si no lo q uieres. Nosotros podemos tomar n uestras propias decisiones, es ahí donde empieza n uestra libertad. JUAN:
Pero
(Despierta Pedro) PEDRO: ¿Q ué haces tú aquí? ¿Acaso ya te ab urriste de tu tan famoso mundo exterior? (se ríe de forma burlona) DANIEL: Para nada, vengo a q ue me acompañen. Tienen que verlo. (Le quita sus ataduras a Pedro) PEDRO: Ya vas a empezar con t us babosadas, aq uí estamos bien, nadie necesita salir. DANIEL: Te equivocas, las sombras son un vil engaño. Tienen que probar la libertad, ver la belleza que existe f uera de estas paredes. (Pedro se enoja)
PEDRO: Deja de decir cosas sin sentido. Estás loco, esto es lo q ue pasa c uando uno quiere hacer las cosas por sí mismo, pierde la razón. DANIEL: No es cierto, toda t u vida te han hecho creer que esto es lo único que hay, que debes conformarte y quedarte sin hacer nada como un buen esclavo. (Libera a Matías) MATÍAS:
¿Q ué, es hora de comer?
DANIEL: No, Matías, levántate. Tienes que conocer lo que hay af uera de la caverna. Allá hay comida mil veces más deliciosa q ue la que les dan aquí. MATÍAS:
Eso suena bien, pero la comida no vale el esf uerzo de caminar hasta la salida, es suficiente esf uerzo el trabajo que nos dejan. PEDRO: Uno no debe pedir demasiado, aq uí estamos bien, pero no tiene ningún caso discutir contigo, ¿tú qué opinas Juan? JUAN:
Daniel, lamento decírtelo pero creo que Pedro tiene razón.
PEDRO: (se ríe) ¿Lo ves? Ni siquiera tu amigo está de acuerdo contigo. Juan, si no hacemos algo con él nos va a meter a todos en problemas. DANIEL: Yo les estoy ofreciendo s u libertad, una alternativa a su vida de esclavos, pero no los puedo forzar a seguirme. PEDRO: No nos vengas con t u lastima, te sientes superior a nosotros o algo solo por salir de la caverna, pero a nadie le importa. DANIEL: No soy mejor q ue nadie de ustedes, pero tampoco soy el esclavo de nadie. (Pedro se pone furioso) PEDRO: ¡Cállate, si no lo haces, te tendremos q ue callar nosotros! ¡Juan, Matías, atrápenlo! JUAN: Lo siento, Daniel. MATÍAS:
Bueno, pero después, yo volveré a dormir.
(Daniel se pone a llorar ) DANIEL: Yo solamente q uería que vieran lo que hay allá af uera, ¿qué hacen? (con miedo) PEDRO: Esto es lo que te mereces , después regresan los esclavos y se (Todos salen de escena lentamente rodeando a Daniel ponen las ataduras de nuevo.)
ESCENA 12 (Entra Platón)
PLATÓN: Pobre Daniel, f ue el único que se atrevió a hacer lo necesario para alcanzar s us sueños. Q uiso compartir las maravillas que descubrió con sus amigos y acabó poniéndolos en su contra y perdiendo su vida. Algo parecido le pasó a mi amigo Sócrates, pero eso es una historia para otra ocasión. No piensen que la enseñanza de esta historia es que no hay que seguir nuestros sueños, hay otros mensajes q ue nos da la historia. Siempre debemos recordar que no hay q ue temer pensar por uno mismo, no hay q ue hacer lo que los demás nos digan si nosotros no q ueremos, hay q ue respetar siempre la opinión de los demás para que ellos respeten la nuestra. Para decirlo de una manera más simple, hay q ue ser como Daniel y no hay que ser como los demás esclavos porq ue es mejor morir de pie q ue vivir de rodillas.