Search
Home
Saved
34K views
2
Upload
Sign In
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
EL MIEDO A LOS TELEGRAMAS Samuel Rovinsky
Mamá había llorado mucho la víspera del domingo. Mis hermanas parecían conocer la razón, pe yo no; y la verdad es que no tenían por qué comunicármela. En ese entonces, con mis seis años d edad, yo no contaba para las confidencias. Sin embargo, sospeché que las lágrimas de mamá tenían que ver con el telegrama que le había traído el cartero en la mañana. Cuando lo leyó, se f corriendo al dormitorio con el papel apretado contra el pecho. Mis hermanas, que se encontraba haciendo sus tareas, se fueron tras ella. Pero yo no. Yo me quedé sentado, comiendo un par de huevos fritos con un enorme pan lleno de mantequilla y queso. No quería que se me enfriaran lo huevos ni el humeante café con leche. Además, tenía miedo de saber lo que decía el telegrama.
Un rato después, entré al dormitorio. Ahí estaba mamá llorando, y mis m is hermanas diciéndole muchas cosas para tratar de calmada. Papá estaba muy enfermo y lo traían en avión de Guanacaste. Mamá parecía inconsolable y yo no me atreví a pedirle permiso para irme con Luisi L uisi a jugar chumicos en el Parque Par que Central. Tuve que resignarme a mi habitual entretenimiento: entretenimiento: ver la calle desde el portal. Estaba triste porque mamá estaba triste. Y más triste de no haber podido acudir a la cita con Luisillo. El mundo me pareció muy feo desde el portal.
A mí me gustaba g ustaba mucho hablar con don Paco, el policía que vigilaba el barrio desde la esquina de mi casa. Por eso, cuando lo vi llegar me olvidé de la tristeza y me fui a su lado. Don Paco me con una de esas historias de ladrones que metían miedo; y me habría quedado con él quién sabe cuántas horas si mi hermana Rosa, la mayor, no hubiera venido portomí para quetitle la acompañara a Sign up vote on this hacer las compras en la pulpería de Chico. Useful Not useful En la tarde, tampoco me dieron permiso para ir al Moderno a ver el siguiente capítulo capítulo de Flash
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
tenía tiempo para mí; se la pasaba cosiendo vestidos para señoras que la visitaban muy a menud A veces, esas señoras la regañaban porque los vestidos no estaban listos cuando ellas querían. Y yo las odiaba. Una vez, quise matar a una porque hizo llorar mucho a mamá. Gina, mi hermana menor, me pegó en la boca porque dije que iba a ahorcar a esa vieja bruja.
A mí me gustaba muchísimo viajar en tranvía. Cuando el motorista llevaba el manubrio hasta extremo del tambor, para darle el máximo de velocidad, todo el tranvía temblaba y las palmeras del Asilo Chapuí parecían correr hacia atrás, y el obelisco del Paseo Colón se nos venía encima. Y juraba que, cuando grande, sería motorista. A veces se le zafaba el palo del cable eléctrico y tení que bajarse para acomodado en su sitio, dando brincos como un mono. A mí me hacía mucha gracia y me reía y le gritaba como a mi tití, hasta que Gina me daba un pellizco para callarme, porque el motorista me hacía mala cara.
Ese domingo llegamos al llano de La Sabana cuando ya estaba repleto de gente. Señoras con sombrillas de colores, para protegerse del fuerte sol, llevaban a sus niños de la mano. Los hombres, unos en camisa y otros con saco y corbata, paseaban por el llano entre avionetas, sujetas a la tierra con mecates. Estaban los vendedores de copos, mazamorra, granizados y piña arrastrando sus carritos pintados. Apenas los vi, me entraron ganas de comprar un granizado; pe mamá no quiso porque se me podía manchar mi traje de marinero.
Reading a Preview Grité tanto que me compraron una You're mazamorra, a cambio del granizado. Luego vi un grupo de chiquillos que pateaban una bola y quise con with ellos;a free pero Gina me detuvo por el brazo, porq Unlockirme full access trial. el avión llegaría pronto. Entonces, fuimos todos a paramos junto al hangar. Poco después, un señor gordo, que estaba junto a mí,Download señaló haciaWith el cielo todos volvimos a ver en esa dirección. Freey Trial Por el paso entre dos montañas, como cayendo de las nubes, venía bajando el pájaro plateado.
Aterrizó por el fondo del llano, dando brincos en el zacate como si se tratara de un autobús de Sabana-Cementerio y, cuando estaba cerca del hangar, todos corrimos hacia él; pero no pudimo pasar más allá de los mecates de protección, que habían sido puestos después del accidente en Sign up to vote on this title que la hélice de un avión le partió la cabeza a una señora.
Useful
Not useful
Cuando paró el motor, y la hélice dejó de girar, el guarda quitó el mecate. Yo quería ver a mi pap por las ventanillas redondas del aeroplano, pero la gente me tapaba; hasta que mamá me alzó.
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
al aire, como tanto me gustaba; y después me dio un beso. Hacía mucho calor y papá sudaba a chorros. Se quitó el sombrero y no paró de secarse la frente y el cuello con un pañuelo hasta que llegamos a la parada del tranvía. Ahí le pregunté por el mono y, como me respondiera que no había podido conseguírmelo, me puse muy triste.
Papá estuvo toda la semana en cama. Parece que el clima de la finca lo había afectado mucho. S quejaba de dolores en el pecho y en la espalda, y le costaba respirar. Yo siempre había creído qu las medicinas de mamá eran milagrosas y que podrían curar a papá. Pero esta vez fallaron; ni la tisana ni la leche con miel y huevos ni las ventosas pudieron aliviarle los dolores. Por fin vino el doctor y, después de examinado, puso mala cara y le dijo a mamá que había que mandado al Sanatorio Durán, allá en la montaña, cerca del volcán Irazú. Mamá lloró mucho y mis hermanas también y yo no sabía qué hacer; pero el doctor nos prometió que papá regresaría totalmente curado en pocos meses, gracias al aire puro de la montaña y a sus medicinas.
Cuando vino el carro a llevarse a papá al Sanatorio, todos volvimos a llorar. Papá nos sonreía, co una sonrisa triste; y nos calmaba, diciéndonos que regresaría pronto para atender la finca y, esa vez, me traería el mono. Quería consolarnos, seguramente, pero estaba tan triste que se puso a llorar cuando entró al carro. Me tiró un beso y me dijo que yo era su kadisch.1 Al decir eso, mam You're Reading a Preview casi se desmaya. Unlock full access with a free trial.
Todos los domingos mamá iba a visitar a papá, y Rosa se quedaba a cargo de nosotros. Yo quería mucho a mi hermana Rosa; a Gina también, pero no tanto como a Rosa. Siempre me llevaba a su Download With Free Trial mandados y me peleaba con todos los que le decían mamita linda o manguito. Era muy bonita, pero flaquísima; y yo le decía fideo. Seguramente porque la veían tan flaca y porque papá estaba en el Sanatorio, la gente mala comenzó a murmurar cosas feas de ella. En cambio, Gina era muy gorda. Como tres veces mi hermana Rosa; yo le decía gorda mantecosa, por lo que me ganaba u cachetada. Gina tenía la mano demasiado suelta y, cada vez que me pegaba, yo le gritaba una Sign up to vote on this title mala palabra y me iba corriendo a refugiarme en el techo.
Useful
Not useful
Al cabo de un año, papá regresó del Sanatorio totalmente curado; pero tan débil, que el doctor l prohibió volver a la finca. Entonces, la vendieron para pagar las curaciones y sostenemos hasta
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Upload
Sign In
Join
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
Desde mi lugar preferido, veía las montañas y me llegaba el traqueteo de las rotativas de La Pren Libre.
Yo no podía entender por qué papá no trabajaba. Sus amigos tenían una linda ocupación: vende mercadería a domicilio. Iban de puerta en puerta ofreciendo telas, ropa echa y un montón de cosas más. Un señor muy fuerte cargaba la valija y, en el fin de semana, ayudaba a cobrar con un tarjetas donde apuntaba los abonos. A mí me gustaba mucho ese trabajo, porque se podía conocer a muchas personas y no se estaba en un solo lugar, como mamá, que cosía y cosía hasta romperse la cintura.
Al que más envidiaba era a don Abraham, el mejor amigo de papá. Ese señor se ausentaba de su casa durante toda una semana para vender las mercaderías a los campesinos. Recorría a caballo las mismas montañas que yo veía desde el techo, y regresaba tostado por el sol y con mucho dinero; y venía a casa a contarle a papá todas sus aventuras.
Papá había sido teniente de caballería en el ejército polaco y teníamos un retrato suyo colgado e el comedor, en el que posaba con su caballo. Por cierto, cuando mamá se enojaba con él, lo mudaba al cuarto de chunches, como aquella vez que don Abraham le propuso asociarse y papá no aceptó. Yo creo que a él no le gustaba para nada el negocio de la valija. Por fin, otro amigo lo animó a montar un estudio fotográfico; y eso sí le gustó mucho. You're Reading a Preview
Unlock full accessadmirablemente. with a free trial. Desde que iniciaron el negocio, papá se recuperó Era un estudio m uy pequeño se especializaba en la reproducción de fotos antiguas y de retratos. Estaba al frente de la Catedr y yo iba muy seguido a visitarlos. Download With Free Trial
Todo parecía caminar a las mil maravillas hasta que un día, para sorpresa de papá, su socio desapareció con las ganancias y el equipo fotográfico. Para pagar las deudas, tuvo que pedir dinero prestado a los conocidos que ya eran ricos; pero to vote on Hasta this title humillaron tanto con reprimendas y consejos que renuncióSign a susupesfuerzos. que un señor Useful Not useful muy bueno, don Carlos, lo ayudó a pagar las deudas. Entonces, papá se metió en el negocio de la mantequilla y de los quesos, pero fracasó en poco
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
anunciaba su muerte. Eso fue un año antes de que los alemanes invadieran Polonia y empezaran el exterminio de los judíos. Así murió el papá de mamá y toda la familia de papá. Pero eso lo supimos cuando terminó la guerra. Las muertes todos ellos no fueron anunciadas con telegrama Los alemanes encerraban a los judíos en campos de concentración, los marcaban con números, como si fueran animales, y luego los mataban por millones.
Papá dejó la valija para convertirse en agente de casas comerciales y mamá puso una tienda. L cosas mejoraron en mi casa y pudimos volver los domingos a La Sabana; pero ya no era igua
que antes. Había desaparecido el laguito y en el comienzo del llano construyeron una terminal aérea mu linda. La gente seguía paseando por el llano, del lado de las avionetas, y se jugaba fútbol. El avión del señor Macaya estaba arrinconado en el viejo hangar, con la hélice quebrada, el fuselaje abierto y las costillas al aire, como un gran pájaro moribundo. Mis hermanas se casaron. Primero Rosa, en una linda fiesta en el edificio de madera de la sinagoga. Mis padres se gastaron todos sus ahorros en esa fiesta, no solamente para lograr algo digno de mi hermana sino también, y espero no equivocarme, para hacer rabiar a los qu decían que era una tísica. En su vestido de novia, mi hermana se veía como una reina. Unos años después se casó Gina y se fue a vivir en el extranjero. Gina ya no era la gorda mantecosa, sino una bella mujer que llamaba la atención en cualquier parte. Los domingos en La Sabana perdieron el Reading encanto de otros días, cuando papá me llevaba a You're a Preview remar en el laguito, al venir a San José, hasta quitaron el tranvía para agrandar el Paseo full access with a free trial. Colón porque la ciudad empezabaUnlock a crecer. No volví a mi refugio en el techo, la vieja Pelusa murió de vieja y sólo me quedó el miedo a lo telegramas. Download With Free Trial
Sign up to vote on this title
08 Nov 2009
Useful
Not useful
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Upload
Sign In
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
—Del mambo, señora, ¡del mambo! —¿Y éso qué es?
La mujer mira con sospecha al hombrecito que le ha tocado la puerta, con apremio de amigo. Solamente protestantes y sinvergüenzas se atreven a golpear la puerta de gente decente a las di de la mañana un sábado, cuando ella se ocupa de hervir la ropa sucia y asolear colchones. —Es música, señora, música que está arrasando en México, Cuba y ahora aquí en Panamá.
Los ojos detallan el saco que parece pertenecer a alguien mucho más alto, los pantalones amplio ajustados en el tobillo, dándoles aspecto de ropa de harem, la cadena de oro colgada hasta la rodilla, los ojos redondos, vivaces y el bigote a lo Fu-Man-Chú. En los pies, zapatos adornados po unas hebillas grandotas y ¡tacones! ¡Dios Santo, tacones! —¿Qué clase de música es esa? —Música para bailar, señora. Música con ritmo, y alegría, para menear el cuerpo y olvidar las
tristezas, música para todas las edades, para todos los pueblos, ¡música! Música de la mayor, menor, do sostenido, blancas, corcheas, fusas... Aquí está todo, señora, permítame una demostración, —le enseña el abultado portafolio que lleva bajo el brazo. You're Reading a Preview —¡Ah! ¿Es que vende libros de música? Sinceramente no estamos interesados. Mi hija estudia en Unlock full access with a free trial. el Conservatorio Nacional y todos sus libros los compramos en el Almacén Mckay, allá por la Catedral. No creo que la dejen tocar el mambo que usted ha inventado. En realidad a nosotros Download With Free Trial solamente nos gusta la música clá-si-ca, —lo recalca para estar segura de ser entendida— músic de verdad, la de los grandes compositores, Schuman, Bach, Chopin y sobre todo Rachmaninoff. Somos miembros fundadores de la Sociedad Pro-Arte Musical y mi hija asiste a conciertos desde que tenía cinco años. Así que, con su permiso, tengo mucho que hacer.
El hombrecito la detiene con un gesto imperioso, antes de que la puerta las narices. Sign le uptire to vote on thisen title
Useful Not useful —¡No! Tampoco estoy vendiendo libros de música, señora. Permítame presentarme. Mi nombre es Dámaso Pérez Pradoff —una sonrisa ilumina sus ojos redondos que parecen bailar en la cara
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
Join
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
Isabel no ha conocido a nadie que se vista así, con esa cadena largota y los pantalones de pachuc solamente los ha visto en las películas mejicanas que dan en el “Variedades” y tiene la vaga
impresión de que todos son maleantes o por lo menos, marihuaneros. —Bueno, es que... no sé qué decirle, señor Pradoff, francamente no podría... no sé... —Cinco dólares por día señora, por tres horas de uso.
—No es el dinero, comprenda usted, pero no lo conozco y no sé si mi esposo estaría de acuerdo.
¿Cómo es que dice que se llama, Pérez Pradoff? ¡Qué nombre más raro!
—Nada tiene de raro, señora. Es el nombre de un compositor que ya es famoso en otras latitude
y muy pronto lo será en este bello país, si solamente me da una oportunidad de practicar en su piano.
Habla y gesticula y se empina en los tacones y hasta se persigna con un enorme crucifijo que le cuelga de una gruesa cadena de plata en medio del pecho; el gesto la impresiona; después de todo, un individuo capaz de adornarse con una cruz de Obispo no puede ser un maleante y acab por acceder a su petición, aunque siempre le queda cierta desconfianza hacia el desconocido. Lo deja pasar y se arrepiente enseguida, pero es demasiado tarde. El hombrecito se apodera del piano, con un deseo que no deja lugar a dudas de su apremio en ensayar el mambo. You're Reading a Preview
Abre la tapa que se desliza con facilidad conaccess una mano acaricia Unlocky full with a free trial. las teclas, asegurándose de pas que todas están a tono; para arriba y para abajo, dos o tres veces, los dedos se encaraman por la negras con una agilidad asombrosa,Download como el niño queFree encuentra With Trial su juguete favorito: Sol, acorde escala, trino. Satisfecho, se quita la levita, acomoda los papeles y con el lápiz detrás de la oreja comienza su trabajo, sin darse por enterado del asombro de doña Isabel, que desde una esquina de la sala procura asegurarse de que es ella la propietaria de tan divino instrumento...
mu —Y por favor, señor Pradoff, ni se le ocurra poner nada húmedo sobre la tapa; es un mueble updía to vote this titlepianista y no fino, traído especialmente de Nueva York para mi hija, que Sign algún seráon una gran mambos, puedo asegurarle.
Useful
Not useful
Pero el otro, ensimismado en su música no le hace el menor caso y la mujer termina por retirars
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
¿Y a éso le llaman ahora música? —piensa la mujer en la cocina todavía molesta por su moment de debilidad.
Busca y rebusca armonía, la tonalidad exacta, el lápiz ágil dibuja y borra garabatos negros en el pentagrama, que crece y engorda, irritando a los del cinco que se han levantado con un tremend dolor de cabeza, porque la juma les dura. —¿Ya comenzó la flaca a machacar el piano? No hay derecho...
En la cocina, la mujer reza entre dientes para que el marido no regrese temprano, porque está segura de su enojo al encontrar al hombrecito compositor, rey de esa música detestable, aporreando el piano de su hija que tanto dinero le costó traer desde Nueva York. En la sala, la búsqueda cesa. Cerrando los ojos, el compositor se estira, abre y cierra los dedos con regocijo y ataca el teclado con el brío reservado para las grandes funciones. Fluye el ritmo y el sonido que s cuela por la puerta despertando a los perros que dormitan al sol. Los del cinco, negociando un ca con manos temblorosas se asombran que la flaca tenga tamaña energía, pero al segundo compá se dan cuenta de que tiene que ser otro el pianista. Los chiquillos en el patio dejan de jugar a la rueda, los buses detienen su marcha veloz y hasta el “swing”, vencido, retira sus sonidos al otro lado del Canal. ¿Quién inventó el mambo que me provoca? You're Reading a Preview
full access a free La gente se acoda en las ventanas yUnlock los balcones sewith llenan detrial. oídos temblorosos y pies que cosquillean por encontrar pareja. En la cocina, doña Isabel escucha mientras le implora a Bach en Download Withlevanta Free Trial silencio que la proteja de la tentación que el sonido en su cuerpo. La dueña del piano lleg sudorosa, interrumpido el juego, con ojos de asombro que recogen la imagen del pianista. Parad baila y mueve el cuerpo al compás de la música alucinante, que sus dedos arrancan del piano, apoyándose en el pedal, a veces con delicadeza y otras con fuerza, mientras su figura se agigant en cada nota.
...que a las mujeres las vuelve locas.
Sign up to vote on this title
Useful
Not useful
—“La postura correcta para tocar el piano es con el torso erecto, los codos ligeramente alzados,
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join
Search
Home
Saved
34K views
2
Sign In
Upload
RELATED TITLES
0
El Miedo a Los Telegramas Uploaded by Rene Fernandez
Books
Audiobooks
Magazines
Save
Embed
Share
Print
Download
News
Documents
Sheet Music
Join
EL ETERNO TRASPARENTE
1
of 9
LIBRO TELES 2° GRADO (BLOQUE
CUENTOS BREVES LATINOAMERICANOS
Search document
Pradoff sólo estará aquí una semana y no creo que venga todos los días; no te preocupes que lo vigilaré de cerca para que no se lleve nada. No estoy segura si es cubano o qué, pero se viste mu raro, como en las películas mejicanas y hasta usa tacones. ¡Dios nos ampare, a lo que está llegan el mundo!
Y regresa al día siguiente acompañado de otro que, como él, parece extraído de una cinta de celuloide y ése empuña la trompeta y se disculpa diez veces antes de entrar, sin darse por aludid del malhumor de la dueña de la casa que le recuerda al pianista que su negocio es con uno solamente, ya totalmente arrepentida de su generosidad. El hombrecito habla y gesticula rodan los ojos redondos en su cara redonda y termina por convencerla una vez más.
El vecindario está alerta pero no deja de sorprenderse del sonido de los dos instrumentos que se disputan el ritmo con un desdoblamiento de acordes que acaba por vencer la timidez de la gente que, en los balcones y el patio, baila sin importarles el bochorno del mediodía. La rosacruz del tr cierra las ventanas de su apartamento, murmurando vagas amenazas en contra de los que así se atreven a perturbar la paz del domingo dedicado a la búsqueda de vibraciones especiales de la psiquis. Los ágiles dedos recorren el marfil y el pie acaricia el pedal; los labios gruesos del trompetista soplan el metal, saturando el ambiente de notas y la avenida se llena de gente que estira el You're Reading a Preview pescuezo para ver a través de las ventanas al rey de la armonía y el ritmo. En el apartamento de los Bermúdez la gente se cuela por Unlock todas las puertas, de conocer a los artistas que se full access withansiosa a free trial. menean casi tanto como los bailarines. Download With Free Trial
—O terminan pronto o los boto de aquí —protesta el señor Camilo, sordo a la melodía por su
carácter agrio. —Le agradezco, señora, el favor que nos ha hecho. Completamos el trabajo y no tenemos
necesidad de regresar. Espero que no haya sido mucha molestia y quiero verla con su familia
show. Si se identifica en la puerta tendré el placer de ofrecerle mesa Signuna up to vote en on “ringside” this title el martes,
día del estreno.
Useful
Not useful
—Muchas gracias señor Pradoff, le agradezco su invitación, pero nos será imposible asistir. Esa
Home
Saved
Books
Audiobooks
Magazines
News
Documents
Sheet Music
Upload
Sign In
Join