La educación es el proceso mediante el cual el ser humano adquiere valores, conocimientos, costumbres, formas de actuar y de ser, que le permiten desenvolverse en la vida. La educación comienza desde el día en que se nace, hasta el último día de la vida. Se considera que la educación comienza incluso antes de nacer pues en el vientre, el bebé recibe los estímulos de la madre, del padre y del entorno.
La educación puede dividirse en tres tipos: la educación formal, que es la que dan en las escuelas, liceos, universidades y demás centros de estudios; la educación no formal que se refiere a los cursos, academias, e instituciones, que no se rigen por un particular currículo de estudios y finalmente la educación informal que es aquella que fundamentalmente se recibe en los ámbitos sociales, pues es la educación que se adquiere progresivamente a lo largo de toda la vida. Es sin duda la más importante de todas, ya que con esta le servirá al niño a adquirir toda una serie de valores, costumbres, conocimientos básicos para lograr que su integración y su óptimo desarrollo como un ciudadano de buen proceder y que sepa convivir en sociedad. Tanto la madre como el padre tienen un papel imprescindible y esencial en la educación de sus hijos, al ser estos los principales orientadores y las máximas autoridades de sus niños, deben inculcarles a sus niños en el hogar valores positivos, buenos modales y conductas adecuadas.
La educación es factor para el desarrollo personal y la inserción individual en su medio familiar y social. En cualquier sociedad, es fundamental que sus miembros se apropien de un mínimo de saberes y conocimientos, comportamientos, actitudes y valores, en especial de aquellos que constituyen atributos para su participación efectiva en la vida social. Existe una relación entre el nivel educativo y las posibilidades de la persona para participar efectivamente en la detección y diagnóstico de los problemas de su comunidad y su país y en la formulación y propuesta de ideas de solución a los mismos. A más altos niveles de educación, mayores posibilidades para la construcción de la democracia participativa en una
sociedad dada. O viceversa, a menores niveles de educación, mayores posibilidades para que imperen regímenes excluyentes y autoritarios.
La educación es así, un proceso social complejo, que según sea la ubicación de las personas en la estructura social de clases, les permite (o no les permite) desarrollar sus capacidades biológicas y psicológicas, calificar su fuerza de trabajo y apropiarse de los bienes y valores de la cultura, creando las condiciones y posibilidades para su desempeño y desarrollo en el mercado de trabajo, y su inserción a crítica y complacida, u oposición y resistencia respecto a los procesos de reproducción o cambio social.
La Educación se concibe como un proceso de formación y desarrollo del sujeto con el fin de insertarse en una sociedad determinada. El hombre, ser social por naturaleza, se hace o rehace en la mediada en que es educado. La Educación tiene el objetivo de transformar al hombre creado por el medio en un ente social, con capacidades para vivir en un mundo inmerso en procesos complejos a los cuales deberá adaptarse y convivir entre ellos; es por ello que el presente trabajo tiene el objetivo de caracterizar la Educación como un fenómeno social complejo.
La educación es la herramienta favorecedora de la reproducción social, es decir, del orden social. Es un proceso complejo porque en él intervienen aspectos diversos, personales (biológicos, psicológicos y sociales), contextuales referidos a los distintos ámbitos (académicos, culturales, económicos, políticos, históricos).
El educador, es entonces, un ser privilegiado en la construcción no sólo de la cultura, sino, como consecuencia de ella, de la sociedad, de la manera cómo sus alumnos ven al mundo, de las distintas perspectivas con que interpretan a este mundo, a la sociedad y a su existencia social e individual que otorgan un orden a su convivencia.